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sábado, 30 de marzo de 2024

La sociedad del Gólgota

 ¿Qué hace que siempre estemos en situaciones límite como sociedad? Somos una sociedad que nos traza caminos hacia el Gólgota. Ciertamente no es casual. Nos empujan y vivimos al límite, pero nos hacen creer y nos convencemos a nosotros mismos, que todavía hay márgenes antes del abismo, ciertamente de otro modo no subsistiríamos y los márgenes de acción son pocos. La paradoja es que todos caeremos al abismo.

Rosell Laberiano Agüero / Especial para Con Nuestra América
Desde Lima, Perú

El calentamiento global indica que ya cruzamos el borde, con consecuencias irreversibles[1]. Las migraciones en el mundo ya son estructurales, pues a mediados de 2023, fueron 110 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo[2]. La crisis política en el Perú está también en su extremo, son seis presidentes en los últimos cinco años[3]. La pobreza persiste en los países en situación de pobreza después de la pandemia, son 700 millones de personas en el mundo en situación de pobreza extrema[4]. ¿Hay espacio para más sufrimiento?. Detrás de estas cifras hay millones de personas que lloran y sufren, se sienten abandonadas y con pocas esperanzas de salir del calvario. 
 
La sociedad genera sus mecanismos para vivir también en los márgenes, se hacen espacios en la marginalidad social, subsisten en condiciones de alta precariedad, sabiendo que son desechables. Sin embargo, estos espacios del borde se están haciendo perennes y normales. Son considerados como fallas del sistema. Es la sociedad del riesgo[5], más aún, posiblemente estemos camino a la sociedad del Gólgota, donde el daño, la resignación y la muerte sea el camino normal.
 
Para pocos, cada vez pocos, mejor ubicados en los espacios de poder, y otros que se suman como rapiñas, perciben que de esa manera funciona esta sociedad, donde los más fuertes sobreviven, ciertamente es una sociedad excluyente.
 
Esta sociedad del Gólgota es un camino pantanoso, al cual cada vez más, vastos sectores de la población han sido y están siendo empujados, marginalizados del circuito hegemónico de vida, quienes han perdido toda esperanza de vida mejor, es el fracaso de la resiliencia y la modernidad. Mueren cruzando fronteras, en lugares de minería ilegal, en guerras ajenas, sin que nadie reclame por sus cuerpos. Es un camino donde se han resignado a vivir un corto o largo camino de agonía, del cual, consideran que ellos son los únicos culpables o es el designio de la vida, son desechables por culpa propia. Es la resignada flagelación o autoculpabilidad del pobre en el camino al Gólgota. Pero también, es un camino, que a pesar de la agonía, de la marginalización, por distintos lugares porosos, se van gestando, muy a pesar de los grupos de poder, múltiple semillas de algo diferente, no exentos  de conflictos, una transición penosa hacia una sociedad que no se ve con claridad. Son las resistencias y esperanzas en el camino al Gólgota. 

 

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