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viernes, 26 de septiembre de 2014

Del imaginario político al ecosistema informático y comunicacional: caso Venezuela

El ecosistema informático y comunicacional que hay que construir en Venezuela pasa por priorizar el acceso y la inclusión por encima de la velocidad, diluyendo prácticas modernas del progreso en verdaderas pautas de una ecología de las nuevas plataformas sociales, para una  democracia que trascienda la lógica del desecho estigmatizador.

Jesús Alejandro Marcano F. / Especial para Con Nuestra América
Desde Maturín, Estado Monagas, Venezuela

Luce hoy como un demodé  andar tejiendo la vida fuera de lo que se ha dado en llamarse  el mundo de las redes, ya es cotidiano encontrarse con quienes sudan, marean, se aburren y sienten desmayo al momento de ocurrir una desconexión temporal, un problema que no puede hacerse del diario vivir ante las exigencias de una lógica del “bienestar del desecho” que se ha instalado por encima de cualquier ideología desde la ideología de dominio-mundo.

Parece fuera de sí que se diga que Venezuela junto con Cuba y Haití tienen poca velocidad en internet, eso es catastrófico, prácticamente un fardo y un estigma que no se puede soportar y que lleva a negar nuestra condición de integrantes de éste país-nación. Esto es: jamás podríamos sentirnos orgullosos de un país así, el progreso como imagen impuesta de la modernidad que todo lo simboliza y lo ritualiza para la imagen de otro lenguaje, ya es común que  haya generado esta identidad comunicacional.

Ya las transnacionales de las “nuevas guerras” juegan con eso y CNN entrevista a la gente preguntando qué le parece que Cuba, Haití y Venezuela sean los países con menos velocidad en internet en América Latina, ya la pregunta es una trampa, ya la mentira en el camuflaje de la interrogante envía todo su veneno dosificado, se sabe del estigma, esto es; las revoluciones socialista cubana y bolivariana venezolana están a niveles paupérrimos de la “democrática internet”, de la información “libre y sin mordaza” y más aún la Haití atrevida de ser la primera en liberarse políticamente de los imperios europeos. Se insiste en la falacia de la “neutralidad de la red”, de modo que la restricción por cualquier vía, entre ellas, la velocidad es un atentado a la libre información  y al acceso a la misma. La otra transnacional de la información, la BBC de Londres publica hace ya un tiempo con su amarillismo “un país desaparece del internet”, refiriéndose a Venezuela. Todo ello caldo de cultivo para lo que avecinan.

Venezuela transcurre estos últimos quince años de dinámica política, desde mi humilde apreciación, con muchos errores conceptuales, filosóficos, doctrinales en lo político, económico, técnico y operativo de incidencia ética, moral, jurídica, pero con grandes esfuerzos de voluntad, capacidad y organización haciéndose para ir dando cuenta de la complejidad en la batalla interesada de nación-mundo/ nación-localidad para engranar en la opción o la posibilidad de respeto a la condición humana desde todo un legado histórico, político, geográfico y civilizacional endógeno.  Es intenso el ejercicio como intensa es la vida del combate y la lucha. No obstante la crítica y autocrítica requiere ser más descarnada, más revolucionaria, de mayor avance, con más fuerza; no hemos luchado para conformarnos con lo que tenemos, la conformidad es absolutamente conservadora y propia de quienes desmayan como en el campo electrónico y mass mediático que el mundo ha fijado para generar la contradicción de liberar esclavizando en un ecosistema de corte comunicacional.

En ese sentido no son ingenuas, desinteresadas ni neutras semejantes aseveraciones de las transnacionales del mercado de la opinión, para ello necesario es caracterizar que ciertamente estamos en un novísimo “ecosistema comunicacional”, “ecosistema de la información” que se exige valorar en su justa dimensión.

Nuestra condición de país asediado por desarrollar una práctica divergente a la costumbre heredada de país orbitando en la periferia del capitalismo dependiente que gravitaba en las políticas norteamericana, nos lleva a sufrir un conjunto de consecuencias que irremediablemente debemos vencer, el ámbito de lo informático y comunicacional como espacio privilegiado del ecosistema que se construye es otro campo donde hay que estar a tono.

