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sábado, 2 de abril de 2022

El camino al mejoramiento humano, y al ejercicio útil de la virtud

 Lo que hoy está en curso hoy es el proceso de descomposición del sistema internacional en que vino a desembocar el mercado mundial tras la liquidación del sistema colonial anterior en la Gran Guerra de 1914-1945.

Guillermo Castro H./ Especial para Con Nuestra América
Desde Alto Boquete, Panamá


“Algo en América manda que despierte, y no duerma, el alma del país.  Hay que andar con el mundo y que temer al mundo.  Negársele, es provocarlo.”

José Martí[1]


Sabemos que la guerra es el grado extremo de la política, y que en política (Martí dixit) "lo real es lo que no se ve". A partir de allí, podemos comprender dos principios que nos legara hace ya 2500 años el gran estratega chino Sun Tzu en su libro El Arte de la Guerra: primero, que todo el arte de la guerra se basa en el engaño y, segundo, que el logro supremo de ese arte consiste en someter al enemigo sin luchar.[2]

 

Al respecto, una forma de practicar el engaño en la guerra consiste en decir la verdad en una circunstancia en la que todos los demás mienten. Así, en el caso de la invasión rusa a Ucrania cabe planterar – así sea como hipótesis de trabajo - que Rusia no ha emprendido una guerra de conquista, sino que está haciendo lo que dijo que haría: una operación militar especial, encaminada a desnazificar y desmilitarizar a Ucrania. 

 

En ese plano, el desarrollo del conflicto puede medirse por las negociaciones entre las partes enfrentadas, que son tres y no dos. Por la parte rusa, el objetivo de esas negociaciones parece consistir en una neutralidad de Ucrania garantizada por la neutralización de los sectores fascistas presentes en la política y el Estado ucranianos, y la desmilitarización de ese país, expresada en primer término en su renuncia a solicitar su incorporación a la OTAN. Estados Unidos, por su parte, tiene fines y utiliza medios diferentes. 

 

Su guerra es con Rusia, si bien son los ucranianos quienes aportan las bajas civiles y mlitares. Hasta ahora ha conseguido prolongar el conflicto y lesionar - quizás gravemente - la economía rusa, pero aún no consigue su objetivo fundamental, que sería un cambio de régimen a partir del derrocamiento de Putin. En cambio, ha logrado ya generar tensiones de creciente gravedad entre Europa y los Estados Unidos - esto es, entre la UE y la OTAN -, y acelerar el proceso de reordenamiento del sistema mundial, en curso desde fines del siglo pasado.

 

Al respecto, en un reciente artículo publicado en The Guardian [3], David Adler plantea que el cotejo entre los 193 estados que apoyaron una resolución que condena “la agresión contra Ucrania” el pasado 2 de marzo en la Asablea General de la ONU, y aquellos que se han sumado a la política de sanciones contra Rusia sugiere que “podría estar surgiendo un nuevo movimiento de países no alineados.” Un mapa de la participación global en las sanciones impuestas a Rusia por los Estados Unidos y sus aliados, dice Adler, muestra que “muchas de las naciones más grandes del mundo, incluidas China, India, Brasil, Bangladesh, Pakistán, Indonesia e incluso Turquía, aliada de la OTAN, se han negado a unirse.” En América Latina, cabría agregar a México, Argentina, Venezuela y Brasil. Esta postura además “ha tenido eco en África.” Estos datos, dice, esto sugieren que

 

la verdadera brecha no es entre izquierda y derecha, ni siquiera entre este y oeste. Por el contrario, [esto] revela una brecha entre el norte y el sur, entre las naciones que llamamos desarrolladas y las que llamamos en vías de desarrollo. Y al revelar este cambio tectónico, […] puede decirnos algo importante sobre la geopolítica en la próxima era de multipolaridad.

 

Esto, añade, permite apreciar que “a medida que los nuevos poderes generan nuevos polos, las opciones disponibles para las naciones vecinas de EE. UU. ya no se limitan al cumplimiento y la resistencia. Surge una tercera opción: la neutralidad.” 

