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sábado, 3 de junio de 2023

Maribel Gordón: Llamamos a organizarnos, para materializar nuestras utopías

 En esta edición, compartimos en exclusiva con las y los lectores de CON NUESTRA AMERICA una entrevista con Maribel Gordón, precandidata a la presidencia de la República de Panamá; en este diálogo, Gordón analiza los desafíos que supone la campaña para la inscripción de su candidatura, las críticas que recibe de la derecha conservadora y expone los pilares de su propuesta política para el pueblo panameño.

Rekha Chandiramani / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

La única precandidata a la presidencia de Panamá en las elecciones de 2024 que proviene de la izquierda, la economista Maribel Gordon, podría llegar a la papeleta por la vía independiente. El que haya alcanzado logrado el tercer lugar en la recolección de firmas para ese propósito es un hecho de interés político en un país donde la derecha ha gobernado por consenso desde siempre. 
 
Es catedrática en la Universidad de Panamá. En las elecciones de 2019 participó como candidata a la vicepresidencia en la fórmula que encabezó el sindicalista Saúl Méndez, postulados por el Frente Amplio por la Democracia, que no logró el mínimo de votos que exige la legislación electoral para subsistir. Tuvo una destacada participación en el diálogo surgido del seno de las protestas sociales de julio de 2022. Su trayectoria de lucha es prolongada, habla en plural y cita siempre a la poetisa Diana Morán para calificarse como “terca, terquísima”. 
 
RC: Ahora que ha llegado al tercer lugar en la recolección de firmas por la vía independiente y su candidatura está más cerca de materializarse, arrecian las críticas de la derecha en Panamá a sus propuestas políticas. ¿A qué atribuye ese temor?
 
MG: Ese temor radica en que saben que vamos a un proceso que abrirá espacio aun en los medios de comunicación social que mantienen un cerco informativo a quienes cuestionamos la política económica que impera en el país, denunciamos la crisis institucional en todas las esferas de poder político y demandamos cambios reales mediante una constituyente originaria. 
 
Temen que, tal como sucedió en julio del 2022, el pueblo tenga la posibilidad de conocer una propuesta que los sectores empresariales y sus gobiernos no quieren ni pueden debatir. 
 
Es un sector de poder económico que concentra la riqueza del país, y requiere de una institucionalidad pública manejada como una partidocracia por gobiernos que garantizan el incremento de su acumulación de riqueza. Se trata de una derecha profundamente conservadora, con una burguesía sin proyecto nacional.
 
RC: En su actividad política, usted intentó llegar por la vía partidaria, ahora como independiente. ¿Cree que esta vez será diferente? 
 
Mi vida política se inicia desde joven en el seno del movimiento estudiantil panameño, en el acompañamiento a organizaciones del movimiento social en sus luchas por reivindicaciones que le permitan mejorar sus condiciones de vida, en la defensa de los derechos humanos, en la lucha de nosotras las mujeres.
 
En cambio mi vida política electoral es más reciente. En 2012 me inscribo en el Frente Amplio por la Democracia, que se constituye a partir de la discusión amplia de diversos sectores sociales. Ocupo la Vicepresidencia del partido, lo que me lleva a la candidatura por la vicepresidencia en los comicios de 2014 y 2019, acompañando en ambas ocasiones a destacados dirigentes obreros. 
 
El sistema político en Panamá no tolera partidos políticos que enfrenten la antidemocracia y la partidocracia que prevalece aquí. El FAD ha sido el único partido del movimiento social que logró inscribirse. En el 2014 y en el 2019 perdió la condición de partido formalmente constituido debido a procesos fraudulentos ya denunciados ante la Fiscalía Electoral, que al cabo de tres años sigue muda.
 
En el 2022 diversos sectores sociales y personalidades del país me plantean la necesidad de continuar la lucha en todos los espacios, y me invitan a participar a través de la libre postulación. Me postulé el último día del calendario y desde entonces encabezo un programa que llamo el Plan para la Vida Digna. 
 
Las condiciones objetivas y subjetivas del contexto han cambiado. Las organizaciones sociales buscan fortalecerse y construir unidad. El pueblo panameño demanda cambios reales para enfrentar y eliminar la corrupción, y levantar políticas públicas que satisfagan sus necesidades materiales de vida. Estos son los elementos a favor en este proceso electoral. 
 
