Cuando una
nuez pierde su contenido, se atrofia la pulpa, se dice que es vana. Vana porque
la recubre sólo la corteza, la cáscara queda hueca. Vana, vacía, hueca, no
tiene nada adentro. Hay un vacío dentro de una cáscara. El fruto que le daba
razón de ser se perdió. No está ni volverá. Murió, no tiene más vida.
Roberto
Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde
Mendoza, Argentina
Cuando
observamos los actos del gobierno asumido en diciembre de 2015, actos con
fanfarria obligada, pero solitarios, acompañados por una claque escuálida, a
ojos vistas, armada, producto de un casting y un libreto previo, estudiado,
asimilamos a ese escenario político al ejemplo de la nuez. Hay una ausencia
notoria del pueblo, origen y sostén del gobierno que lo representa. Por eso
carecen de esa energía vital que vibra en las calles y las nutre de entusiasmo,
entusiasmo que reciben y retribuyen los gobernantes, estableciendo ese diálogo
emocional indispensable que tienen los organismos vivos, como una colmena donde
todas las abejas se agitan alrededor de la reina. Se producen intercambios de
emociones, expresadas en vítores, en sonrisas, en miradas cargadas de contenido
a favor o en contra, pero jamás indiferentes, porque la exposición no tiene
puntos intermedios ni neutros, salvo los observadores profesionales que
intentan leer esas corrientes pasionales y ponerles palabras y transformar
aquello en crónicas, relato del momento. Desde un comienzo colocaron una valla,
un muro y una guardia pretoriana entre autoridades y la gente.
Esta
distancia se refuerza mucho más si hacemos extensiva la mirada al desarrollo
cotidiano de la democracia, a sus declaraciones y actos institucionales.
Sugieren una envoltura con papel celofán, transparente donde no existe el
contenido a envolver o, peor aún la envoltura envuelve al sujeto que percibe
advirtiendo o no, que es envuelto o mareado por el evento. Hay un vacío, una ausencia
del sujeto sostén del sistema al que va dirigida la arenga. En síntesis, no hay
comunidad, salvo la de negocios que le dio origen a la alianza gobernante, por
eso tampoco hay ideología, solo escaramuzas, picardías, vivezas, pioladas en
beneficio propio. Se repiten eslogan, frases marketineras y una recurrente
alusión al futuro, a los sueños, seguramente dirigidos a adolescentes,
desestimando el momento presente. Todo cierra, el hueco, el vacío, la ausencia
de contenidos como de ideas si tenemos presente que todo lo que es, fue en
principio una idea. La ontología como parte de la filosofía nos habla de todo
lo que es y existe a partir de esa idea.
Si partimos
del análisis del discurso, advertimos escasez de palabras y de términos, una
avara elaboración; un micro relato propio de la ausencia de ideas. Nada que
decir, nada que transmitir, sólo deseos lanzados al aire para que el azar o
alguien les dé contenido o se esperance en ponerle carnadura, espesor a ese
leve manto de palabras vacías. Descartemos la obligada alusión bíblica del
Génesis, en principio fue el verbo, porque eso es pasado y pesado.
El mejor
equipo de gobierno de los últimos cincuenta años descree de las palabras, nació
atacando el relato. Tapa la historia, no le interesa, porque el pragmatismo
meritocrático avanza como un dinosaurio que aplasta todo lo existente. El
dinero todo lo puede no importa su origen. De ahí que lo punible es la ausencia
de dinero porque indica incapacidad de conseguirlo. Ergo, un pobre es un
incapaz, un miope ante las oportunidades que le pasan por los costados.
Descartemos
sensibilidad y la ceguera que les impide ver el pueblo en las calles desde Río
Turbio a los cañaverales de Salta y Tucumán, de todas las calles de las
ciudades del país. Les impide ver el daño provocado a jubilados, enfermos,
personas con discapacidad y a todas las personas más débiles que el Estado debe
especialmente proteger y amparar. Por el contrario, planifican la represión con
todo el poder de que dispone el Estado weberiano, sacando a la Gendarmería
altamente equipada para actuar masivamente, como lo ha venido haciendo cuando
salen grupos desesperados de despedidos a manifestarse, recordando a las
dictaduras que apuntaban al enemigo interno.
Infancias
opulentas, educación estrecha y elitista, con esa rémora de odio y rencor de
las peores épocas, donde se celebraba el cáncer y la muerte de Evita, donde los
radicales ligados al golpismo festejaban la propaganda del jabón homónimo que
evita–(ba) la mugre, no impide remozarse en tiempos del sálvese quien pueda del
capitalismo financiero feroz, que destruye todo a su paso.
El árbol no
les deja ver el bosque y eso que el bosque es inmenso, inconmensurable, como lo
ha demostrado este último 8M en donde aprovechando el Día Internacional de la
mujer, ellas salieron en todo el mundo a manifestarse.
En Plaza de
Mayo se estima que fueron cerca de un millón que al grito de ¡Aborto legal Ya!
Basta de Ajustes y Despidos, procedentes de diversos colectivos femeninos
aunados en reclamos jurídicos, sociales y económicos, se expresaron con
variadas pancartas hasta en el cantito hit del verano que se expandió desde las
canchas de fútbol a las calles.
Ellos
seguirán sordos, ciegos y mudos, si se asimilan a sus escuetas comunicaciones,
vacías y letales, pero la marea humana crece y crece; pueden desde la crítica
descalificarlas por inorgánicas, espontáneas y de fácil dispersión. Pero todos
sus integrantes responden a una organización que los representa y a intereses y
derechos concretos a defender, cuya articulación política viene tramándose
desde lo profundo de la sociedad en todo el territorio nacional, cuyo
conductor, cualquiera sea, está a punto de salir al ruedo.
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