¡Que se vayan
todos! ¡Que decida la gente! Vamos por nuevas elecciones con nuevas reglas
hacia un nuevo Perú [es necesario] devolverle el poder al
pueblo soberano con nuevas elecciones [para] resolver la grave crisis que
atraviesa nuestro país”, fueron las palabras de la lideresa Verónica Mendoza,
del Movimiento Nuevo Perú (MNP).
José Toledo Alcalde / Para Con Nuestra América
¡Que se vayan todos! en el
país más engreído de los EEUU, para sus asuntos injerencistas y demás artimañas
financiero-geoestratégicas, el cual cuenta en su haber con una de las historias
de corrupción política, económica y financiera más escandalosa de la región. En
sus, casi, 200 años de vida republicana, sin contar el desastre del periodo
colonial, su protagonismo político ha sido marcado por megas escándalos de
corrupción en donde el erario fue y sigue siendo saqueado por corpúsculos
grupos familiares y empresariales, castas remanentes de una esclavista y
alienada sociedad colonial. Vergonzosos mercenarios del poder que al día de hoy
operan desde escenarios antidemocráticos, fuera del suelo patrio, verdaderos
paraísos de la impunidad.
¡Que se vayan todos!
es el grito del pueblo peruano en las calles y de las izquierdas que el
pasado 26 de enero en la ciudad de Huancayo, en el evento Voces del Cambio, firmaron representantes de organizaciones de
izquierda como Verónica Mendoza ( Nuevo Perú)
Vladimir Cerrón (Perú Libre), Gregorio
Santos (MAS) y Zenón Cueva del Frente de Integración Regional Moquegua
Emprendedora (Firme).
¿Pero hasta qué punto la izquierda asegura que la historia
de corrupción sistémica no vuelva a ocurrir
yéndose todos y regresando, nuevamente, vestidos de descaradas mansas
ovejas?
¿Cómo van los filtros al interior de sus partidos y
movimientos extrayendo la fruta podrida sembrada para corromper el cesto de buenas
frutas y desprestigiar, finalmente, al socialismo como paradigma alternativo al
debacle liberal?
¿Estará la izquierda en capacidad de decretar, por
ejemplo, la Pena Capital, o algo que
se le parezca, llevada adelante por el Libertador Simón Bolívar el 12 de enero
de 1824, quien reconoció: 1° Que una de
las principales causas de los desastres en que se han visto envuelta la
República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos
funcionarios que han invertido en ellos; y 2° Que el único medio de extirpar
radicalmente este desorden, es dictar medidas fuertes y extraordinarias […]
[1]?
En palabras de Daniel Parodi: En el imaginario español de los siglos XVI y XVII, el Nuevo Mundo era
algo así como la oportunidad de lograr lo que en la Madre Patria era imposible
para el que nacía pobre y sin título nobiliario; es decir, sin “sangre azul”.
¿Qué querían los que vinieron? Pues obtener riquezas y prestigio a costas de
las arcas reales y del trabajo indígena, y, en este concepto, tan bien retratado
en la expresión hacer la
América, coincidían,
con honrosas excepciones, básicamente todos: el Virrey, los presidentes de las
audiencias, los oidores, corregidores y oficiales reales (mucho más si son de
aduanas), curas doctrineros, etc., pues de eso se trataba el sueño americano de
entonces.[2]
El Perú con dignidad se encuentra hastiado de la
histórica estafa, mentira, nepotismo,
“compadrazgo”, prebendas, adendas, concesiones, saqueos, injerencias,
“puertas circulatorias”, “blindaje” y la
nefasta lógica servil del Estado liberal históricamente arrodillado ante los
grupos de poder nacional y extranjero.
Desde el auto golpe de estado del `92 el Perú fue jurídica y legislativamente
prostituido entregándosele a los grupos de poder en donde Washington, y
grupos alineados, sirvieron, y lo siguen haciendo, de cafichos (proxeneta, chulo, rufián, padrote,
chulapo, maipiolo, madama, matrona ó madrota) con cama adentro (de
Palacio). En el ´92 se firmó la partida de nacimiento (Constituyente de ´93) de
una criatura monstruosa que lo único que ha podido parir es corrupción,
violencia e ignorancia.
En el vergonzoso, y no menos catastrófico, contexto por
el cual atraviesa el Perú, el Presidente Vizcarra anunció, el pasado 28 de
julio, el adelanto de las elecciones presidenciales e inmediatamente la
telaraña publicitaria enreda a la opinión pública con trasnochadas discusiones
de forma como fechas de las elecciones, ecuaciones de factibilidad del proceso,
etc. Discusiones técnicas, sin lugar a dudas necesarias, pero las cuales, al
ser centralizadas, dejan de lado la construcción de una matriz de opinión
publica de perfil político como necesario y fundamental pilar del proceso de
transformación estructural al cual el Perú aspira.
