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sábado, 21 de septiembre de 2019

México firme contra la injerencia

La preocupación manifestada en la postura de México, resuena aún más en el complejo contexto latinoamericano en que las fuerzas ultraconservadoras efectúan acciones desestabilizadoras al interior de las naciones y preparan el camino para nuevos escenarios de conflicto, tal y como se observa en Nicaragua, Bolivia, Cuba, Venezuela y el propio México.

Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida, Yucatán. México

Atrás quedan los años de entrega descarada y evidente sumisión que caracterizaron a los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto frente a la injerencia imperialista de los Estados Unidos en América Latina, la nueva postura en materia de política exterior de México hace con hechos lo que declara en palabras, el actual gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador y la llamada Cuarta Transformación, dan pasos certeros para reordenar las relaciones internacionales con los países latinoamericanos que tanto fue lesionada por las posturas conservadoras de sus predecesores, el respeto a gobiernos y pueblos es el nuevo eje que orienta el reconocimiento a la autodeterminación de las naciones, precepto juarista que se aplica a la letra para ejercer ese mismo derecho declarado y evitar ser cómplices de arteras agresiones como sí permitieron, e incluso practicaron, Fox, Calderón y Peña Nieto, efectuando declaraciones inapropiadas y desinformadas o realizando acciones directas de agravio a la voluntad de naciones hermanas.

Desde el inicio del nuevo gobierno mexicano se marcó la línea a seguir, ante los deseos de los Estados Unidos y otros gobiernos lacayos, de que México se sumara a las declaraciones y acciones de agresión contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que encabeza Nicolás Maduro. México hizo efecto de la luz juarista y se declaró en contra de cualquier injerencia que viole la soberanía y la autodeterminación venezolana, llamó al dialogo y al respeto de las leyes internacionales que regulan las relaciones entre países. Esa misma línea ha continuado ejerciéndose, retomando poco a poco el liderazgo regional que en otras épocas mostró una faceta necesaria de reconocer en materia de política exterior. Ahora un nuevo ejemplo se manifiesta para reafirmar lo dicho, México a rechazado tajantemente la solicitud efectuada en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) por los gobiernos de Colombia y Brasil con el impulso de los Estados Unidos, para que se reactive el Tratado interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) con la intensión de encontrar apoyo para una intervención militar en Venezuela a favor de los oscuros intereses imperialistas.

La OEA está integrada por treinta y cuatro naciones, dieciocho de ellas pertenecen al TIAR, en esta ocasión once votaron a favor de que se ponga en marcha (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EEUU, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana) y, como burla a las soberanías, el duodécimo voto fue emitido por la fracción autoproclamada representante de Venezuela de Juan Guaidó, hecho violatorio de los tratados internacionales y de la constitución venezolana, pues Guaidó no es el representante oficial de Venezuela, su presencia y participación responde a los dictados de los Estados Unidos y es la muestra de cómo la OEA en realidad es protectora y representante del imperialismo en América. El TIAR contempla una serie de opciones, que pueden ir desde la negociación, la ruptura de relaciones diplomáticas y consulares, la suspensión de comunicaciones económicas, de transporte terrestre, marítimo, aéreo, comunicaciones radioeléctricas, radiofónicas y la opción de acciones militares. A todas luces la propuesta de activación del TIAR y los votos emitidos a favor son una provocación, un descaro y una nueva agresión contra el pueblo venezolano.

México no es parte del TIAR desde 2002, pero sí de la OEA, su voz tiene el mismo derecho a ser expresada y además, tiene un peso particular por la calidad moral que la rige. La representante mexicana en la OEA, Luz Elena Baños, señalo que: “El TIAR es contrario a la OEA, que fue creada para fortalecer la paz, la seguridad, el desarrollo y la defensa de los derechos humanos […] México desea dejar clara su firme oposición a la invocación al TIAR, que sienta un peligroso precedente para la democracia, el derecho internacional, la búsqueda de la paz y la no intervención en los asuntos de otros Estados y al que México se opone de manera categórica”. Asimismo recalcó que: “invocar un tratado identificado con el uso de la fuerza, del que únicamente forma parte un número limitado de la membrecía, para discutir asuntos trascendentales, como éste, que conciernen a todos, es un retroceso y una contradicción, que profundiza la división al seno de la Organización y promueve el enfrentamiento entre los países”. Crítica de los intereses con que se invoca el uso del TIAR, la representante mexicana cuestionó con la historia como ejemplo, que la solución de los problemas entre naciones no es la guerra sino la diplomacia puesta al servicio de los pueblos.

La preocupación manifestada en la postura de México, resuena aún más en el complejo contexto latinoamericano en que las fuerzas ultraconservadoras efectúan acciones desestabilizadoras al interior de las naciones y preparan el camino para nuevos escenarios de conflicto, tal y como se observa en Nicaragua, Bolivia, Cuba, Venezuela y el propio México. Por ello, es importante resaltar y reconocer la cordura vuelta política y celebrar que se retome el camino del respeto a la soberanía y autodeterminación de las naciones, pues no olvidemos que México es también escenario de injerencias económicas y políticas por parte de los Estados Unidos. Motivo de esperanza para la región es de igual forma, la noticia de que México ha anunciado su deseo formal de presidir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el único organismo regional que no incluye a los Estados Unidos y Canadá. Ante la permanente amenaza contra la voluntad de los pueblos de vivir en paz ejerciendo su soberanía y autodeterminación, la unidad e integración latinoamericana deben prevalecer y reforzarse para el bien de las naciones hermanas por encima de cualquier particularidad.

Integrante del Colectivo Disyuntivas

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