Pero afirmar sólo eso, lo que sentencia la transnacional de Atlanta, permite que ya queden estigmatizados quienes hacen de las redes su mundo, pues importa poco investigar y problematizar cuando el imaginario de redes envuelve a ese otro modo que avanza de la política como ejercicio de lo efímero y del nihilismo comunicacional.

Las redes  son las herramientas por excelencia hoy: facebook, twitter, permiten  en tiempo real dar a conocer cualquier evento o actividad que puede convertirse en hecho político, esto es, en un interés que vectoriza el juego de las relaciones de dominio y de fuerzas que están en las batallas de nuestro cuerpo social. No es extraño encontrar en las redes personas que nunca en sus vidas hayan tenido algún oficio de la política, algo que ver con eso y  que hagan de sus vidas hoy  permanentes oficiantes de la política con las herramientas de las redes, esto sugiere que  su “no política de oficio” fue una incapacidad en el lenguaje de vínculo con otras comunidades que hoy permutan, cambian y si posibilitan en las comunidades de redes,  aquellas menos ligadas al cara a cara y  menos cercanas a los ritos proxémicos, algo así como le ocurre a las personas que al encontrarse a quien quiere decirle “las cosas” se le imposibilita porque lo tienen al frente, pero al usar el móvil le dice en texto hasta lo inimaginable, ¿lo que hace el no estar en cara a cara?, ¿lo que inhibe el cara a cara?. Estamos entonces ante un oficio de la política del no cara a cara, pero por eso mismo totalmente deshinibida ante una transparencia trampada.

Se viene construyendo en consecuencia otras plataformas sociales que generan otros  activismos; activistas holgazanes, activismos desde la casa, más propio de quienes asumen la política desde espacios de confort y “cambian el mundo” desde su confort. Un holgazanear que revela y devela el auténtico ser, un escapar para estar sólo y desde esa soledad considerarse el político de este tiempo, similares a las máscaras, a los carnavales, disfrazarse para ser, cierta contradicción de la despersonificación para ser la persona, dejar de ser para ser, son los que son porque no son, una liberación extraña para mi humilde saber.  Pero así en esa plataforma social vamos a encontrar un ejercicio del periodismo, digámoslo no profesional como periodista de calle o reporteros digitales.

Esto implica un desafío y un avance significativo si sabemos aprovecharlo éticamente por la verdad constatativa que todavía nos queda. Un mundo sin fronteras desde estos espacios, pues basta un teléfono móvil o celular y usted es un reportero digital, transmite información, videos, audio o imágenes, podemos recordar cuando el Golpe de Estado de los “meritocráticos” de PDVSA, la FEDECAMARAS, CTV  y la Coordinadora democrática , los celulares, el internet fueron la via de mejor acceso a la información de lo que ocurría cuando los canales de tv se hacían los distraídos por sus vínculos y compromisos con la Venezuela de la órbita gravitacional en USA.

El apoyo a las manifestaciones que los universitarios chilenos desarrollaron por la educación gratuita y contra la privatización es otro ejemplo latinoamericano, cuando comenzaba este ecosistema en México la marcha de los zapatistas tuvo en esta vía expedita un gran desarrollo, y para las transnacionales de la comunicación como CNN invocando a una bloguera cubana como símbolo de resistencia, son ejemplos que nos permiten aseverar la importancia del ecosistema en Venezuela y América Latina.

Esta semana, estupefactos, vimos la noticia de un brote de ébola o meningococcenia en el Hospital Central de la ciudad de Maracay capital del Estado Aragua del centro del país. ¿Quién produjo la noticia? o más justo decirlo, la mercancía informativa que debían comprar los oficiantes de la política de la Venezuela orbitada en la dependencia periférica norteamericana, nada más y nada menos que la transnacional CNN y el portal Dólar Today. En qué consistió, nuevamente en el veneno dosificado para la estigmatización, “somos de los países pobres, sin idea de progreso, atrasado” y todas aquellas frases que calan en los prejuicios, que no voy a calificar, que tiene una particular tribu que intenta asaltar ya reiteradamente el sentir de venezolanos con tantos derechos y aspiraciones como ellos.

