A los
gobiernos nacional-populares los han acusados de “polarizar” a las sociedades;
es decir, en otras palabras, de haber enojado a los que no quieren que nada
cambie. Pero es inevitable: en sociedades tan desiguales y objetivamente
polarizadas, en las que hay que tomar tantas medidas para aproximarse a
sociedades más justas, los que siempre han estado bien saltarán para evitar que
se toque lo que consideran su condición natural.
Rafael Cuevas Molina /Presidente AUNA-Costa
Rica
La furia
con la que las derechas latinoamericanas han asumido los espacios de poder
ganados en elecciones recientes en Argentina y Venezuela, pero también la
ofensiva en Ecuador y Bolivia, no es más que la respuesta al “vejamen” al que
sienten que han sido sometidas por las políticas direccionadas hacia sectores
desfavorecidos de las sociedades latinoamericanas, por derroteros económicos
que no siguen el dictat de las
corporaciones financieras internacionales, y una política exterior
independiente de los intereses de las grandes potencias, especialmente de los
Estados Unidos de América, por parte de
los proyectos nacional-populares.