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sábado, 1 de abril de 2023

China reta a Estados Unidos en su patio trasero

 Honduras rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y las estableció con la República Popular China el pasado 23 de marzo. Antes que ella, Costa Rica, Panamá, Nicaragua y El Salvador ya lo habían hecho, haciendo evidentes los nuevos vientos que soplan en el mundo, en donde China aparece cada vez más como el gran coloso que reta a la hegemonía norteamericana. 

Rafael Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica

Las razones por las que cada país centroamericano ha orientado su interés hacia China son distintas, y los Estados Unidos así lo han entendido. Pero, independientemente de ellas, hay una que es global y que se salta los matices: Taiwán es una pieza central de la política global estadounidense, especialmente sensible en ese espacio geográfico hacia el cual se está trasladando el peso de la dinámica económica mundial, el sudeste asiático, y Centroamérica fue la región que tradicionalmente formó parte de los escasos países que la reconocieron diplomáticamente, contribuyendo así a mantaner su precaria legitimidad.
 
Por lo tanto, que Centroamérica se decante por la República Popular China no es un asunto puramente formal, sino que evidencia que la influencia estadounidense tiene retos que no logra controlar con la solvencia de antes.
 
Así que, en términos generales, los Estados Unidos no ven con buenos ojos esta situación, pero su reacción es distinta frente a cada uno de los países que van dando este paso. Especialmente enjundiosa fue su respuesta ante el anuncio de Panamá y El Salvador. 
 
El caso de Panamá es especialmente delicado para ellos, porque es un nudo de primer orden para el comercio marítimo del hemisferio occidental. A través del Canal de Panamá atraviesa dos tercios del comercio marítimo que arriba a la costa oeste norteamericana, y sus puertos tienen para ellos una importancia logística de primer rango. El hecho que un país, que se define a sí mismo como basado en una economía “transitista”, es decir, que gira en torno al tránsito de mercancías de un océano a otro, apueste por China Popular es para ellos un veredadero reto. 
 
Para Panamá, el vincularse con China tiene sobre todo impotancia económica, una forma de vincularse al proyecto de la Ruta de la Seda, potenciando su naturaleza de zona de tránsito comercial. Ese no es el caso de Nicaragua, para la cual el vincularse con China significa entrar en una nueva órbita de relaciones y alianzas que gravitan en torno al proyecto de construcción de un nuevo orden internacional en el cual China, Rusia, Turquía, Irán, Venezuela y Cuba son eslabones importantes. 
 
En este sentido Nicaragua, estando asediada por los Estados Unidos y el conjunto de sus países aliados, encontraría un desahogo no solo comercial sino también político, lo cual ya se ha puesto en evidencia con la creciente profundización de las relaciones de orden estratégico militar con Rusia. Para los Estados Unidos, este sí constituye un reto de primer orden.
 
Los países del Triángulo Norte -Guatemala, El Salvador y Honduras- tienen economías con una relación simbiótica con los Estados Unidos. Sus productos internos brutos son generados entre un 18% y un 27%  por las remesas que envían sus migrantes desde el norte, por lo que se encuentran en una constante negociación con el gobierno estadounidense para que no deroguen las leyes migratorias que eventualmente favorecen su permanencia en ese país. Para estos países, las relaciones con China constituyen un elemento de negociación en ese sentido. 
 
Honduras es, en la coyuntura actual, un caso especial en este conjunto, puesto que quienes se encuentran en el gobierno se inscriben también en la dinámica política latinoamericana que simpatiza con las fuerzas que apuestan por un nuevo orden internacional. 
 
Como se puede apreciar, el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China está llena de matices y se inscribe en procesos que van mucho más allá de Centroamérica. Las fichas se mueven en el tablero en el que se está definiendo el perfil del nuevo tiempo que parece perfilarse.

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