CNN y Dólar Today, según el Gobernador del Estado Aragua, todavía no desmentido por estas, usan imágenes que corresponden al 2003 y al 2012 mostrando a niños y adultos con signos de enfermedades raras, ya en Venezuela un amplio sector está claro del papel de medios como los señalados y la misma metodología de la calle nos ha llevado a la metódica de la problematización y la duda como mecanismo ante la dosificación que inoculan las transnacionales. Ya es reiterativo la falta a la  ética periodística y al profesionalismo de estos medios. 

Fresco sigue en nuestra memoria el caso  WikiLeaks, expresión real de quienes atacan el derecho a la información y esto también nos permite para otra reflexión de debate de  las redes como contra poder, dijo el congresista republicano Ron Paul en defensa de Julian Assange"en una sociedad libre se supone que sepamos la verdad". Lamentablemente para Paul, ni son libres ni viven de verdades, ustedes pueden ver como CNN y Dólar Today esta misma semana hacen de la mentira su arma, todavía hay quien de buena fe no considera que estamos en batallas.

Qué decir de los ciberutópicos y de la ciudadanía digital en Venezuela; esto es sobre la concienciación a partir de allí, las agendas globales y la movilización, la relación de redes comunicacionales y transformaciones políticas. Cómo el giro del folleto, el periódico, el cartel y otros es el hashtags, el twitter, el facebook y los blogs. Este debate no está ausente del diálogo de saberes, de las teorías pedagógicas y la construcción de una gran escuela, de una gran universidad cuyos colores sea el variopinto y heterogéneo mestizaje que compone la Venezuela y la América Latina y caribeña que hoy comienza a dibujarse.

¿Bastan los infocentros y las canaimitas en Venezuela? Ellos son un esfuerzo loable y de necesaria urgencia así como las tablet, los vergatarios, orinoquias, etc;  pero se requiere que CANTV se ponga a tono, una revolución no descansa y hace de lo extraordinario una cotidianidad, ¿tenemos revolución en Venezuela o sólo un capitalismo de políticas socialdemócratas?,  sólo estaríamos en un capitalismo de estado con muchas reformas al estilo socialdemócrata y pocas transformaciones si sigue siendo cotidiano los niños y niñas en las calles vendiendo mercancías y mercantilizándose, si no hay respuestas a la gente ante sus dificultades elementales claramente propia del burocratismo, no me estoy refiriendo al vulgar ejercicio político del contrabando y toda la “guerra” que vivimos precisamente por quitarles las amarras al conservadurismo instalado en quienes no aceptan perder los privilegios históricamente heredados, una cultura crítica sobre otras preguntas en cuanto a la dirección transfronteriza que se hace con los medios y los mass media son  tareas  inmensas a asumir, las críticas no pueden ser menores, la población debe tener dominio de las redes y desarrollar una heurística de ellas, el conocimiento y la educación son liberadores y mantienen siempre nuestras esperanzas. Asumamos el debate en este tema, la educación y las teorías pedagógicas con sus congresos deben marcarnos algunas pautas...

Ahora bien, la pregunta de CNN al principio de este artículo, ¿qué es lo que pasa con la velocidad?, si bien es cierto y es necesario y abogo porque se asuma un compromiso de mayor valía por aumentar la velocidad del internet, no es menos cierto y si de más compromiso por nuestra condición de hacer de la penetración del internet a todos los sectores nuestra mayor conquista y es que la inclusión es la política de estado de mayor envergadura que en todos los órdenes debemos abonar. Venezuela supera la media de la región latinoamericana y con creces a toda áfrica sobre la penetración con internet en más del 40%  en todos los sectores de la población.

El avance debe ser en ese sentido y las 1500 comunidades de pobreza extrema que hoy se le presta la  atención para solventar esa situación negadora de la condición humana mediante las bases de misiones deben contar con una política en este sentido. La crítica no debe quedarse en que los venezolanos somos los más consumidores de smartphones en América Latina con este “castrocomunismo”, sino que hay que desarrollar con más eficacia y eficiencia las políticas que se asumen desde la condición de país en pugna con el más grande imperio, no podemos aceptar equivocaciones que tienen en la distracción, la corrupción y el burocratismos grandes asideros, muchos proyectos sin concretarse, y necesitamos contraloría social, ¿que ha pasado con eso?. Por ejemplo no podemos exhibir el costo por conexión de mnps por encima de  nuestra región latinoamericana y caribeña, ella es nuestra comparación y estamos por encima del costo promedio, de allí que se requiera con urgencias correcciones. ¿Cómo podemos exhibir eso?, necesario es hacer que la política comunicacional dé cuenta de eso como país que luce irremediablemente y en todos órdenes en un proceso de inclusión y no una exclusión desde la inclusión.