Agrego el hecho de ser una mujer con años de lucha en defensa de los derechos humanos en todos sus órdenes, y comprometida con la construcción de una sociedad con justicia y equidad social y de género.
 
RC: ¿Cómo cree que ha madurado el electorado panameño en estos últimos 30 años? 
 
A lo largo de su historia, y sobre todo a partir de 1990, nuestro pueblo ha sido presa del clientelismo político, de los medios de comunicación social, de la antidemocracia imperante. Panamá tiene el torneo electoral más costoso per cápita de América Latina. Magistrados del Tribunal Electoral han manifestado que “el que no tiene dinero, que no se meta a política”, “que la democracia cuesta”. Y aquí el financiamiento público tiene límites, el privado no.
 
El elector es consciente del deterioro de sus condiciones de vida. Esto se expresa en altos precios de alimentos y medicamentos; desempleo e informalidad creciente; deterioro en materia de salud y educación; carencias en el suministro de agua potable; deterioro de la infraestructura vial; amenazas de imponer medidas paramétricas en el programa de pensiones y jubilaciones; falta de complejos deportivos y culturales, y degradación ambiental. 
 
La brecha entre ricos y pobres se profundiza. Panamá es el sexto país con mayor inequidad a nivel mundial. El pueblo toma conciencia de la necesidad urgente de un cambio real.
 
RC: ¿Cuáles son los principales pilares teóricos y prácticos del Plan para la vida digna?
 
El Plan para la vida digna se enfoca en la necesidad que se cumplan todos los derechos, en particular los determinantes de la vida saludable. Es un método que analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la reproducción de sus condiciones de existencia, económicas como sociales, ecológicas y culturales.
 
Planteamos una nueva política económica, centrada en la relación armoniosa entre los seres humanos y la naturaleza; un desarrollo sostenible que rescate el rescate el agro y la agro industria para garantizar la seguridad y soberanía alimenta; una industria vinculada a la transformación de nuestra materia prima; investigación e innovación; generación de empleo digno y salario justo; promoción real de la micro y pequeña producción; respeto la economía campesina y comarcal; garantizar educación, salud, seguridad social, vivienda, acceso a agua potable como derecho; una política fiscal de presupuestos sustentados en las prioridades sociales y nacionales, con un sistema tributario progresivo y la eliminación de la evasión fiscal; acabar con la corrupción e impunidad a partir de certeza del castigo; el disfrute del ocio, la recreación, la cultura, el deporte; pleno respeto de nuestras identidades; real democracia y participación en la toma de decisiones; una política criminológica integral que permita seguridad ciudadana, y una política exterior fundamentada en el respeto a la autodeterminación y la paz, atendiendo nuestros intereses nacionales. 
 
RC: De llegar a la Presidencia ¿Cómo conciliaría la estructura existente con la nueva estructura gubernamental que propone?
 
En Panamá vivimos una grave crisis en todas las estructuras del quehacer social. El país demanda cambios estructurales profundos y urgentes, que deberán ser debatidos por los diversos actores sociales a partir de una Constituyente Originaria.
 
RC: Usted dijo en una entrevista que las elecciones no dan para cambiar el sistema sino sólo para cambiar el modelo. ¿A qué modelo se refiere?
 
Los sistemas no se cambian por la vía electoral, pues apuntan a las leyes generales de producción y distribución, a los intereses hegemónicos de clase que defienden. Es una connotación de carácter global. Bajo el capitalismo han existido varios modelos. Hoy impera el neoliberal, que para algunos economistas ya está agotado.
 
El capitalismo es uno solo. No hay una versión buena, una menos buena y una mala. En el capitalismo se defiende la propiedad privada de los medios de producción, la apropiación de la plusvalía, la realización de la ganancia, y los el intercambio desigual entre una minoría de países desarrollados y una mayoría de países subdesarrollados.
 
El neoliberalismo ha puesto la “fe” en la supremacía del mercado, en la obtención de máximas ganancias, en lo intangible y la especulación, en el desmantelamiento de los derechos humanos, en la destrucción del ambiente, en penalizar la vida.
 
