Venezuela no impulsa, ni lejanamente, un
proyecto perfecto al que debemos aceptar acríticamente, pero es evidente que, para
los grandes intereses capitalistas, solo con lo que está haciendo ya constituye
un mal ejemplo para América Latina y el resto del mundo. Por eso quieren
hacerla añicos.
Rafael
Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica
Hay que decir que el acoso a Venezuela
“recrudece”, porque ese país está siendo acosado constantemente desde hace más
de diez años. No hay que repetir, por conocidas, las razones que llevan a que
Venezuela sea un eslabón de primerísimo orden para cualquiera que quiera
ejercer su dominio e influencia en América Latina, o en el “Hemisferio
Occidental” como acostumbran a decir otros.
Este acoso constante sigue pautas que ya
probaron su eficacia en otras partes, pero se ponen al día en función de las
circunstancias concretas. Es impresionante ver el papel estelar que juegan los
medios de comunicación más poderosos, la sintonía que tienen, el libreto común
que se repite en diferentes idiomas. Y es impresionante ver cómo la gente
repite como lorito lo que estos medios dicen sin respaldo alguno, mintiendo
abiertamente muchas veces, alimentándoles una bronca que se regodea en un
sentido común construido por el neoliberalismo en estos últimos treinta años.