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sábado, 22 de febrero de 2020

Odebrecht y la teoría de la binacionalidad peruana

El caso de Odebrecht no es la muestra que en el Perú, y el mundo, campean a sus anchas desadaptados chicas y chicos, “políticamente incorrectos”, de comportamiento anárquicos. Es algo mucho más profundo que eso. 

José Toledo Alcalde / Para Con Nuestra América

El escándalo Odebrecht terminó de abrir la caja de pandora de la endémica corrupción en el Perú. Esta compleja red institucionalizada del desmoronamiento de valores patrios, éticos y morales pone al relieve una nación zombi con 200 años de peregrinaje en el valle de los espejismos y absurdos de un seudoestado de vida llamado “democracia”, Frankenstein de la retórica política liberal. Esta suerte de Ortro, monstruo mitológico bicéfalo, que subsistió gracias a la sangre de sus víctimas; desequilibrante desorden bipolar donde el rostro del Perú del  éxito, progreso, modernidad y desarrollo se observa a través de la “caja boba” (TV)  mientras que el Perú de la indignación “patea  latas”, “latea”, diariamente y come en los mercados populares de un Perú, de siempre, despreciado por sus excluyentes y exclusivas cúpulas de poder. Lo veremos más adelante en la “anecdótica” similitud del modus operandi entre el ex mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y el ex Ministro de Energía y Minas Juan Carlos Liu Yonsen.

Lo dijimos en El Perú como tesis de golpe suave (07/10/19)[1] y El golpe suave del FMI en el Perú (10/10/20) ,[2] mientras no se detengan los canales legitimados y legalizados del saqueo republicano este  Frankenstein seguirá, en compañía de sus colegas de la región, causando calamidades contrarias a cualquier buen deseo de la Carta de las Naciones Unidas y Declaratoria Universal de los Derechos Humanos. No es secreto que el sistema financiero internacional es señalado como el principal responsable de la pobreza como la calamidad de las calamidades: “El FMI, BM y demás aliados debería comparecer en los tribunales de justicia internacional por quebrantar criminalmente lo estipulado en la Carta de las Naciones Unidas y cuanto manifiesto de los derechos humanos exista”.[3]

El caso de Odebrecht no es la muestra que en el Perú, y el mundo, campean a sus anchas desadaptados chicas y chicos, “políticamente incorrectos”, de comportamiento anárquicos. Es algo mucho más profundo que eso.

Esta bicéfala anomalía, a la que llamamos binacionalidad, es la muestra de la naturaleza criminal del sistema. Depravado engendro económico y militar que cuanto más sangre tiene, más quiere. Es la consecuencia lógica, el producto inevitable de una matriz de opresión que nació para destruir y al mismo tiempo justificar la destrucción con pretextos de beneficios al bien común. Una estructura montada desde sus inicios para hacer de los/as débiles serviles esclavos/as de un Perú ajeno a sus sueños y otro Perú cercano a sus más escalofriantes pesadillas. Espeluznante situación de iniquidades donde el despojo, hambre y miseria fueron, y siguen siendo, sembrados como consecuencia natural de un “proceso de desarrollo” clara analogía de la situación global.

Otrora fueron el guano, salitre, caucho, petróleo y el monopolio del sistema ferroviario anclado en el vientre minero del Perú. Hoy los peajes, concesiones, adendas, exoneraciones y lobbies se encuentran a la orden del día. Todo este engranaje colonial sistémico y sistemático creado sobre los andamios de una doble nacionalidad, una doble economía, la formal y la real (Luis G. lumbreras), dependiente y extractivista: el Perú de los pobres y el de los ricos. Deformado paradigma de nacionalidad ideada en los laboratorios liberales ávidos de transvestirse a cada instante en nombre de la sacrosanta “democracia”.