Sea que renuncie el Presidente Vizcarra, o que el mismo
solicite cuestión de confianza y como consecuencia cierre el congreso y
adelante el periodo de elecciones, la orden del Norte es defenestrar a la
izquierda (coherente) y cualquier modelo que le parezca. No nos engañemos en
este preciso momento se maquina la multimillonaria campaña anti-izquierda que
será lo mismo a decir “anti-Maduro¨, “anti-Nicaragua”, “anti-Cuba”, “anti-progreso”.
Ya deben estar firmando jugosos cheques a conocidos sicarios de la información residentes en Miami y otras
latitudes.
En este delicado contexto de transiciones, y no solo para
el Perú, hacemos eco de lo sostenido por Parodi: Me he quedado pensando que solo una generación joven, democrática,
revolucionaria y tecnológica podría arrancarle las raíces a un sistema corrupto
que no se va a reformar a sí mismo. Y, sin duda, el momento me hace pensar en
las revoluciones, pues en este territorio, durante medio milenio, la sociedad
se ha vinculado al Estado a través de la corrupción. No nos engañemos, eso es
lo que hay, no hay otra cosa. Y este sistema ha desarrollado, durante cinco
siglos, todas las inercias, resortes y mecanismos para mantenerse como está. No
nos engañen pues, esto no se soluciona removiendo a un par de jueces corruptos.
Sea cual fuere la logística que se encuentre para
adelantar las elecciones el problema de fondo, de ser las elecciones el 2020 ó
2021, será sobre qué bases jurídico-legislativas se pretende refundar la
corroída república con casi 200 años de amorfo nacimiento. Urge refundar sobre un
nuevo pacto. En palabras de Mendoza: El
Perú no merece solo parches y ajustes en algunas normas, sino un nuevo pacto,
sobre la base de nuevas reglas de juego en los distintos ámbitos de la
política, la economía, la gestión del territorio. Como organización política
proponemos una nueva Constitución. En reforma política, planteamos cambiar la
modalidad de la inmunidad parlamentaria, convertida en impunidad para
corruptos.
¡Que se vayan todos!
¿La izquierda peruana estará en condiciones de asumir con la consecuencia
del triunfo y convertirse en el nuevo leproso de la región a lado de Cuba,
Venezuela, Nicaragua, Bolivia?
¡Que se vayan todos! ¿Se estará en condiciones de
cambiar de raíz las taras de una
monstruosidad mal llamada democracia en donde como patio trasero de los EEUU lo único que se ha hecho es obedecer
órdenes dictadas por Washington y sus testaferros?
¡Que se vayan todos! y que no ingrese más de lo
mismo: Congresistas testaferros de la CONFIEP, ADEX, USAID, BM, BID, FMI, OEA,
Grupo de Lima, y si ingresan que se
sometan a decretos como lo realizado por el Libertador Bolívar: Artículo 1°–Todo funcionarios
público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o
tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la
pena capital. Artículo 2°–Los jueces a quienes, según la ley, compete este
juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados
a la misma pena.
¡Que se vayan todos! y ante, un eventual gobierno de
izquierda, nos hemos puesto a pensar de qué lado se encuentran las Fuerzas
Armadas. No olvidemos que la fórmula injerencista militar de los EEUU y
aliados, ha fracasado, hasta el día de hoy, gracias, entre otros factores, a la
sólida y cohesionada relación cívico-militar de la sociedad venezolana siendo
considerado el pilar fundamental de la defensa de la soberanía
bolivariana.
¡Que se vayan todos! ¿y las bases militares del
Comando Sur estadounidense instaladas en regiones como Lambayeque, Trujillo, Tumbes, Piura, San
Martín y Loreto y el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Amazonas (¿ayuda
humanitaria?)
¡Que se vayan todos! ¿Están considerando que, mas
allá del claustro legislativo, existe inteligencia militar estadounidense
enquistada en los tuétanos del Estado peruano los cuales asesoran y monitorean
permanentemente al Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas, al Comando de Inteligencia y
Operaciones Especiales Conjuntas, entre otros?
¡Que se vayan todos! ¿y el sillón privilegiado de
USAID en la toma de decisiones en política de Estado y proyectos de desarrollo
social de claro matiz injerencista?
¡Que se vayan todos! sin olvidar que el ser patriota
no pasa por la fisionomía ni vestimenta que endoses. Recordemos a un Ollanta,
Toledo, Mamani, Hinostroza, perfiles indígenas, que robaron igual o más que
cualquier peruan@ de perfil caucásico hoy entre rejas.
