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sábado, 31 de agosto de 2019

Ecuador: en el camino de Macri

En dos años, el régimen político del Ecuador ha hecho todo esfuerzo para seguir el mismo camino de Macri. En consecuencia, el desastre conómico y social en el país hoy es evidente.

Juan J. Paz y Miño Cepeda / Historia y Presente Blog

Después del triunfo en primarias del candidato Alberto Fernández, no solo en Argentina, sino también en el exterior, circularon los primeros análisis sobre la derrota de Mauricio Macri, quien está en el gobierno desde diciembre de 2015 y fue sucesor de Cristina Fernández (2007-2015), la candidata a la vicepresidencia de Alberto.

Llamó la atención noticiosa que tanto The New York Times (EEUU) como The Financial Times (Inglaterra) se refirieran al hecho acusando, en definitiva, al gobierno de Macri, no solo por la pérdida política, sino por la debacle económica y social en la que se encuentra Argentina.


Mark Weisbrot (NYT) en su artículo “¿Quién tiene la culpa de la crisis económica en Argentina”? (https://nyti.ms/33TYPse) comienza destacando que mientras para Fernández esa culpa está en el gobierno de Macri, para éste la culpa radica en las herencias económicas y el futuro kirchnerista, ya que tanto los mercados como el pueblo deberían temer al resultado electoral. Pero, aunque se reconoce que estas apreciaciones son normales en la política (no sólo de Argentina, pues ha ocurrido igual en Reino Unido, España, Francia, Grecia y otros países -a los que hay que añadir el Ecuador-), el autor es contundente en expresar:  “En el caso de Argentina, está la derrota electoral de un gobierno cuyas políticas económicas han fracasado de manera evidente y una victoria para los rivales que provienen de un periodo de crecimiento económico sólido y ampliamente compartido”.

Además, Weisbrot anota: “Desde la perspectiva de un economista o un científico social, no está claro el motivo por el cual deberíamos temerle al kirchnerismo. Si se observan los indicadores económicos y sociales más importantes, los gobiernos de los Kirchner [2003-2015] estuvieron entre los más exitosos del hemisferio occidental”. Y los datos así lo comprueban, pues la pobreza disminuyó en 71% y en 81% la pobreza extrema; de acuerdo con el FMI el PIB aumentó en un 42%; el desempleo se redujo más de la mitad, así como las desigualdades económicas; y mejoró la calidad de vida de una gran mayoría de población; si bien es cierto que el crecimiento decayó en los últimos años, en los que se sumaron errores e incluso un fallo sobre “fondos buitres” y el bloqueo de créditos propiciado por EEUU. 

Comparativamente, durante el “macrismo” la pobreza aumentó en forma alarmante; cayó el ingreso personal; se incrementó el desempleo; se dispararon las tasas de interés y también la inflación; en tanto la deuda pública creció del 53% a más del 86% del PIB; además de que Macri logró un acuerdo con el FMI por 57.000 millones de dólares, que es “el rescate financiero más grande del FMI en la historia”. Sin embargo, el recetario ya conocido del FMI tampoco sirvió y para octubre de 2018 los resultados económicos y sociales eran peores de lo que el propio Fondo había previsto. Las medidas posteriores agravaron los problemas.

Para el FT la situación es igual (https://on.ft.com/2Nsv5gj). Macri acusa a los electores de la agitación financiera ocurrida tras el triunfo de Fernández, en una evidente “pérdida presidencial de contacto con la realidad”, que es la que asustó a los mercados, más que el tirunfo kirchnerista. A fin de cuentas, el tiempo de Macri se acabó y es el responsable del “desastre económico” que pone en riesgo los futuros pagos de deuda, concluye el artículo.

El susto de los analistas, editorialistas y periodistas de los medios privados empresariales y hegemónicos en América Latina se extendió, advirtiendo el “peligro” del retorno del “populismo” a la región, e incluso con alusiones a la “irracionalidad” de las masas. 

No es necesario hacer mucho esfuerzo para comprender que lo que dicen tanto NYT como el FT puede referirse, solo cambiando cifras y nombres, al Ecuador.

En dos años, el régimen político del Ecuador ha hecho todo esfuerzo para seguir el mismo camino de Macri. En consecuencia, el desastre conómico y social en el país hoy es evidente, de acuerdo con datos oficiales y estudios internacionales como los de Cepal: aumento de la pobreza, el desempleo y el subempleo; caida de la inversión pública (y privada); política tributaria favorable a las elites; privatizaciones en marcha; desatención social en servicios públicos, educación o salud; emigración creciente, derechos laborales amenazados, acuerdo con FMI subordinado al conocido recetario aplicado por Macri. La desestructuración institucional del Estado va por igual camino, con lawfare de por medio y dejando a un lado mandatos esenciales de la Constitución de 2008. Pero la culpa siempre tiene el pasado inmediato y probablemente el futuro, ya que la diferencia con Argentina es que todavía no tenemos un proceso electoral presidencial en marcha, al que se le puedan atribuir las culpas. 


Paradójicamente, la experiencia de Argentina despertará todo tipo de fuerzas y acciones para impedir que en 2021 ocurra en Ecuador un triunfo electoral y similar del “populismo”. No es una especulación, sino un camino que se ha venido trazando con el paso de los meses, para arrasar con cualquier alternativa al modelo empresarial-oligárquico en pleno desarrollo.

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