El historiador peruano Jorge Basadre habló de la “doble economía”: “Es innegable que, en la evolución realizada a partir de la independencia, ajena a cualquier verdadera y amplia transformación social, se va marcando el dualismo entre una economía mercantil y de exportación de materias primas en las zonas modernizadas del país, y una economía de subsistencia, rudimentaria, autártica o semiautárquica  en diversas áreas de la región andina”. Por lo tanto, el mercado del consumo interno en gran escala de los productos industriales no existe o es demasiado frágil; con lo cual aparece el “cuello de botella”, obstáculo para el salto hacia el verdadero desarrollo”.[4]

De igual forma, el literato y poeta peruano Washington Delgado habló de un Perú que pasó de ser autártica a dependiente, un país oficial y otro mayoritario: “Ya no hay un Perú sino dos Perú es. Por lo menos: un Perú oficial, con sus leyes, símbolos y atributos, que es patrimonio de una pequeña minoría; y un Perú mayoritario y desposeído. Sus intereses se contraponen, sus ideales y sentimientos son diferentes. Conciliarlos es una tarea difícil sino imposible […]”.[5]

En octubre de 2019 levantamos la sospecha, en nuestros artículos citados arriba, sobre la naturaleza lobista de la elección de la ministra de Economía y finanzas en el Perú María Antonieta Alva Luperdi, hija del profesor universitario de Martín Vizcarra, y Liu Yonsen, asesor del Ministerio de Energía y Minas (OSINERGMIN), 2010, 2012, 2014 y no estábamos lejos de la realidad.

Veamos que sucedió.

Ambos funcionarios públicos con antecedentes relacionados al Banco Mundial (BM) y en el caso del ex ministro de Energía y Minas relacionado, según el motivo de su reciente renuncia, con el asesoramiento a Odebrecht por intermedio de su empresa Consultores Supervisores y Asesores Nacionales S.A.C (Conasac). Empresa responsable del informe para el proyecto del Gaseoducto Sur Perú (GSP). Todo esto mientras Liu Yonsen asesoraba al Ministerio de Energía y Minas.  

No fue casualidad que el 3 de enero de 2013 el ministro de Energía y Minas Jorge Merino Tafur, presentó al director de Proinversión el informe de Liu Yonsen y solicitó incorporarlo en el proceso que dio origen a la licitación del GSP. Con dicho informe de Conasac, Proinversión aprobó en apenas un día dicho proyecto.[6]

Tal cual la lógica del saqueo llevada a cabo por el ex mandatario peruano  PPK, y actual reo domiciliario acusado de delitos de corrupción quien a la vez de desempeñarse como ministro, jefe de Proinversión y primer ministro (de 2004 a 2006), en el gobierno del prófugo por corrupción, Alejandro Toledo, firmaron el préstamo de Corporación Andina de Fomento para financiar el trasvase e irrigación OLMOS, el 19-5-2005, cuando ya le había concesionado, él mismo, el 22-7-2004 (US$77 millones de dólares).[7] Así como 11-2-2006, cuando se desempeñaba como Presidente del Consejo de Ministros, junto a su ministro de economía Fernando Zavala Lombardi, firmaron el Decreto Supremo N° 014-2006-EF a favor de  Odebrecht hasta por US$401 millones de dólares.[8]

Por un lado mientras PPK ejercía responsabilidades públicas su socio chileno Gerardo Sepúlveda[9] asesoraba a Odebrecht por medio de sus compañías y por otro lado Liu Yonsen como consultor de Odebrecht brindaba servicios de asesoramiento y consultoría al Ministerio de Energía y Minas hecho que no fue declarado, ni informado, al mandatario peruano Vizcarra, por creerlo “innecesario”. El problema es la naturalización de la práctica de corrupción blanqueándola como “asesoramiento y consultoría” mientras que en la práctica es una total interferencia en asuntos de política pública con intereses privados.

