La
estrategia imperialista fomenta la desmoralización del pueblo venezolano,
ambiciona cansarlo con la constante afectación a su vida cotidiana, tiene el
objetivo de que la opinión pública cuestione al gobierno y genere malestar
social.
Cristóbal León Campos / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Mérida, Yucatán. México.
La
fragmentación social que los Estados Unidos quiere provocar al interior de la
sociedad venezolana con la circulación de Fake
New y otra mentiras mediáticas continua fracasando. El pueblo bolivariano
es consciente de la realidad que se vive, sabe que es atacado por la avaricia
del imperialismo y los intereses mezquinos de la oligarquía latinoamericana aún
subsistente, el propio The New York Times
ha reconocido y divulgado que fueron los partidarios del fascismo quienes
incendiaron y violentaron la llamada “ayuda humanitaria” en la frontera entre
Colombia y Venezuela el pasado 23 de febrero, durante una jornada más de
agresiones y acciones desestabilizadoras promovidas por el gobierno
estadounidense en la región. La mentira como arma política ha quedado en
evidencia ante la dignidad de la mayoría del pueblo venezolano y la resistencia
por la defensa de la soberanía y autodeterminación latinoamericana.
En
los últimos días una flagrante agresión ha generado apagones de la luz
eléctrica en estados venezolanos como Táchira (oeste), Monagas (sur), Miranda, Carabobo, Aragua, Vargas y Lara
(norte), Barinas (noroeste), Sucre (noreste) y Caracas. Un ataque cibernético
que también afectó la telefonía móvil y el servicio subterráneo de transporte
de Caracas, una nueva forma de guerra propia del siglo XXI en el que la
tecnología asume la batuta, estrategias desestabilizadoras contra el gobierno
de Nicolás Maduro utilizadas por las bandas fascistas para intentar generar el
inicio de una batalla civil, la ultraderecha fomenta saqueos y sabotajes a todo
tipo de comercios para después manipular los hechos y querer aparentar una
crisis interna, pero nuevamente la realidad es más fuerte y la conciencia del
pueblo se profundiza a favor de la revolución bolivariana, los golpistas se
llevan un nuevo fracaso en su estrategia por conseguir el poder y establecer su
dominio de muerte.
El
ataque cibernético se realizó en contra el sistema automatizado de regulación
de la Hidroeléctrica de El Guri, ciento cincuenta subestaciones fueron
hackeadas con la tecnología más avanzada y el sistema de distribución de
energía fue embestido con electromagnetismos, apenas unos instantes después de
los ataques los propios imperialistas se auto-implicaron al difundir mensajes
en sus redes sociales como el caso de Mike Pompeo que escribiera “Sin comida.
Sin medicinas. Ahora sin electricidad. Próximamente sin Maduro”, a su vez, el
lacayo imperialista y cínico propagandista del fascismo Juan Guaidó mencionó en
tono de chantaje que la luz volvería cuando se fuera Maduro. Las evidencias de
su propia implicación fueron reveladas, la agresión imperialista jamás será
“ayuda humanitaria”, Venezuela vive una guerra abierta contra su revolución
bolivariana y hacia su pueblo que defiende el derecho pleno de hacer uso de su
soberanía, se viven en América Latina tiempos definitorios para la humanidad.
Las
palabras del comandante Hugo Chávez publicadas en 2011 se tornan en proféticas:
“La extrema derecha nunca abandonará la carta
del golpismo. Su naturaleza es el fascismo, el odio cada día más grande en
contra de nuestro pueblo y sus líderes […] El imperialismo no nos dejará en
paz. La burguesía venezolana, pitiyanqui, no nos dejará en paz; así que
acostumbrémonos a vivir en un conflicto permanente […] Lo que vamos a defender
no es ni siquiera lo que hemos hecho; es el inmenso horizonte que tenemos
abierto”. La guerra por el control geopolítico en Latinoamérica que emprenden
los Estados Unidos incluye el hostigamiento a países solidarios con la
revolución bolivariana, Cuba es nuevamente puesta bajo la intimidación y
recrudecimiento del bloqueo económico con la Ley Helms-Burton, no es una
exageración afirmar que toda Nuestra América es amenazada por el imperialismo y
sus aliados apostadores por un nuevo orden global neocolonial.
La
estrategia imperialista fomenta la desmoralización del pueblo venezolano,
ambiciona cansarlo con la constante afectación a su vida cotidiana, tiene el
objetivo de que la opinión pública cuestione al gobierno y genere malestar
social. Fragmentar, dividir y confrontar, viejas formas de la perversidad
bárbara, el rostro de la avaricia y soberbia imperialista es frágil ante la
moral y la ética de un pueblo decidido a defender sus conquistas sociales y
derechos. Como anunciará el dirigente histórico y moral Hugo Chávez: “El socialismo salvará a los
pueblos del mundo de la miseria, de la pobreza, del hambre y de la
desigualdad”. Venezuela defiende conscientemente su República Bolivariana y la
construcción de la utopía socialista del siglo XXI.
Integrante del Colectivo Disyuntivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario