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sábado, 3 de agosto de 2019

Perú: ¡que se vayan todos!

¡Que se vayan todos! ¡Que decida la gente! Vamos por nuevas elecciones con nuevas reglas hacia un nuevo Perú [es necesario] devolverle el poder al pueblo soberano con nuevas elecciones [para] resolver la grave crisis que atraviesa nuestro país”, fueron las palabras de la lideresa Verónica Mendoza, del Movimiento Nuevo Perú (MNP).

José Toledo Alcalde / Para Con Nuestra América

¡Que se vayan todos! en el país más engreído de los EEUU, para sus asuntos injerencistas y demás artimañas financiero-geoestratégicas, el cual cuenta en su haber con una de las historias de corrupción política, económica y financiera más escandalosa de la región. En sus, casi, 200 años de vida republicana, sin contar el desastre del periodo colonial, su protagonismo político ha sido marcado por megas escándalos de corrupción en donde el erario fue y sigue siendo saqueado por corpúsculos grupos familiares y empresariales, castas remanentes de una esclavista y alienada sociedad colonial. Vergonzosos mercenarios del poder que al día de hoy operan desde escenarios antidemocráticos, fuera del suelo patrio, verdaderos paraísos de la impunidad.

¡Que se vayan todos!  es el grito del pueblo peruano en las calles y de las izquierdas que el pasado 26 de enero en la ciudad de Huancayo, en el evento Voces del Cambio, firmaron representantes de organizaciones de izquierda como Verónica Mendoza ( Nuevo Perú) Vladimir Cerrón  (Perú Libre), Gregorio Santos (MAS) y Zenón Cueva del Frente de Integración Regional Moquegua Emprendedora (Firme).

¿Pero hasta qué punto la izquierda asegura que la historia de corrupción sistémica no vuelva a ocurrir  yéndose todos y regresando, nuevamente, vestidos de descaradas mansas ovejas?

¿Cómo van los filtros al interior de sus partidos y movimientos extrayendo la fruta podrida sembrada para corromper el cesto de buenas frutas y desprestigiar, finalmente, al socialismo como paradigma alternativo al debacle liberal?

¿Estará la izquierda en capacidad de decretar, por ejemplo, la Pena Capital, o algo que se le parezca, llevada adelante por el Libertador Simón Bolívar el 12 de enero de 1824, quien reconoció: 1° Que una de las principales causas de los desastres en que se han visto envuelta la República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos funcionarios que han invertido en ellos; y 2° Que el único medio de extirpar radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias […] [1]?

En palabras de Daniel Parodi: En el imaginario español de los siglos XVI y XVII, el Nuevo Mundo era algo así como la oportunidad de lograr lo que en la Madre Patria era imposible para el que nacía pobre y sin título nobiliario; es decir, sin “sangre azul”. ¿Qué querían los que vinieron? Pues obtener riquezas y prestigio a costas de las arcas reales y del trabajo indígena, y, en este concepto, tan bien retratado en la expresión hacer la América, coincidían, con honrosas excepciones, básicamente todos: el Virrey, los presidentes de las audiencias, los oidores, corregidores y oficiales reales (mucho más si son de aduanas), curas doctrineros, etc., pues de eso se trataba el sueño americano de entonces.[2]

El Perú con dignidad se encuentra hastiado de la histórica estafa, mentira, nepotismo,  “compadrazgo”, prebendas, adendas, concesiones, saqueos, injerencias, “puertas circulatorias”, “blindaje”  y la nefasta lógica servil del Estado liberal históricamente arrodillado ante los grupos de poder nacional y extranjero.

Desde el auto golpe de estado del `92  el Perú fue jurídica y legislativamente prostituido  entregándosele  a los grupos de poder en donde Washington, y grupos alineados, sirvieron, y lo siguen haciendo, de cafichos (proxeneta, chulo, rufián, padrote, chulapo, maipiolo, madama, matrona ó madrota) con cama adentro (de Palacio). En el ´92 se firmó la partida de nacimiento (Constituyente de ´93) de una criatura monstruosa que lo único que ha podido parir es corrupción, violencia e ignorancia.

En el vergonzoso, y no menos catastrófico, contexto por el cual atraviesa el Perú, el Presidente Vizcarra anunció, el pasado 28 de julio, el adelanto de las elecciones presidenciales e inmediatamente la telaraña publicitaria enreda a la opinión pública con trasnochadas discusiones de forma como fechas de las elecciones, ecuaciones de factibilidad del proceso, etc. Discusiones técnicas, sin lugar a dudas necesarias, pero las cuales, al ser centralizadas, dejan de lado la construcción de una matriz de opinión publica de perfil político como necesario y fundamental pilar del proceso de transformación estructural al cual el Perú aspira.

Sea que renuncie el Presidente Vizcarra, o que el mismo solicite cuestión de confianza y como consecuencia cierre el congreso y adelante el periodo de elecciones, la orden del Norte es defenestrar a la izquierda (coherente) y cualquier modelo que le parezca. No nos engañemos en este preciso momento se maquina la multimillonaria campaña anti-izquierda que será lo mismo a decir “anti-Maduro¨, “anti-Nicaragua”, “anti-Cuba”, “anti-progreso”. Ya deben estar firmando jugosos cheques a conocidos sicarios de la información residentes en Miami y otras latitudes. 

En este delicado contexto de transiciones, y no solo para el Perú, hacemos eco de lo sostenido por Parodi: Me he quedado pensando que solo una generación joven, democrática, revolucionaria y tecnológica podría arrancarle las raíces a un sistema corrupto que no se va a reformar a sí mismo. Y, sin duda, el momento me hace pensar en las revoluciones, pues en este territorio, durante medio milenio, la sociedad se ha vinculado al Estado a través de la corrupción. No nos engañemos, eso es lo que hay, no hay otra cosa. Y este sistema ha desarrollado, durante cinco siglos, todas las inercias, resortes y mecanismos para mantenerse como está. No nos engañen pues, esto no se soluciona removiendo a un par de jueces corruptos.

Sea cual fuere la logística que se encuentre para adelantar las elecciones el problema de fondo, de ser las elecciones el 2020 ó 2021, será sobre qué bases jurídico-legislativas se pretende refundar la corroída república con casi 200 años de amorfo nacimiento. Urge refundar sobre un nuevo pacto. En palabras de Mendoza: El Perú no merece solo parches y ajustes en algunas normas, sino un nuevo pacto, sobre la base de nuevas reglas de juego en los distintos ámbitos de la política, la economía, la gestión del territorio. Como organización política proponemos una nueva Constitución. En reforma política, planteamos cambiar la modalidad de la inmunidad parlamentaria, convertida en impunidad para corruptos.

¡Que se vayan todos!  ¿La izquierda peruana estará en condiciones de asumir con la consecuencia del triunfo y convertirse en el nuevo leproso de la región a lado de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia?

¡Que se vayan todos! ¿Se estará en condiciones de cambiar de raíz las taras de una  monstruosidad mal llamada democracia en donde como patio trasero de los EEUU lo único que se ha hecho es obedecer órdenes dictadas por Washington y sus testaferros?

¡Que se vayan todos! y que no ingrese más de lo mismo: Congresistas testaferros de la CONFIEP, ADEX, USAID, BM, BID, FMI, OEA, Grupo de Lima,  y si ingresan que se sometan a decretos como lo realizado por el Libertador Bolívar: Artículo 1°–Todo funcionarios público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital. Artículo 2°–Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.

¡Que se vayan todos! y ante, un eventual gobierno de izquierda, nos hemos puesto a pensar de qué lado se encuentran las Fuerzas Armadas. No olvidemos que la fórmula injerencista militar de los EEUU y aliados, ha fracasado, hasta el día de hoy, gracias, entre otros factores, a la sólida y cohesionada relación cívico-militar de la sociedad venezolana siendo considerado el pilar fundamental de la defensa de la soberanía bolivariana. 

¡Que se vayan todos! ¿y las bases militares del Comando Sur estadounidense instaladas en regiones como  Lambayeque, Trujillo, Tumbes, Piura, San Martín y Loreto y el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Amazonas (¿ayuda humanitaria?) 

¡Que se vayan todos! ¿Están considerando que, mas allá del claustro legislativo, existe inteligencia militar estadounidense enquistada en los tuétanos del Estado peruano los cuales asesoran y monitorean permanentemente al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, al  Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjuntas, entre otros? 

¡Que se vayan todos! ¿y el sillón privilegiado de USAID en la toma de decisiones en política de Estado y proyectos de desarrollo social de claro matiz injerencista?