En palabras del antropólogo y arqueólogo Luis G. Lumbreras: “En eso estamos. Nuestros conflictos tienen una raíz colonial y son expresión del síndrome  colonial que regula nuestros actos y afecta nuestra conciencia colectiva. Los problemas de hoy son los de siempre, pero tienen la fuerza del embalse, de los conflictos centenarios acumulados, que han ido debilitando los eslabones de una cadena que está comenzando por romperse, justamente en el punto que la sostiene, que no es otro que las intemperancias, incongruencias y debilidades del “orden establecido”.[10]   

La realidad  heredada de la colonia, consolidada y perfeccionada en la modernidad neocolonial, supera cualquier buena intención reformista de inspiración partidarista altamente demostrada ineficaz. Fracaso de cara a un orden constitucional que de orden tiene poco, un Estado de Derecho violentado una y otra vez y un imperio de la ley que sólo fue construido para blindar y servir intereses surgidos y desarrollados dentro y fuera del Perú oficial. El Perú de las elites, de los grupos de poder defensores de “democracias” puestas a los pies de intereses foráneos. Una binacionalidad en donde el Perú excluido cada cierto tiempo elige representantes políticos del otro Perú, el de la minoría, los cuales terminan sirviendo intereses ajenos a las necesidades del Perú de las mayorías. Cumpliendo fielmente programas financieros, económicos y políticos  redactados en contextos fuera del consenso nacional.

Concluimos con la reflexión realizada por el Diario Uno del Perú: “¿Por qué nadie puede decir no? [a la corrupción] Pregunta dolorosa, La Constitución peruana afirma que el presidente “personifica” a la nación. ¿Qué pasa en nuestras élites políticas y económicas que desde siempre han sido receptivas con los embajadores de la corrupción? Es hora de que cada uno tome conciencia de la profunda crisis moral y social que aturde al país para poder escapar a tiempo del camino turbulento que conduce a los estados fallidos”.[11]


[1] Toledo Alcalde, José. El Perú como tesis de golpe suave. En: https://www.alainet.org/es/articulo/204754 (07/10/19). Revisado: 14/02/20
[2] Ídem, El golpe suave del FMI en el Perú. En: https://www.alainet.org/es/articulo/202609
(10/10/19). Revisado: 14/02/20
[3] Ibídem
[4] Basadre, Jorge. Perú: Problema y Posibilidad. Primera edición 1931. Lima: Librería Studium, p.341, 1987.
[5] Lumbreras, Luis G. En qué momento se jodio el Perú. Lima: Editorial Milla Batres S.A, p.35, 1990.
[6]Diario Gestión. Actual ministro de Energía y Minas asesoró a Odebrecht (09/02/20). En: https://gestion.pe/economia/actual-ministro-de-energia-y-minas-asesoro-a-odebrecht-noticia/.
[8] Según confesiones de funcionarios de Odebrecht fueron abonados alrededor de US$5 millones de dólares a las compañías de PPK cuando ya se desempeñaba como Ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros en en periodo de Alejandro Toledo. US$ 782.000 dólares destinados a Westfield Capital, firma de Kuczynski y 4,05 millones fueron para First Capital. Fuente: Tele13. https://www.t13.cl/noticia/mundo/gerardo-sepulveda-chileno-amigo-pedro-pablo-kuczynski-medio-del-escandalo-odebrecht (15/12/17).
[9] “La Fiscalía sostiene que Westfield Capital fue usada dentro de un esquema de lavado de activos. Además, según información del Ministerio Público, brindó asesorías a la empresa Odebrecht en los proyectos IIRSA Sur y Olmos cuando PPK formaba parte del Ministerio de Economía y la PCM”. Fuente: https://www.americatv.com.pe/noticias/actualidad/gerardo-sepulveda-prision-preventiva-exsocio-ppk-se-evaluara-martes-28-n403402
[10] Ibídem, p. 23-24.
[11] Diario UNO ¿Un país que sigue corrupto? 16/02/20. En: https://diariouno.pe/columna/un-pais-que-sigue-corrupto/. Revisado: 16/02/20

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