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sábado, 16 de marzo de 2019

Venezuela: Guerra mediática y cibernética

La estrategia imperialista fomenta la desmoralización del pueblo venezolano, ambiciona cansarlo con la constante afectación a su vida cotidiana, tiene el objetivo de que la opinión pública cuestione al gobierno y genere malestar social.

Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán. México.

La fragmentación social que los Estados Unidos quiere provocar al interior de la sociedad venezolana con la circulación de Fake New y otra mentiras mediáticas continua fracasando. El pueblo bolivariano es consciente de la realidad que se vive, sabe que es atacado por la avaricia del imperialismo y los intereses mezquinos de la oligarquía latinoamericana aún subsistente, el propio The New York Times ha reconocido y divulgado que fueron los partidarios del fascismo quienes incendiaron y violentaron la llamada “ayuda humanitaria” en la frontera entre Colombia y Venezuela el pasado 23 de febrero, durante una jornada más de agresiones y acciones desestabilizadoras promovidas por el gobierno estadounidense en la región. La mentira como arma política ha quedado en evidencia ante la dignidad de la mayoría del pueblo venezolano y la resistencia por la defensa de la soberanía y autodeterminación latinoamericana.

En los últimos días una flagrante agresión ha generado apagones de la luz eléctrica en estados venezolanos como Táchira (oeste), Monagas (sur), Miranda, Carabobo, Aragua, Vargas y Lara (norte), Barinas (noroeste), Sucre (noreste) y Caracas. Un ataque cibernético que también afectó la telefonía móvil y el servicio subterráneo de transporte de Caracas, una nueva forma de guerra propia del siglo XXI en el que la tecnología asume la batuta, estrategias desestabilizadoras contra el gobierno de Nicolás Maduro utilizadas por las bandas fascistas para intentar generar el inicio de una batalla civil, la ultraderecha fomenta saqueos y sabotajes a todo tipo de comercios para después manipular los hechos y querer aparentar una crisis interna, pero nuevamente la realidad es más fuerte y la conciencia del pueblo se profundiza a favor de la revolución bolivariana, los golpistas se llevan un nuevo fracaso en su estrategia por conseguir el poder y establecer su dominio de muerte.

El ataque cibernético se realizó en contra el sistema automatizado de regulación de la Hidroeléctrica de El Guri, ciento cincuenta subestaciones fueron hackeadas con la tecnología más avanzada y el sistema de distribución de energía fue embestido con electromagnetismos, apenas unos instantes después de los ataques los propios imperialistas se auto-implicaron al difundir mensajes en sus redes sociales como el caso de Mike Pompeo que escribiera “Sin comida. Sin medicinas. Ahora sin electricidad. Próximamente sin Maduro”, a su vez, el lacayo imperialista y cínico propagandista del fascismo Juan Guaidó mencionó en tono de chantaje que la luz volvería cuando se fuera Maduro. Las evidencias de su propia implicación fueron reveladas, la agresión imperialista jamás será “ayuda humanitaria”, Venezuela vive una guerra abierta contra su revolución bolivariana y hacia su pueblo que defiende el derecho pleno de hacer uso de su soberanía, se viven en América Latina tiempos definitorios para la humanidad.

Las palabras del comandante Hugo Chávez publicadas en 2011 se tornan en proféticas: “La extrema derecha nunca abandonará la carta del golpismo. Su naturaleza es el fascismo, el odio cada día más grande en contra de nuestro pueblo y sus líderes […] El imperialismo no nos dejará en paz. La burguesía venezolana, pitiyanqui, no nos dejará en paz; así que acostumbrémonos a vivir en un conflicto permanente […] Lo que vamos a defender no es ni siquiera lo que hemos hecho; es el inmenso horizonte que tenemos abierto”. La guerra por el control geopolítico en Latinoamérica que emprenden los Estados Unidos incluye el hostigamiento a países solidarios con la revolución bolivariana, Cuba es nuevamente puesta bajo la intimidación y recrudecimiento del bloqueo económico con la Ley Helms-Burton, no es una exageración afirmar que toda Nuestra América es amenazada por el imperialismo y sus aliados apostadores por un nuevo orden global neocolonial.

La estrategia imperialista fomenta la desmoralización del pueblo venezolano, ambiciona cansarlo con la constante afectación a su vida cotidiana, tiene el objetivo de que la opinión pública cuestione al gobierno y genere malestar social. Fragmentar, dividir y confrontar, viejas formas de la perversidad bárbara, el rostro de la avaricia y soberbia imperialista es frágil ante la moral y la ética de un pueblo decidido a defender sus conquistas sociales y derechos. Como anunciará el dirigente histórico y moral Hugo Chávez: “El socialismo salvará a los pueblos del mundo de la miseria, de la pobreza, del hambre y de la desigualdad”. Venezuela defiende conscientemente su República Bolivariana y la construcción de la utopía socialista del siglo XXI.

Integrante del Colectivo Disyuntivas

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