Las ganancias de nuestra estatal de las comunicaciones CANTV, son enormes y está bien que así sean; es una demostración evidente de lo que se puede hacer para despecho de quienes no creen en la calidad endógena, igualmente es satisfactorio que esas ganancias no vayan a engordar acciones privadas sino  que hayan servido para programas como las canaimitas  y otros, no obstante ello, necesario son  los infocentros en esas comunidades que se pretenden sacar de la pobreza extrema.

Todo ello con una educación de la caracterización de esta era  para hacerles las críticas demoledoras que nos permitan colocar en el relieve del diálogo que los métodos para el desarrollo de nuestro espacio epocal no se ha debido al trabajo y a la ley de un orden idílico de grandes hombres y mujeres ahorrativos y filantrópicos distintos a los derrochadores, estúpidos y perezosos con que somos dibujados por la pluma y tinta de la impronta que dirigen desde sus portales y transnacionales el ecosistema en que vivimos. Ya Brasil dio un paso importante para que su internet no sea intervenido, sigamos su ejemplo sin complejos, ellos volverán a actual sobre los gustos que le crearon a los acomplejados para rabiar que hay un atentado a la libertad con la que han esclavizados a nuestros pueblos. Con despojos, esclavizaciones, asesinatos en masas se adueñan en áfrica de las minas para la construcción de los aparatos que permiten con las herramientas de éste tiempo, multiplicar las ganancias de esa explotación para el uso de la mentira y el engaño.

Nuestra región requiere asumir la revolución tecnológica pero  desde otro ángulo, y no con la violencia propia de quienes hacen culto a la muerte y que  hoy vemos en la destrucción del África para darle velocidad a nuestro tiempo; haciendo de éste el tiempo de ganancia en los pecados del Dante, velocidad para que el “vampiro del norte” viva en su momento de mayor declive. Pongámosle su límite parafraseando a Feverbach, “donde no hay límite ni tiempo ni necesidad, tampoco hay cualidad ni energía ni espíritu ni fuego ni amor”, nosotros que padecemos por tener límites tenemos la necesidad de ser necesario (valga el juego) somos como América latina y caribeña, nuevamente nosotros, una opción y la posibilidad del género humano de esta época con imperiosa exigencia de la revolución ética. Romper con políticas reales el gran parque psíquico, la hipnosis colectiva que con las tecnologías electrónicas enmudecen distinciones y diferencias para que todo sea distinto y diferente; qué diferencia desde allí lo público de lo privado, lo interior de lo exterior, lo íntimo de lo expuesto, es cotidiano escuchar a un padre decirle a su familia salgan de mi cuarto que voy a descansar íntimamente y con su sapi y tv entra a su cuarto el mundo con todos sus canales y menos la familia. Es la contradicción hecha vida cotidiana que debemos reflexionar, quizás sin darnos cuenta, que una nueva racionalidad comienza a echar raíces, un sentido común, surgido de un sentido en todos los demás sentidos que comienza a unificar a multitudes en una imagen.

Una lógica instalada ya nos quiebra los sentidos, pues nos escinde y nos separa de la naturaleza, de la “naturaleza al natural”, ya el tacto es una presión en la piel, hasta allí llega la “tactilidad”, ud mujer y ud hombre es sólo un artificio, un artefacto, un fetiche, una vulgar mercancía vectorizada, dirigido o teledirigido desde un portal como Dólar Today o una transnacional del mercado homogeneizante del pensamiento único del fundamentalismo neoliberal como CNN.

Por ello es que el ecosistema informático y comunicacional que hay que construir en Venezuela pasa por priorizar el acceso y la inclusión por encima de la velocidad, diluyendo prácticas modernas del progreso en verdaderas pautas de una ecología de las nuevas plataformas sociales, para una  democracia que trascienda la lógica del desecho estigmatizador.

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