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sábado, 2 de abril de 2022

Exiliados, migrantes y refugiados

 Si bien es más que destacado el fenómeno de los refugiados ucranios, también es muy cierto que en el mundo hay otros casos de desplazamiento de millones de personas que llevan varios años en condiciones gravísimas por su aguda crisis humanitaria.  

Adalberto Santana /Para Con Nuestra América
Desde Ciudad de México


El fenómeno del exilio y el refugio es uno de los temas globales de la agenda internacional.  La situación hoy en día más relevante en el plano de los medios de información se centra en el conflicto en Ucrania. Ese acontecimiento por el impacto de las imágenes y de las noticias figura en un contexto agravado por la misma crisis humanitaria de los refugiados ucranios que se han desplazado a los países europeos. 

 

En reciente visita del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Ucrania, Felippo Grandi, apuntó que una cuarta parte de la población de dicho país se ha visto desplazada producto del conflicto militar. Afirmando que: “La rapidez con que se ha registrado el desplazamiento y la enorme cantidad de personas afectadas en tan poco tiempo, no tiene precedentes en la memoria europea reciente”. De tal suerte que más de 10,5 millones se les ubica como refugiados. El mismo Grandi  ha señalado:“He hablado con mujeres, con niños, que se han visto gravemente afectados por esta guerra. Obligadas a huir de niveles brutales de violencia, han dejado atrás sus hogares y a menudo sus familias, generándoles una enorme conmoción y trauma. Las necesidades de protección y humanitarias son enormes y siguen aumentando. Y aunque sea muy urgente, la ayuda humanitaria por sí sola no puede darles lo que realmente necesitan, que es la paz” (https://www.acnur.org/es-mx/noticias/press/2022/3/6245de734/el-alto-comisionado-de-la-onu-para-los-refugiados-pide-el-fin-inmediato.html).

 

Si bien es más que destacado el fenómeno de los refugiados ucranios, también es muy cierto que en el mundo hay otros casos de desplazamiento de millones de personas que llevan varios años en condiciones gravísimas por su aguda crisis humanitaria.  Por ejemplo en Bangladesh hay cerca de un millón de rohingays que huyeron de Myanmar (antes Birmania),   y hoy se ubican en uno de los campos de refugiados más grandes del mundo como el de Kutupalong, según la ACNUR. De hecho a los refugiados rohingays han tenido “que huir durante décadas del hambre, la violencia y las torturas del régimen militar y sus políticas de limpieza étnica” ha declarado la ONG Acción contra el Hambre. Incluso la ONU ha señalado que los rohingays son un pueblo “Sin Estado y virtualmente sin amigos” (La Jornada, 27/03/22).

 

Una situación semejante acontece con los millones de refugiados sirios a quienes también se les a negado su acceso a Europa occidental. Gran parte de ellos han permanecido en Irán, Turquía y Serbia donde han encontrado mayor apoyo. En el fondo en Siria ese desplazamiento se generó también por la violencia de desestabilización que los EU provocaron contra gobiernos que consideran sus enemigos y que intentan derrocarlos o los que han metido en una espiral de violencia patrocinando contingentes mercenarios para provocar la desestabilización. A ello también había que sumar la situación de los desplazados hutíes en Yemen. En esa nación del Medio Oriente, durante siete años ha dejado una estela de millones de personas en una situación de crisis humanitaria mostrando a millones viviendo en una tremenda hambruna y en un desplazamiento forzado. El contexto de la guerra en Yemen muestra un enfrentamiento entre el gobierno del presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi respaldado por una coalización internacional encabezada por Riad, en tanto la otra parte, la de los hutíes cuenta con el apoyo de Irán. 

 

En diversos países de América Latina y el Caribe, el fenómeno de los desplazados, refugiados y exiliados es también una constante. Por ejemplo, en el llamado Tapón del Darién, en el cruce fronterizo de suelo colombiano a panameño en el año de 2021, más de 133 mil personas rompieron un record en su tránsito irregular y en condiciones muy peligrosas para hacer su travesía hacia el norte. Muchos de esos refugiados y migrantes irregulares procedentes de diversos países sudamericanos o del Caribe tuvieron ahí su necesaria ruta migratoria, la cual se agravó mucho más por la situación de la pandemia de la covid-19.

 

La frontera chiapaneca con la guatemalteca ha sido también un punto donde la presencia de refugiados y migrantes irregulares buscan romper el cerco establecido por el gobierno mexicano. Gran parte de esos migrantes procedentes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Cuba, Colombia, Ecuador, Venezuela y otra diversidad de distintos países latinoamericanos y del mundo en calidad de desplazados o refugiados les impide el gobierno a través del represivo Instituto Nacional de Migración, avanzar hacia a la frontera norte de México buscando penetran a territorio estadounidense. Incluso en diversos puntos de la geografía mexicana también hay una enormidad de desplazados nacionales producto de la violencia generada por la delincuencia organizada y los grupos de narcotraficantes. 

 

Incluso ya en la frontera norte de México figuran, especialmente en la ciudad de Tijuana, más de 500 refugiados ucranios intentando junto con otros tantos rusos cruzar y recibir asilo en EU.  En esa misma franja fronteriza se han asentado campamentos de haitianos, centroamericanos y de diversas partes del orbe a los cuales el gobierno de Joe Biden les niega el paso a la mayor economía del mundo. ¿Será por su condición de trabajadores internacionales, pobres, sin empleo y de países no europeos?

 

Estos refugiados comparativamente con otros grupos étnico-culturales como lo refirió Judith Sunderland, directora de Human Rights Watch para Europa y Asia Central: “La maravillosa muestra de solidaridad con los refugiados ucranios contrasta fuertemente con el trato que reciben los migrantes y refugiados de otras partes del mundo, la mayoría de ellos morenos y negros”. 

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