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sábado, 13 de marzo de 2021

Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel de Matamoros de la más alta seguridad (XVI)

Con Nuestra América se une al clamor nacional e internacional por un proceso debido al Comandante César Montes, por el respeto a sus derechos humanos y constitucionales y por su seguridad sanitaria; por eso, semanalmente compartiremos páginas de su diario “Con la mochila al hombro. Cartas desde la cárcel”. 

En esta entrega el Comandante César Montes da un conmovedor testimonio  de los sentimientos que viven los presos que lo acompañan en la Cárcel de Matamoros. Y relata con emoción la visita de su hija.



4 de marzo de 2021 

 

Tuve visita de nuevo, me quitaron lo “ruso”.


Muy agradable y sustancial visita. Si se pudiera tener la moral más alta, la tendría. Fortalece saber que no es sólo declarativo que te aprecian mucho, sino recibir manifestaciones concretas del afecto. El amor no es declarativo, amor es acción concreta que se da sin ser requerida ni esperar nada a cambio. Sólo existen actos de amor, muestras de ello, no declaraciones. Un revolucionario debe estar lleno de amor a sus semejantes, sobre todo los que lo rodean. 

 

Dejaría de serlo de si así no fuera.

 

Quienes estamos en prisión sentimos más profundamente las manifestaciones de amor que nos proporcionan. En general, en la cárcel se prueban amistades y afectos por el detenido. Sólo cuando se ha estado en prisión se comprenden las diferentes dimensiones que se tienen de las vivencias. Nunca había pensado que esta experiencia fuera tan traumática para quienes la viven.

 

Que una hija tenga que visitar a su padre detrás de las pesadas puertas de lámina gruesa con gigantescos pasadores y candados, no es intrascendente. Es doloroso para ambos, a pesar de la alegría de verse. Ser hija mía acarrea riesgos. Ella los asume con lo que se puede de naturalidad, toma sus precauciones, pero si hay que arriesgarlo todo, lo hace sin titubeo alguno. 

 

La admiro, cuánto la amo.

 

La presenté a mis compañeros de infortunio al momento que se retiraba. La trataron respetuosamente. Nos despedimos con un abrazo que hubiésemos querido no terminara nunca. Ambos inundados de emoción, con la promesa de volvernos a ver cuando ya libre, recordemos este episodio lleno de encontradas emociones. La acompañó el Lic. Olea de la Embajada Mexicana en Guatemala, portando orgullosamente camisa con la bandera tricolor. Se les trató con la deferencia que su calidad merece. La partida de mi hija no me dejó vacío alguno. Al contrario, me llenó de orgullo, de decisión de continuar esta dolorosa prueba, superarla y perdonar, pero no olvidar jamás. He pasado experiencias de limitaciones, de movilidad, de alimentos, pero nada me ha debilitado en mis principios ideológicos. Ni esta experiencia lo producirá, ver a mi hija y compartir más de una hora significó el momento más emocionante de esta nueva aventura que hará historia. 

 

Soy el preso político más difamado, calumniado y reprimido en este momento en el país. Y no soy el único.

 

8 de marzo de 2021

 

El nica conversa como arrastrando palabras. Hacemos cuentas, por tres delitos completa 56 años, con buena conducta y beneficios de ley la mitad, 28 años. Tiene cumplidos 17 años le faltan 11. Actualmente tiene 42 de edad, saldría de 53. “Quiere ganas” es su lacónico comentario. “La cárcel destruye la mente”, “pasas pensando todo el día; te duermes pensando y sueñas pensando. No hay descanso”. “Creo que por eso cometí otros dos delitos en prisión”. Ya ni para qué se arrepiente, acabó con su vida. Se le ve agobiado porque buscando rebajas ya no pudo hacerlo en casación. En el último tiempo aquí, su familia ha venido una vez al año. Cada día están más lejanos.

 

No es el único caso, son miles en las granjas en iguales o peores condiciones. Es lo que produce este sistema en el que competir, buscar el éxito, aunque se dañe al prójimo, al entrar a prisión administrada por gente que ya sabe que pasará todo el tiempo de su vida útil enjaulado, optan por canalizar su odio almacenado contra quien puede, quien se deje. 

 

Y creen que fue designio de Dios.

 

 Leo en la pared un cartel: “Dios tiene un plan para ti …”. Lo dudo. No lo creo. Es más sano pensar que estar aquí olvidado hasta por su mujer y su hija no puede ser el plan de Dios para él. Hablan del destino y se encomiendan a Dios. Hoy vino un pastor evangélico y predicó a gritos: “Arrepentíos de tus pecados y acepta a tu Salvador”.

 

Varios levantaron la mano llorando.