           

Esa opción tiene especial importancia para aquellos que están en capacidad – y necesidad – de considerar su propio futuro en un mundo cuya transformación se ha venido acelerando en el siglo XXI, hasta alcanzar este primer momento de paroxismo en el XXI.[4] Desde esa perspectiva, dice Adler, el analista africano Pierre Sané considera que la neutralidad “no significa indiferencia,” sino “llamar continuamente al respeto de las leyes internacionales”, pues “nuestros corazones todavía están con las víctimas de las invasiones militares y las sanciones arbitrarias nunca impuestas a los países de la OTAN.” 

           

Hoy, agrega, como en los años de la Guerra Fría, “las naciones de todo el mundo están llamadas nuevamente a tomar partido: entre Rusia y Occidente, y muy pronto entre Occidente y China.” Y, sin embargo, “la presión cruzada entre estas grandes potencias puede desencadenar una vez más un movimiento de no alineación, exigiendo una aplicación más universal del derecho internacional frente a las demandas de excepción unilateral.” Con ello, concluye, si bien “habrá consecuencias para esta posición neutral”

 

a medida que las grandes potencias se preparan para un nuevo siglo de guerra, el llamado a la no alineación solo se hará más fuerte. Nuestra tarea es entender ese llamado ahora como Tito y Nehru lo entendieron […] en una declaración conjunta en 1954: “Representa la política positiva, activa y constructiva que, como fin, tiene la paz colectiva como fundamento de la seguridad colectiva”.

 

Entretanto, Estados Unidos ha dejado en evidencia sus dificultades para transferir al nuevo ordenamiento global la hegemonía que llegó a tener en el ordenamiento internacional de ese sistema mundial entre 1945 y comienzos de este siglo. Aún es posible que su batallar por aquella unipolaridad a la que aspira – y que no puede garantizar sino con el apoyo de la OTAN – termine con la instauración de la multipolaridad a la que teme, y para la que no se encuentra preparado. 

 

Habrá que ver. Lo que hoy está en curso hoy es el proceso de descomposición del sistema internacional en que vino a desembocar el mercado mundial tras la liquidación del sistema colonial anterior en la Gran Guerra de 1914-1945. Unos buscan hoy pasar de la bipolaridad de ayer a una unipolaridad de mañana. Otros más aspiran a un sistema multipolar que facilite la expresión de los intereses y las necesidades de todas la naciones de la Tierra.

 

En verdad, aquí no se trata de vencer, sino de trascender la circunstancia de origen del conflicto para abrir paso a otra, que permita vincular el legado del no alineamiento con los nuevos movimientos sociales que emergen con la globalización, y las oportunidades para la sostenibilidad del desarrollo humano que demanda la Humanidad entera. Aquí, todos estamos involucrados en el conflicto: unos, por haberlo convocado; otros, porque su solución debe abrir el camino hacia el mejoramiento humano y el ejercicio útil de la virtud, y confirmar a la Humanidad como la patria de todos.

 

Alto Boquete, Panamá, 21 de marzo de 2022



NOTAS:

[1] “Nuestra América”. El Partido Liberal, México. 27 de septiembre de 1889. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. VII: 349.

[2] https://www.uv.mx/personal/marisperez/files/2013/06/El-Arte-de-la-Guerra.pdf

[3] David Adler: Occidente contra Rusia: por qué el sur global no toma partido”. The Guardian jue 10 mar 2022. https://www-theguardian-com.translate.goog/profile/david-adler?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=zh-CN&_x_tr_pto=wapp. La versión completa figura como anexo de este documento. El autor es economista político y coordinador general de la Internacional Progresista.

[4] Eso ayuda a entender, quizás, que la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de EE.UU., Victoria Nuland, haya dicho que la política de neutralidad de China ante el conflcito en Ucrania “no es una opción en este caso”, y que las autoridades chinas "deberían pensar en sus propios intereses estratégicos y económicos,” pues tienen “una oportunidad de liderazgo, y todos les instamos a que la aprovechen". Russia Time: Occidente sigue presionando a China, recordando que "la neutralidad no es una opción" en la situación en torno a Ucrania, dice Nuland”. https://actualidad.rt.com/actualidad/423122-occidente-presiona-china-ucrania-nuland

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