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viernes, 28 de agosto de 2015

El imperio a la ofensiva

Está claro: se ataca a quienes han mejorado la condición de los sectores populares de sus países, han fortalecido al Estado frente al mercado, han contribuido a la soberanía de sus naciones frente a la gran potencia, han buscado la integración regional sin las tutelas del Norte.

Roberto Follari / El Telégrafo (Ecuador)

El ataque total. En Brasil, ya el expresidente Cardoso, Serra y otros políticos opositores piden a gritos que renuncie la presidenta, elegida para este segundo período hace menos de un año. Se agitan movilizaciones que no solo buscan que la presidenta sea impedida de cumplir su período constitucional, sino que son aprovechadas para auspiciar el retorno de los militares. Es decir, quieren reemplazar la libertad democrática por la dictadura: un programa desastroso para los derechos civiles de todos, y también para la economía de los de abajo.

En Venezuela se trata de agitar con las banderas de la inflación y el desabastecimiento de productos básicos -favorecido este por los grandes empresarios- para crear descontento generalizado. De tal manera, las oposiciones podrían ganar las elecciones legislativas hacia finales del año, y desde allí presionar para destituir a las autoridades electas, con el presidente Maduro a la cabeza.

En Argentina hay elecciones presidenciales próximas. Como el candidato Scioli representa al Frente para la Victoria, grupo electoral de la actual presidenta, se ha lanzado una campaña de desprestigio permanente, tanto por vía de los medios como de las llamadas ‘redes sociales’. Circulan toda clase de falsos rumores, pseudodenuncias, noticias alarmantes inventadas, injurias contra los candidatos del actual gobierno. El candidato opositor, Macri, está procesado por propiciar escuchas telefónicas ilegales; por ello, no cuesta imaginar de dónde viene esta nueva campaña sucia.

Está claro: se ataca a quienes han mejorado la condición de los sectores populares de sus países, han fortalecido al Estado frente al mercado, han contribuido a la soberanía de sus naciones frente a la gran potencia, han buscado la integración regional sin las tutelas del Norte. Se ataca -obviamente en un plan organizado de conjunto- a la geopolítica independentista de nuestros países del Sur. El plan es liquidar gobiernos populares. Retomar la hegemonía de las multinacionales y el libre mercado. Devolver a los pobres al silencio. Al olvido. A la nada, a ser predicados del capital.

¿Y el Ecuador? Está claro, en este contexto. Notoriamente, hay quienes con la mejor intención agitan el parche del retorno conservador. Quieren un continente con olor a viejo. Volver a los años 70; a tiempos de hegemonía de la bandera con estrellas, y de tristezas inenarrables para los pobres y los postergados.

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