 

9 de marzo de 2021

 

Se inició la audiencia por teleconferencia desde el Cuartel de Matamoros en el Centro de Reclusión para Varones de Zona 1.  Se han celebrado varias teleaudiencias en este lugar, cuando la Juez Eva Marina Recinos dijo que no había condiciones para realizarlas, a pesar de que en menos de 24 horas antes, habíamos acudido a otra para el caso Cubilhüitz.  Es la misma juez que con diferentes formas ha retrasado la orden para que me envíen a un oftalmólogo. Durante la teleconferencia, el Ministerio Público, abusó del uso de su tiempo para presentar mi caso en la etapa intermedia. Es una maniobra maliciosa para reducir el tiempo de mi defensa. Pidió se ampliaran los delitos de los que me acusan, a obstrucción de la justicia.

 

Mi abogado defensor demostró hasta el cansancio que el testigo “Z” incurrió en declaraciones contradictorias y falsedades, evidenció su falta de idoneidad. Eso lo ignoró la juez sin explicación alguna. Mi defensa presentó un informe técnico de las llamadas de mi teléfono donde se demuestra que no hubo llamadas previas al trágico y mortal enfrentamiento en Semuy 2 en horas del mediodía. La primera llamada recibida por mí fue a las 14 horas cuando ya habían muerto los marinos y eso demuestra que no di órdenes de atacar al ejército. La juez se negó a aceptar el análisis y conclusiones técnicas del tráfico telefónico de mi celular en el día de los sucesos.

 

La defensa demostró que no hubo obstrucción de la justicia con documentos que el mismo Ministerio Público había incluido en el expediente. La Juez lo aceptó. También se demostró que no había asociación ilícita que la Fundación Turcios Lima es legal. La Juez lo aceptó. 

Entonces, adelantamos en que sólo un delito queda, y es el de asesinato de tres marineros e intento de asesinato de otros dos, porque uno de los heridos es leve y no corrió peligro su vida.  La juez dio crédito al testigo protegido “Z”, quien es un gran mentiroso y sin idoneidad. La próxima audiencia será el 22 de marzo a las 8:30 am. La juez quiere llegar al debate, así serán tres jueces los que me absuelvan o sentencien y ella como Pilatos.

 

Pero el día de hoy no fue bueno para el Ministerio Público, ya que dos delitos más que querían endilgarme fueron desechados esta tarde. Hubo pues, un avance evidente. A pesar de que en ningún momento se demostró, la juez dijo varias veces que ORDENÉ atacar al ejército. Se puede demostrar fácilmente que nunca pude ordenar si no hubo llamada telefónica previa a los hechos y que me enteré horas después de lo ocurrido. Nadie está obligado a cumplir una orden ilegal o con lo que no esté de acuerdo. Eso en el caso que hubiera podido dar la orden, que no lo hice, y nunca la hubiera dado.

 

10 de marzo de 2021

 

Día de la primera audiencia de los abogados detenidos y el Rector.  Desde las 4 am a bañarse, ponerse sus trajes y corbatas. Ocuparon todo el espacio y los hacen esperar hasta las 8 am, no venía el vehículo por ellos. Son noticia de primera plana. Modifiqué mis hábitos, me acosté de nuevo. Se fueron y fui a cocinar unos huevos estrellados, puse el sartén con aceite y buscando cebollas, se sobrecalentó el aceite, eché los tomates, prendió fuego el sartén, lo levanté y soplé, el oxígeno aumentó espectacularmente, la llama me alcanzó, mi pelo en la frente y los anteojos protegieron mi vista ya deteriorada. Tiré al piso el sartén que se apagó. Parecía el cocinero de exóticos alimentos flameados.

 

Olor a pelo quemado, sorpresa por lo escandaloso del fuego, espectacular, aparatoso y quedó en nada.  Mis críticos en el módulo harán comentarios. No atiendo nimiedades, sigo mi vida concentrado en leer, escribir, hacer ejercicios y comer sano. Sin embargo, cada día en prisión pesa y mucho.

 

Diré con el poeta León Felipe:

 

“No cansa una vuelta sola

cansa estar día con día

dándole vuelta a la noria (fin de la cita).

 

Quisiera estar en mi casa.

 

“… una casa solariega y blasonada

con un sillón viejo de cuero

y el retrato de un mi tío

que ganase una batalla

con la mano en la empuñadura …”

 

Y así, transcurren con aberrante monotonía, los días de la cárcel, mientras unos festejan el avance de mi proceso que seguramente llegará a la etapa del debate. Mientras, el deterioro de la memoria que resisto vehementemente, calambres en las piernas durante la audiencia por teleconferencia, la dificultad de subir y bajar a mi litera, cansa … cansa.

 

Soy como el quetzal, no puedo vivir cautivo. Languidezco.

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