La historia nos ha demostrado que la estructuración del
Estado con sus tres poderes representativos fue diseñada con la intención de
asegurarse la nuclearización del poder en torno a minúsculos grupos.
Desplazando de esta manera al pueblo de cualquier protagonismo político
vendiéndoles espejuelos de falsa participación democrática en donde, al final
de cuentas, siempre fueron elegidos los operarios del saqueo y la corrupción
(salvo honrosas excepciones). El Estado
liberal nació para ser gobernado por pocos, haciéndonos creer que gobernábamos
todos eligiendo algunos de rostros y
vestimenta de excluidos y pobres; a eso le llamaron democracia.
Por otro lado, desde la necesaria refundación de la nueva
república el MNP y la izquierda peruana reunida en Huancayo, exigen nueva
Constitución. Este nuevo pacto legislativo para ser transformadoramente
revolucionaria, debe, en la práctica, ampliar legislativa y jurídicamente los
poderes del Estado como la realizada en Constituciones como la Venezolana:
Poder Ejecutivo, Judicial, Legislativo, Ciudadano y Electoral, lo cual garantizaría la consolidación de un
Estado con bases democráticas directas y representativas. Y, seguro existirán
otras fórmulas que desde y con el pueblo peruano deberán ser estructuradas.
¡Que se vayan todos! ¡Que decida la gente! Seguramente en el próximo referéndum a
celebrarse, muy probablemente en el mes de noviembre, con caras a las
adelantadas elecciones presidenciales, en el mejor de los casos generales, el
pueblo tendrá la oportunidad de manifestar su inocultable deseo de cambio
profundo de las viejas estructuras de poder impunemente concentrado.
Que se vayan todos! y toda aquella estructura que ha
sumido al Perú en el más perfecto ejemplo de lo que significa seguir viviendo
colonizados. Patio trasero, imitación
de nación, apostando por fantasmagóricos cambios provenientes de políticas
extractivista otrora el salitre y guano, hoy piedras, minerales y gas
gestionados por criollos enquistados en oficinas virreinales como CONFIEP y el
Estado liberal.
En
palabras de Mendoza: “No es posible que mientras la clase
política y económica tradicional se ufane de que el sector minero es el más
importante, al generar ingresos y renta, lamentablemente eso quede en los
bolsillos de unos pocos y ni siquiera en las arcas del Estado para poder
redistribuirlo. En los últimos años se han dado devoluciones tributarias a las
mineras por 16 mil millones de soles”. [3]
¡Que se vayan todos! pero que no regresen los mismos
lobos vestidos de oveja sino el pueblo trabajador, digno y soberano que anhela
por siglos ser autor de su propia historia, creador de su propio destino y
responsable de sus propios actos.
Es
el tiempo histórico de las organizaciones políticas, movimientos sociales,
estudiantiles, laborales, ciuadan@s, de tomar la historia en sus manos y
esculpirla a su imagen y semejanza.
El
MNP lo señaló el 28 de mayo de 2019: Consideramos
que el cierre del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones son la única
salida para darle la voz a la ciudadanía abriendo un debate sobre las profundas
transformaciones que requiere el país […] en esa perspectiva, nos hacemos parte
de una gran convocatoria del pueblo peruano para cerrar el congreso, exigir
nuevas elecciones, impulsar un proceso constituyente y abrir un nuevo curso en
la historia del país que asegure trabajo, bienestar, seguridad e igualdad para
las grandes mayorías de peruanos y peruanas. [4]
A
falta de argumentos, a la derecha peruana y asesores no les interesa apropiarse
inescrupulosamente de iniciativas propuestas hasta por la propia izquierda.
Todo vale en la absurda obsesión de perpetuarse en el poder de espaldas al
clamor del pueblo y de cara a los nefastos intereses del poder neocolonial.
[1] Decretos del Libertador. Tomo I (1813-1825). Caracas: Sociedad
Bolivariana de Venezuela. Imprenta Nacional, pag. 283, 1961.
[2] Daniel Parodi.
Breve historia de la corrupción en el Perú. En: Ideele Revista N. 281 https://revistaideele.com/ideele/content/breve-historia-de-la-corrupci%C3%B3n-en-el-per%C3%BA.
[4] Nuevo Perú. CIERRE DEL CONGRESO, NUEVAS ELECCIONES,
PROCESO CONSTITUYENTE ¡AHORA! 28 de mayo de 2019. En:https://twitter.com/NuevoPeruMov/status/1133595935580262402?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1133725154620727296&ref_url=https%3A%2F%2Flarepublica.pe%2Fpolitica%2F1477992-veronika-mendoza-pueblo-movilizado-debe-exigir-cierre-congreso-pedro-chavarry%2F
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