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sábado, 26 de octubre de 2019

Penalizar el crimen, no la insatisfacción social

Pareciera ser que Raskólnikov, personaje de “Crimen y castigo” de Fiódor Dostoyevski, despierta indignado por la usura y el saqueo contra las mayorias excluídas.

José Toledo Alcalde / Para Con Nuestra América

Las recientes manifestaciones sociales en, Chile, Ecuador, España, Francia, Haiti, Hong Kong, Puerto Rico dan muestra de la urgencia de deslindar entre insatisfacción social y crimen. Está claro que cualquier acto que atente contra el bien común debe ser ejemplarmente corregido de acuerdo a ley pero hacer de la motivación del descontento y protesta social una burda explosión delicuencial es una maquiavélica distracción mediática y obsena manipulación política.

En este artículo son tres los puntos que resaltamos con preocupación: 1. El uso y abuso de la ley del garrote donde so pretexto de preservar orden y seguridad los índices de vejámenes del Estado colocan las debilitadas democracias al borde del abismo y 2. La criminalización del derecho a la protesta y 3. La vinculación de la movilización social con supuestas influencias provenientes de regímenes como el ruso, cubano y venezolano.
[1] 

Cuando la representación parlamentaria, y poderes del Estado, no son suficientes en la búsqueda de la promoción y defensa de los derechos de la ciudadanía, cuando contrarios a defender la soberanía de los pueblos la entregan en bandeja de oro y plata a poderes fácticos , la sociedad, democráticamente organizada, ha hecho de las calles tribuna soberana de defensa de sus vulnerados derechos. Este hecho no quita, ni menos justifica, el deplorable e innecesario uso de métodos violentos realizados por sectores no necesariamente provenientes de organizaciones sociales y políticas pacíficamente organizadas y movilizadas.  
  
En Ecuador el rechazo generalizado se centró en el incremento del precio de la gasolina y todo el paquete de ajustes del FMI con 4.200 millones de dólares y 6.000 millones provenientes de organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), CAF-Banco de Desarrollo de América Latina,Banco Europeo de Inversiones (BEI),Fondo Latinoamericano de Reservas y de la Agencia Francesa de Desarrollo.

Mientras que la consecuencia del funesto endeudamiento traería los antisociales ajustes, y el desborde popular del pueblo ecuatoriano se gestaba, el mandatario Lenín Moreno cantaba orondamente victoria a los cuatro vientos: “Hemos recuperado la confianza y la credibilidad. Por eso, las más importantes organizaciones mundiales han decidido sumarse al camino que estamos construyendo. Han decidido respaldar el Plan de Prosperidad de nuestro Gobierno, por eso vamos a recibir más de 10.000 millones de dólares”.[2]

La criminalización de la protesta social, y uso de la lógica militar como defensa del orden y seguridad, molécula fundante del aparato represor,  se gráfica claramente en palabras de la alcaldesa de Guayaquil Cynthia Viteri en alusión a la movilización de organizaciones indígenas en el Ecuador: “Cada uno de nosotros debe saber que cuenta con el valor, la fuerza y el amor suficiente para defender a la ciudad […] “Si ellos creen que pueden venir a nuestras tierras a quemar, a destruir, a robar, con nosotros no podrán" […] ´Guayaquil no caerá bajo las manos de unos hampones´.” [3] 

Y, como si fuesen poco los signos de xenofobia, la modalidad internacionalizada es la criminalización de la insatisfacción social vinculada a presencia foránea de regímenes del grupo del Movimiento de Países No Alineados. La ministra del Interior de Ecuador, María Paula Romo sostuvo: “Un nivel parecido de intensidad y de violencia al que se enfrentó en las calles del país también se enfrentó en la comunicación […] como 'el ataque en redes sociales' [y] 'la cantidad de información falsa ' […] llama la atención que una protesta haya sido transmitida en vivo por el canal público del gobierno ruso”.[4]


En Francia las protestas del movimiento de los chalecos amarillos, levantados pacíficamente contra el incremento de precios de la gasolina y diésel, contra la pérdida del poder adquisitivo y la postergación de la población rural, han y siguen movilizando miles de ciudadanxs contra el régimen neoliberal que representa el mandatario Emmanuel Macron. Funcionario público que no le tiembla la mano para decretar la militarización del país usando dispositivos de seguridad como 'operación Centinela' especializados en situaciones de terrorismo. Logrando, el mandatario francés, estigmatizar y fracturar al movimiento social.  

