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sábado, 12 de enero de 2019

En Panamá se vota por más de lo mismo

El dilema que plantean las elecciones es que mientras los trabajadores pobres continúen votando por los candidatos de la oligarquía, no habrá ningún  cambio social y económico significativo en Panamá.

Carlos Pérez Morales  / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico

La República de Panamá se celebrará elecciones el 5 mayo de 2019.   En éstas para elegir al Presidente, Vicepresidente de la República, los diputados al Parlamento Centroamericano, diputados a la Asamblea Nacional, alcaldes, representantes de corregimientos y concejales, todos con sus respectivos suplentes. En las misma participarán 7 partidos políticos y algunos candidatos independientes, Entre éstos se encuentran Ana Matilde Gómez, Marco Ameglio, Dimitri Flores y Ricardo Lombana.  Un análisis sobre los candidatos de los diferentes partidos políticos, nos revela que todos sus candidatos son de derecha y apoyan el neoliberalismo como corriente ideológica en Panamá. La mayoría de ellos proviene de la pequeña oligarquía que gobierna Panamá desde principios de su independencia hasta nuestros días. El neoliberalismo en Panamá, es apoyado por la oligarquía. Se entronizó en el país a partir de la invasión de Estados Unidos el 20 de diciembre de 1989 y continúa hasta el de hoy, con muy pocas acepciones. Los candidatos de los partidos en Panamá  pertenecen a  la oligarquía neoliberal y corrupta. Entre los candidatos independientes está Ana María Gómez que se le ha señalado por ser una "empleada de la oligarquía," porque ha trabajado junto a ellos y defiende sus intereses. Ella ha señalado que aunque nació de origen humilde, ha progresado y que esas acusaciones no son ciertas.

El neoliberalismo en Panamá ha acentuado más el poder de la oligarquía. Las empresas internacionales llegan al país por invitación de  los diferentes gobiernos. Este hecho ha contribuido a que la economía de Panamá continúe globalizándose. La economía del país se caracteriza por ser una donde el sector de los servicios predomina.

A partir del 1999, el Canal de Panamá fue revertido por Estados Unidos a la República.  de acuerdo a lo estipulado en los tratados Torrijos-Carter. Este país elevó la vía a rango constitucional. Desde entonces Panamá ha incrementado los precios del peaje que pagan las compañías navieras cuyas naves lo cruzan. Luego de descontar los gastos administrativos, el resto lo recibe el tesoro nacional. A partir del año 2,000, las rentas obtenidas por el Canal han sido millonarias.

El problema que existe con estas rentas que van al tesoro es que no están al servicio de toda la población. Forman parte de lo que la burguesía de Panamá roba mediante la corrupción gubernamental.

Proviniendo del sector oligárquico, los candidatos de partidos políticos con capacidad de ganar las elecciones, es de esperarse que no ocurra ningún cambio significativo en el gobierno de Panamá. Los gobiernos anteriores han prometido eliminar la corrupción, pero esto nunca sucede. El dilema que plantean las elecciones es que mientras los trabajadores pobres continúen votando por los candidatos de la oligarquía, no habrá ningún  cambio social y económico significativo en Panamá.

Sólo un cambio revolucionario que transforme las estructuras sociales podrá colocar la clase obrera en el poder para lograr sus mejores intereses.  Los cambios de gobierno hacia la izquierda en América Latina, no han podido resolver este dilema.

*Analista Geopolítico

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