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sábado, 21 de junio de 2014

Colombia: el uribismo y Washington derrotados

No queda duda que el gran perdedor en las recientes elecciones en Colombia ha sido Álvaro Uribe, y con él la política guerrerista de Estados Unidos, que pretendía utilizar a Zuluaga, candidato de Álvaro Uribe, para seguir agrediendo el proceso bolivariano venezolano.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

Ni los triunfos de Colombia en el mundial de fútbol de Brasil 2014 han podido mitigar el desconcierto y zozobra que todavía sufre Uribe y sus seguidores, por la derrota de Óscar Iván Zuluaga candidato del partido derechista Movimiento Centro Democrático, el pasado domingo 15 de junio. En realidad, Zuluaga no era el candidato del Movimiento Centro Democrático, sino del ex presidente Álvaro Uribe.

Uribe es el personaje que encarna y encabeza una corriente política -desde hace varios lustros- que apuesta a la violencia y el terror (léase paramilitarismo, violación de derechos humanos, desapariciones, torturas, transacciones con el narcotráfico, etc.), como vía para defender el sistema capitalista depredador, los intereses económicos y políticos de Estados Unidos en la región y los buenos negocios de las oligarquías nativas en Colombia. Para el uribismo todo esto significa construir patria.

Es sabido que Zuluaga no sólo era el candidato del uribismo, sino también el candidato de Washington, cuyo objetivo sigue siendo utilizar el territorio colombiano para las agresiones y desestabilizaciones al proceso bolivariano de Venezuela. Recientemente el gobierno venezolano ha mostrado algunas pruebas de esas acciones.

Al igual que en otros procesos electorales realizado en la región, otra vez la tiranía mediática comercial, como aparato ideológico de la dominación cultural, sin ocultar su falta de profesionalismo y ética periodística, apostó con total parcialidad por el empresario Zuluaga, construyéndole la imagen de ser el hombre del cambio que Colombia necesita. En la acera de enfrente presentaron a Juan Manuel Santos del Movimiento de Unidad Nacional, como el candidato del continuismo. (Y pensar que en las elecciones de 2010 esos mismos medios tenía a Santos –candidato del uribismo- como la alternativa para Colombia).

Luego de los resultados de la primera vuelta electoral (mayo 2014) en la que Zuluaga obtuvo mayor votación que Santos (3.759.971 contra 3.301.815), los medios se apresuraron a vaticinar que Zuluaga sería el próximo presidente de Colombia en la segunda vuelta. El  uribismo empezó a soltar las campanas al viento, ignorando que el pueblo colombiano es el más interesado en la paz. Los hechos inhumanos de los dos gobiernos de Álvaro Uribe (desde el 2002 al 2010) han dejado secuelas de miedo y terror en la población que no se pueden borrar con frases bonitas. Álvaro Uribe quiso –y quiere- construir la paz en Colombia con balas, bombas, desapariciones y narcotráfico.

El pasado 15 de mayo, día de las votaciones para la segunda vuelta, Álvaro Uribe, declarado públicamente enemigo de Juan Manuel Santos, afirmó que, Colombia se convertiría en "un país seguro y en paz" con Zuluaga y acusó a los guerrilleros de "obligar con fusiles a las personas a votar por el candidato-presidente Santos". Quien así habla no parece ser un ex presidente, sino un pistolero del viejo Oeste. Se trata de declaraciones calumniosas.

Ahora bien, no es que el reelecto presidente Juan Manuel Santos fuera un político progresista identificado con las necesidades y esperanzas de las grandes mayorías en Colombia, sino sencillamente se trata de un presidente que a pesar de sus muchos desaciertos, no comparte la vía uribista para lograr mejores condiciones que respalden las negociaciones de paz (camino largo y difícil). Por otro lado hay que señalar que la alianza de Santos con la izquierda colombiana (que Uribe creía haber liquidado) fue decisiva y determinante para el triunfo.

Los resultados obtenidos por Juan Manuel Santos superaron los pronósticos de las encuestas que apuntaban a un empate técnico. Con un 99,85% de los escrutinios, Santos logró 7.809.544 votos contra 6.902.666 de Zuluaga; una diferencia cercana al millón de votos.

Mientras que el empresario Zuluaga reconoció la derrota: "Debo hacerlo, por convicción democrática en primer lugar, felicitar al presidente Santos por su triunfo", por su parte el “patriota” Álvaro Uribe afirmó: “Debemos levantarnos y oponernos a la pedagogía del miedo, convertida en política que pretende que la compra de votos sea institución nacional. Seremos fieles a nuestras convicciones de patria no a la trampa vencedora. Adelante compatriotas”. Insatisfecho todavía, Uribe, el de las manos limpias -en sus diez años en la Casa de Nariño- aseveró: "El Gobierno Santos impulsó la mayor corrupción de la historia caracterizada por abuso de poder, compra de votos, oferta de dineros del Gobierno a alcaldes y gobernadores para forzarlos a intervenir ilegalmente en la campaña".

No queda duda que el gran perdedor en las recientes elecciones en Colombia ha sido Álvaro Uribe, y con él la política guerrerista de Estados Unidos, que pretendía utilizar a Zuluaga, candidato de Álvaro Uribe, para seguir agrediendo el proceso bolivariano venezolano.

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