Como resultado, la jurista Sophia Albert Salmeron denunció al mandatario Macron ante la Corte Penal Internacional de La Haya por supuestos crimenes de lesa humanidad: “Las fuerzas del orden han cometido crímenes de persecución contra el movimiento de los chalecos amarillos porque el Gobierno les dio la orden […] Estamos viendo como cada fin de semana hombres, mujeres, niños e incluso personas discapacitadas son golpeadas por la Policía […]Hay gente que está siendo perseguida, golpeada y mutilada. Es inaceptable”. [5]

Macron, al igual que la ministra del Interior María Paula Romo , no tardó en lanzar sospechas sobre posible influencia rusa: "La comunicación oficial y tradicional es muy poco activa y poco seguida. Son los extremistas los que son muy activos. Y sus medios de referencia son medios como 'Russia Today' o Sputnik, controlados desde Moscú. No deja de ser curioso que los medios más seguidos por los chalecos amarillos extremistas no sean medios franceses, sino Russia Today".[6]

En el pasado enero el portal ruso Sputnik en Berlin informó el acoso que venían sufriendo con medios de comunicación como Russian Today (RT): “La Asociación Alemana de Periodistas llama a los organismos de supervisión de los medios de comunicación regionales a no otorgar a la cadena RT la licencia de televisión para el portal RT Deutsch […] En noviembre de 2016 el Parlamento Europeo aprobó una resolución contra esa cadena y la agencia de noticias Sputnik, al acusar a estos dos medios de "incitar al miedo, provocar dudas y dividir a la UE”.[7]

“En Estados Unidos la cadena RT fue incluida en la lista de agentes extranjeros en 2017, tras lo cual el Congreso estadounidense retiró la acreditación a los periodistas de ese canal. La medida obligó a la cadena a cesar sus transmisiones en Washington, y en septiembre y octubre pasados dos proveedores de televisión por cable —Spectrum y Comcast Chicago— rechazaron prolongar los contratos con RT”.

En España, después de haber criminalizado y penalizado el referendúm del 1ro de Octubre (1-O) de 2017 en el cual se preguntó ¿Quiere que Cataluña sea un estado independiente en forma de república? la Generalidad de Cataluña hasta el día 6 de octubre informó de un total de 2 262 424 papeletas fueron 2 020 144 votos por el “Si”  y 176 565 votos por el “No” con una participación del 43,03 %.

¿Respuesta del Estado español al referendúm catalán? Represión por medio de pelotas de goma (prohibidas en Catalunya desde abril de 2014), gases lacrimógenos y todo tipo de deplorables expresiones de violencia.[8] Los lideres y lideresas catalanes han recibido penas de carcel entre 9 y 13 años condenados por sedición y malversación en clara muestra de la puesta en escena de uno de los rostros de la criminalización la “guerra jurídica” (lawfare) 

Como rechazo al “Si” y el consecuente encarcelamiento del liderazgo catalán la plataforma independentista de desobediencia civil Tsunami Democratic convocó a la movilización social las cuales terminaron siendo calificadas como movimiento terrorista para sorpresa de sus organizadores y eso debido a los terribles hechos de violencia a la cual Cataluña ha sido sumergida.

Por otro lado, y en la misma linea represiva, en Chile las autoridades decretaron el estado de emergencia y el toque de queda, al mismo estilo de épocas de la dictadura militar. Ante el aumento de la tarifa del transporte, energía , y demás demandas sociales, organizaciones como la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), la CUT (Central Unitario de Trabajadores), la UCT (Unión Clasista de Trabajadores) y organizaciones sociales y sindicales de Chile seguiran movilizados en paro convocado para este lunes 21.

Lamentablemente este nuevo levantamiento social chileno ha sido el pretexto perfecto para militarizar el país. No se puede entender las actuales circunstancias sin releer la historia del  descontento social que lo antecede. Desde el 2011 el movimiento estudiantil chileno viene demostrando sus diversas discrepancias frente al programa financiero que consideran ajeno al respeto y defensa de los derechos fundamentales violentados sistemáticamente. Muertos, heridos (mutilaciones, invalideces) detenidos (incluidos menores de edad), vejamenes sexuales y persecusiones es el resultado de la aplicación de la supremacía de la violencia y el caos represivo.

La criminalización de las movilizaciones sociales encuentran su razón de ser en la generación de los actos de violencia. En Ecuador, España, Francia y Chile se ha comprobado que los actores de los actos de violencia, llamados en España “guerrillas urbanas”, en Ecuador “hampones” y en Chile “terroristas”, no forman parte de los colecivos organizados los cuales asumieron la dirección de las movilizaciones. Es cierto que la juventud chilena movilizada llamaron a la desobediencia civil por medio de la convocatoria #EvasionMasivaTodoElDia derribando rejas de las entradas a las estaciones del metro y sobrepasando los controles de acceso pero esto se origina como reacción a la ausencia de apertura del Estado a las multiples demandas  de la hastiada población.