Panamá es una formación capitalista, subdesarrollada, dependiente, de servicio y comercio, transitista-rentista. La política neoliberal empezó a ser implementada en 1979, hace ya 44 años. Esa política ha significado exclusión, pauperización y mayor concentración de la riqueza, con gobiernos que han desmantelado los sectores productivos y favorecen el rentismo y al capital importador y financiero.
 
RC: ¿Cómo se plantea la unificación de una izquierda dividida durante décadas,  para que se traduzca en una victoria electoral? 
 
MG: La mayoría de la izquierda panameña comprende el momento histórico que vivimos. Un conjunto de organizaciones populares y gremiales decidieron unirse deponiendo diferencias para exigirle al Gobierno respuestas concretas al pueblo en las pasadas protestas de julio de 2022. 
 
Hoy, la militancia de muchas de las organziaciones sociales expresa ascensos significativos y consolidación en sus luchas reivindicativas. Y también han dado pasos en el terreno político electoral. Eso explica que amplios sectores y organizaciones de izquierda respalden mi candidatura. 
 
RC: ¿Cómo enfrentará la avalancha de ataques infundados y noticias falsas que ya se materializa ?
 
En Panamá la manipulación de información electoral es de vieja data, mediante ese conjunto de tácticas de difusión de información para influir o perturbar la toma de decisiones de la población.  A eso se suman hoy las redes sociales, alimentadas por “casas encuestadoras”que falsean información.
 
Mi candidatura enfrenta esta situación mediante la comunicación directa con la población en sus comunidades, y con el apoyo que ofrecen diversos compañeros y compañeras con la comunicación alternativa.
 
La clave está en decir la verdad y desmantelar las mentiras. Enfrentar en todo espacio la aporofobia y discriminación que impone el poder económico y político.
 
RC: De llegar a ganar ¿Qué papel jugaría Panamá en Centroamérica? ¿En Latinoamérica?
 
Panamá buscará la integración regional respetando la autodeterminación de cada país; impulsará un proyecto de desarrollo regional a partir de los planes nacionales; promoverá un intercambio comercial beneficioso para todos nuestros pueblos atendiendo las asimetrías existentes, y participará en la presentación a la comunidad internacional de propuestas comunes que expresen nuestras ventajas regionales. Panamá promoverá las políticas ambientales necesarias para preservar el potencial de nuestra biodiversidad, y luchará por condiciones que garanticen la paz.
 
RC: Usted dijo que su mayor proyecto sería el Laudato si’, que llama al cuidado de la casa común que es la tierra. ¿Cómo se traduce ese cuidado en la reorganización de las actividades económicas, por ejemplo?
 
MG: Buscamos un comportamiento colectivo con responsabilidad individual, que integre todos los componentes de las relaciones entre la sociedad y su entorno natural, de convivencia solidaria y plena participación. Esto implica un cambio radical en la gestión de la economía y la producción bajo el neoliberalismo, para romper con el esquema de producción para la máxima ganancia sustentado en el uso irracional de los recursos, y caminar hacia una producción que permita la satisfacción de las necesidades humanas.
 
Necesitamos ir hacia una estructura de desarrollo económico para el bienestar humano y no solo de crecimiento expresado mediante agregados macroeconómicos en el PIB. El Papa Francisco habló de “Tierra, Trabajo y Techo”. La Doctrina Social de la Iglesia llama al bienestar y justicia para todos. El Plan para la Vida Digna recoge este principio.
 
RC: Un mensaje final a la región centroamericana sobre Panamá.
 
MG: Nuestra región experimenta un cumulo de problemas económicos, sociales, políticos, ambientales, culturales, de género, debido a las miserables condiciones de vida a que son sometidos nuestros pueblos, el neocolonialismo, los altos niveles de corrupción y el descrédito de las clases dominantes y de los partidos que representan sus intereses. Es esta población la que demanda propuestas políticas democráticas y populares como salida a tan acuciantes problemas. La tarea no es fácil. Llamamos a organizarnos, construir unidad nacional y regional, para materializar nuestras utopías.

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