¡Que se vayan todos! sin olvidar que el ser patriota no pasa por la fisionomía ni vestimenta que endoses. Recordemos a un Ollanta, Toledo, Mamani, Hinostroza, perfiles indígenas, que robaron igual o más que cualquier peruan@ de perfil caucásico hoy entre rejas.

La historia nos ha demostrado que la estructuración del Estado con sus tres poderes representativos fue diseñada con la intención de asegurarse la nuclearización del poder en torno a minúsculos grupos. Desplazando de esta manera al pueblo de cualquier protagonismo político vendiéndoles espejuelos de falsa participación democrática en donde, al final de cuentas, siempre fueron elegidos los operarios del saqueo y la corrupción (salvo honrosas excepciones).  El Estado liberal nació para ser gobernado por pocos, haciéndonos creer que gobernábamos todos eligiendo algunos de rostros y vestimenta de excluidos y pobres; a eso le llamaron democracia.

Por otro lado, desde la necesaria refundación de la nueva república el MNP y la izquierda peruana reunida en Huancayo, exigen nueva Constitución. Este nuevo pacto legislativo para ser transformadoramente revolucionaria, debe, en la práctica, ampliar legislativa y jurídicamente los poderes del Estado como la realizada en Constituciones como la Venezolana: Poder Ejecutivo, Judicial, Legislativo, Ciudadano y Electoral,  lo cual garantizaría la consolidación de un Estado con bases democráticas directas y representativas. Y, seguro existirán otras fórmulas que desde y con el pueblo peruano deberán ser estructuradas.
¡Que se vayan todos! ¡Que decida la gente!  Seguramente en el próximo referéndum a celebrarse, muy probablemente en el mes de noviembre, con caras a las adelantadas elecciones presidenciales, en el mejor de los casos generales, el pueblo tendrá la oportunidad de manifestar su inocultable deseo de cambio profundo de las viejas estructuras de poder impunemente concentrado.

Que se vayan todos! y toda aquella estructura que ha sumido al Perú en el más perfecto ejemplo de lo que significa seguir viviendo colonizados. Patio trasero, imitación de nación, apostando por fantasmagóricos cambios provenientes de políticas extractivista otrora el salitre y guano, hoy piedras, minerales y gas gestionados por criollos enquistados en oficinas virreinales como CONFIEP y el Estado liberal. 

En palabras de Mendoza: “No es posible que mientras la clase política y económica tradicional se ufane de que el sector minero es el más importante, al generar ingresos y renta, lamentablemente eso quede en los bolsillos de unos pocos y ni siquiera en las arcas del Estado para poder redistribuirlo. En los últimos años se han dado devoluciones tributarias a las mineras por 16 mil millones de soles”. [3]

¡Que se vayan todos! pero que no regresen los mismos lobos vestidos de oveja sino el pueblo trabajador, digno y soberano que anhela por siglos ser autor de su propia historia, creador de su propio destino y responsable de sus propios actos.

Es el tiempo histórico de las organizaciones políticas, movimientos sociales, estudiantiles, laborales, ciuadan@s, de tomar la historia en sus manos y esculpirla a su imagen y semejanza.

El MNP lo señaló el 28 de mayo de 2019: Consideramos que el cierre del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones son la única salida para darle la voz a la ciudadanía abriendo un debate sobre las profundas transformaciones que requiere el país […] en esa perspectiva, nos hacemos parte de una gran convocatoria del pueblo peruano para cerrar el congreso, exigir nuevas elecciones, impulsar un proceso constituyente y abrir un nuevo curso en la historia del país que asegure trabajo, bienestar, seguridad e igualdad para las grandes mayorías de peruanos y peruanas. [4]

A falta de argumentos, a la derecha peruana y asesores no les interesa apropiarse inescrupulosamente de iniciativas propuestas hasta por la propia izquierda. Todo vale en la absurda obsesión de perpetuarse en el poder de espaldas al clamor del pueblo y de cara a los nefastos intereses del poder neocolonial.




[1] Decretos del Libertador. Tomo I (1813-1825). Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela. Imprenta Nacional, pag. 283, 1961.
[2] Daniel Parodi. Breve historia de la corrupción en el Perú. En: Ideele Revista N. 281 https://revistaideele.com/ideele/content/breve-historia-de-la-corrupci%C3%B3n-en-el-per%C3%BA.

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