La consigna primaria es destruir la organización; estigmatizar la movilización y reprimir la resistencia social. Acabar con todo signo de “desobediencia civil”. Evidentemente de cara al desorden y violencia para el Estado no queda mayor recurso que la fuerza para interrumpirlo pero ¿por qué no el diálogo basado en las demandas realizadas? La estrategia es hacer del ruido el escándalo perfecto que desplazaría del foco de atención el origen del descontento: la caducidad del excluyente modelo neoliberal. 

La movilización social termina siendo promocionada por los medios como “estado de guerra” y madatarios del talante del empresario Salvador Piñera lapidan toda posibilidad de entendimiento: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible […] Les pido a todos mis compatriotas que nos unamos en esta batalla que no podemos perder (...) los conmino a condenar sin ninguna duda esta violencia y delincuencia […]Ellos están en guerra contra todos los chilenos que quieren vivir en democracia”. 

¿En que país vive el multimillonario mandatario Piñera? ¿De que Chile habla el cuando deambula en felices conferencias internacionales auto felicitándose por éxitos que sólo figuran en su corporativa imaginación mientras que en su ficticio país de las maravillas la miseria campea sin limites? 

Juzguen ustedes el análisis del Sr. Piñera: 

Entrevistador: “¿A qué se refiere con (economía) sana y sólida, cuando lo que se vio en el primer semestre fue una desaceleración?

Piñera: Les voy a dar solo algunos datos. En materia económica en la campaña asumimos el compromiso de duplicar la capacidad de crecimiento económico del gobierno anterior. Lo estamos cumpliendo y lo vamos a cumplir. El promedio de crecimiento de Chile en 2018-2019 va a ser 3,5% aproximadamente, que es el doble del promedio del gobierno anterior. Dijimos que íbamos a duplicar la capacidad de crear empleos y estamos creando empleos a un ritmo de 170 mil al año, el doble que en el gobierno anterior; dijimos que íbamos a mejorar los salarios y la productividad, lo que ha ocurrido; dijimos que íbamos a recuperar la inversión, que había caído durante los cuatro años del gobierno anterior, y la inversión se ha levantado y con fuerza, para crecer en torno a 4%-5%. Por lo tanto, los grandes compromisos económicos los estamos cumpliendo”.[9]

Salvador Piñera, Lenín Moreno, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Mauricio Macri, Mario Abdo Benítez, Jair Bolsonaro, Martín Vizcarra, Iván Duque, Luis Almagro (la lista continua) cuentan exactamente con el mismo libreto. Todos ellos salvarguardan el mundo del 1% de la población mundial y criminalizan el 99%. Obedecen ordenes y estás son de carácter injerencista y represivo. El valor agregado al archiconocido método violentista y antidemocrático es vincular conspiratoriamente al supuesto “eje del mal” (p.e.: Cuba, Rusia,  Venezuela, Nicaragua)[10] como responsables de los conflictos y explosiones de insastifacción social en cada uno de sus paises.

Los personajes arriba mencionados saben saben perfectamente el alto costo social que la aplicación de inhumanos ajustes económicos trae como consecuencia. La violencia económica, los desplazamientos, enfermedades y muertes no ocupan los concertados titulares mediáticos. La violencia estructural no es tema de conversación y análisis en las entrevistas de prensa e informes de Estado. Las bombas lacrimógenas, bolas de goma, golpes de todo nivel, torturas son parte de una “violencia democrática” aceptada siempre y cuando provenga de países aliados a Washington.

Criminalización y vinculación conspiratoria se repetirá cual mantra globalizado pero a pesar de la furia neoliberal la ola socialista regresa a América Latina y el Caribe. En Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Haiti, Perú, Puerto Rico la ebullición social es imparable como imparable será la millonaria campaña de desprestigio, fragmentación y vinculación conspiratoria que violentaran toda expresión de insatisfacción social políticamente organizada.

La idea no es sólo no castigar al inocente. El castigo en sí mismo es una de las muchas iniquidades religiosas transmitidas de generación en generación. La finalidad del Establischment es exterminar toda expresión de socialismo sobre la faz de la tierra. Como evidencia, el régimen brasileño puede ser la ejemplar demostración del recrudecimiento del programa macartista a nivel global. P.e., lo dicho por el mandatario Jair Bolsonaro: “Siempre he soñado con liberar a Brasil de la sucia ideología de la izquierda”.[11] Exagerada expresión de dogmátismo fundamentalista de extrema derecha que al unísono con la arremetida ideológica de Washington apuestan por la desbocada hegemonización del programa neoliberal.  

