La
preocupación manifestada en la postura de México, resuena aún más en el
complejo contexto latinoamericano en que las fuerzas ultraconservadoras
efectúan acciones desestabilizadoras al interior de las naciones y preparan el
camino para nuevos escenarios de conflicto, tal y como se observa en Nicaragua,
Bolivia, Cuba, Venezuela y el propio México.
Cristóbal León Campos / Especial para Con Nuestra América
Desde Mérida,
Yucatán. México
Atrás
quedan los años de entrega descarada y evidente sumisión que caracterizaron a
los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto frente a la
injerencia imperialista de los Estados Unidos en América Latina, la nueva
postura en materia de política exterior de México hace con hechos lo que
declara en palabras, el actual gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador
y la llamada Cuarta Transformación, dan pasos certeros para reordenar las
relaciones internacionales con los países latinoamericanos que tanto fue
lesionada por las posturas conservadoras de sus predecesores, el respeto a
gobiernos y pueblos es el nuevo eje que orienta el reconocimiento a la autodeterminación
de las naciones, precepto juarista que se aplica a la letra para ejercer ese
mismo derecho declarado y evitar ser cómplices de arteras agresiones como sí
permitieron, e incluso practicaron, Fox, Calderón y Peña Nieto, efectuando
declaraciones inapropiadas y desinformadas o realizando acciones directas de
agravio a la voluntad de naciones hermanas.
Desde
el inicio del nuevo gobierno mexicano se marcó la línea a seguir, ante los
deseos de los Estados Unidos y otros gobiernos lacayos, de que México se sumara
a las declaraciones y acciones de agresión contra el gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela que encabeza Nicolás Maduro. México hizo efecto de la
luz juarista y se declaró en contra de cualquier injerencia que viole la
soberanía y la autodeterminación venezolana, llamó al dialogo y al respeto de
las leyes internacionales que regulan las relaciones entre países. Esa misma
línea ha continuado ejerciéndose, retomando poco a poco el liderazgo regional
que en otras épocas mostró una faceta necesaria de reconocer en materia de
política exterior. Ahora un nuevo ejemplo se manifiesta para reafirmar lo
dicho, México a rechazado tajantemente la solicitud efectuada en el seno de la
Organización de Estados Americanos (OEA) por los gobiernos de Colombia y Brasil
con el impulso de los Estados Unidos, para que se reactive el Tratado
interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) con la intensión de encontrar
apoyo para una intervención militar en Venezuela a favor de los oscuros
intereses imperialistas.
La
OEA está integrada por treinta y cuatro naciones, dieciocho de ellas pertenecen
al TIAR, en esta ocasión once votaron a favor de que se ponga en marcha
(Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EEUU, Guatemala, Haití,
Honduras, Paraguay, República Dominicana) y, como burla a las soberanías, el
duodécimo voto fue emitido por la fracción autoproclamada representante de
Venezuela de Juan Guaidó, hecho violatorio de los tratados internacionales y de
la constitución venezolana, pues Guaidó no es el representante oficial de
Venezuela, su presencia y participación responde a los dictados de los Estados
Unidos y es la muestra de cómo la OEA en realidad es protectora y representante
del imperialismo en América. El TIAR contempla una serie de opciones, que
pueden ir desde la negociación, la ruptura de relaciones diplomáticas y
consulares, la suspensión de comunicaciones económicas, de transporte
terrestre, marítimo, aéreo, comunicaciones radioeléctricas, radiofónicas y la
opción de acciones militares. A todas luces la propuesta de activación del TIAR
y los votos emitidos a favor son una provocación, un descaro y una nueva
agresión contra el pueblo venezolano.
México
no es parte del TIAR desde 2002, pero sí de la OEA, su voz tiene el mismo
derecho a ser expresada y además, tiene un peso particular por la calidad moral
que la rige. La representante mexicana en la OEA, Luz Elena Baños, señalo que:
“El TIAR es contrario a la OEA, que fue creada para fortalecer la paz, la
seguridad, el desarrollo y la defensa de los derechos humanos […] México desea
dejar clara su firme oposición a la invocación al TIAR, que sienta un peligroso
precedente para la democracia, el derecho internacional, la búsqueda de la paz
y la no intervención en los asuntos de otros Estados y al que México se opone
de manera categórica”. Asimismo recalcó que: “invocar un tratado identificado
con el uso de la fuerza, del que únicamente forma parte un número limitado de
la membrecía, para discutir asuntos trascendentales, como éste, que conciernen
a todos, es un retroceso y una contradicción, que profundiza la división al
seno de la Organización y promueve el enfrentamiento entre los países”. Crítica
de los intereses con que se invoca el uso del TIAR, la representante mexicana
cuestionó con la historia como ejemplo, que la solución de los problemas entre
naciones no es la guerra sino la diplomacia puesta al servicio de los pueblos.
La
preocupación manifestada en la postura de México, resuena aún más en el
complejo contexto latinoamericano en que las fuerzas ultraconservadoras
efectúan acciones desestabilizadoras al interior de las naciones y preparan el
camino para nuevos escenarios de conflicto, tal y como se observa en Nicaragua,
Bolivia, Cuba, Venezuela y el propio México. Por ello, es importante resaltar y
reconocer la cordura vuelta política y celebrar que se retome el camino del
respeto a la soberanía y autodeterminación de las naciones, pues no olvidemos
que México es también escenario de injerencias económicas y políticas por parte
de los Estados Unidos. Motivo de esperanza para la región es de igual forma, la
noticia de que México ha anunciado su deseo formal de presidir la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el único organismo regional que
no incluye a los Estados Unidos y Canadá. Ante la permanente amenaza contra la
voluntad de los pueblos de vivir en paz ejerciendo su soberanía y
autodeterminación, la unidad e integración latinoamericana deben prevalecer y
reforzarse para el bien de las naciones hermanas por encima de cualquier
particularidad.
Integrante
del Colectivo Disyuntivas
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