Bolsonaro entraña la más pura representación del odio de clase de perfil xenofóbico y homofóbico. La criminalización de la organización y movilización social, de cara al pragmatismo económico de los regímenes neoliberales, cuenta con el silencio cómplice de lideres internacionales neoliberales que no dudan en agruparse antidemocráticamente como en el Grupo de Lima, Progreso de América del Sur (Prosur) y la  OEA en claro intento de perpetuar la vigencia del hegemón quebrantando soberanias, violando derechos fundamentales y engordando jugosas cuentas corporativas.  

¿Por qué no se manifiesta el Sr. Almagro censurando a su colega Piñera valiéndose de su plataforma propagandística (OEA)? ¿Por qué la Sra. Bachelet sólo atina a hacer una escuálida recomendación al régimen chileno sin emitir pronunciamiento de alarma, como lo hizo con Venezuela, ante las flagrantes violaciones de los derechos humanos que minuto a minuto viene sufriendo el pueblo chileno? ¿Por qué no se declara al Ecuador, Chile, España como amenaza inusual contra los EEUU por la más que evidente puesta en escena del quiebre del orden constitucional y Estado de Derecho ruptura que supo maquillar cruentas realidades con falsos índices de crecimiento y desarrollo?

Si se criminaliza el saqueo de supermecados en búsqueda de alimentos deben saberlo que esta muestra de miseria es consecuencia del “milagroso programa de ajustes”. Los saqueos son de alimentación, y no de coches o accesorios de lujo, tanto así que los supermecados en Chile se han visto en la necesidad de abrir sus puertas y dejar que la población se autodistribuya productos básicos sin dañar los establecimientos. Saqueo + usurpación = insatisfacción social  ¿Más sencilla la fórmula? Imposible.

El crimen y castigo lo dicta y aplica quien ostenta el poder. El protector y beneficiaro del dogma dice quién va al infierno y quién al cielo, quién paga y quién cobra. La crueldad a la cual se somete a los pueblos es inhumana. El ecocidio extractivista que empobrece a pueblos enteros y enriquece a minúsculas corporaciones es uno de los crímenes planetarios más premiados su defensa es criminalizada. La lógica neoliberal castiga, penaliza a la victima y premia, defiende, protege al victimario.

Seguro que la destrucción del bien público debe ser ejemplarmente penalizado pero esto no da lugar a la violencia encarnecida a la cual asistimos sin censura de organismos internacionales abanderados escrupulosos defensores de la democracia y el derecho internacional.

Los asalariados del poder saben perfectamente que el fin del capítulo neoliberal ha llegado. De igual forma lo sabe el Sumo Pontifice Francisco quien denuncia:

“La injusticia y la falta de oportunidades tangibles y concretas detrás de tanto análisis incapaz de ponerse en los pies del otro –y no digo zapatos, porque en muchos casos esas personas no tienen–, es también una forma de generar violencia: silenciosa, pero violencia al fin […] No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad. Cuántas veces la igualdad nominal de muchas de nuestras declaraciones y acciones no hace más que esconder y reproducir una desigualdad real y subyacente y devela que se está ante un posible orden ficcional”.

Finalmente por esta razón nos preguntamos: ¿Es el Papa criminal, terrorista, hampón, delincuente, sedicioso, caviar, comunista, anti democrático, conspirador, maleante, etc, etc? ¿Merece el S.P “castigo” por el “crimen” de denunciar evangélicamente la violencia estructural y las consecuencias que aniquila miles de miles de personas sin que exista organismo internacional capaz de acabar con programas financiera y económicamente inicuos? ¿Por qué no se criminaliza y castiga al sistema financiero internacional fuente de conflictos, usura y saqueo? ¿Qué valores pueden existir más allá del valor sagrado de la Vida que justifique la autodestrucción de la humanidad y todo lo que le rodea?




[1] Reza la máxima “cada ladrón juzga de acuerdo a su condición”.  La lectura que realizan gobiernos neolinberales sobre la insastifacción social contra la injerencia del sistema financiero internacional (FMI, BM, etc) se realiza desde el prisma de la naturaleza de las “revoluciones de color” ó “primaveras revolucionarias” de Gene Sharp sostenidas por Washington y aliados. Los grupos de poder legitiman la lógica de conspiración y saboteo – golpe suave - contra regímenes socialistas, ó contrarios a Washington, y criminalizan cuando la lógica de insurgencia es invertida a favor de los pueblos. 
[10] Por alguna razón México y Uruguay no estan siendo estigmatizados en la dimensión de los demás países.

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