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sábado, 17 de septiembre de 2016

Cualquier cosa puede esgrimirse para sacar a Venezuela del Mercosur

Lo que estamos viendo que, con correlación de fuerzas a su favor, está haciendo la derecha continental en el Mercosur en estos días, es lo que haría si lograran arribar al poder político en Venezuela: dar marcha atrás a lo logrado e ir más allá, más atrás, más regresivamente.

Rafael Cuevas Molina/ Presidente AUNA- Costa Rica

La ofensiva de la derecha continental tiene como su principal objetivo en la actualidad cercar a Venezuela a como dé lugar en todos los campos y en todo momento, no dejarla respirar. Repetimos lo que ya se ha dicho y argumentado por otros mejor que nosotros: es una estrategia continental en la que no se para mientes en absolutamente nada, que tergiversa, miente, falsea, inventa y agrede.

Venezuela es el botín más importante por el que se abalanzan ahora. No se trata solamente de sus riquezas naturales que van , por cierto, más allá del petróleo, sino del valor simbólico que tiene en el marco de los procesos progresistas y de izquierda continentales.

Fue de su Revolución Bolivariana desde donde surgieron algunas de las más emblemáticas propuestas y proyectos que han caracterizado estos años de inicios del siglo XXI en América Latina. La concreción, por primera vez, de esfuerzos integracionistas y solidarios entre nosotros mismos nacieron en consenso con los argentinos, los ecuatorianos, los bolivianos y los cubanos, es cierto, pero el impulso que les dio Hugo Chávez fue fundamental.

La concepción solidaria de Petrocaribe, por ejemplo, solo es comparable conceptual y humanamente con las iniciativas que han caracterizado a la política exterior cubana, que no ha dudado hasta de quitarse el pan de la boca con tal de impulsar una política internacionalista solidaria sin parangón en la historia moderna.

Lo que interesa es no solo revertir los logros de la Revolución Bolivariana, sino dar una lección ejemplarizante para que nadie en el futuro se atreva a insubordinarse contra el orden existente.

Lo que estamos viendo que, con correlación de fuerzas a su favor, está haciendo la derecha continental en el Mercosur en estos días, es lo que haría si lograran arribar al poder político en Venezuela: dar marcha atrás a lo logrado e ir más allá, más atrás, más regresivamente.

Es el reordenamiento del capital transnacional en alianza con sus pares nacionales subordinados, que busca crear mejores condiciones para su reproducción. Es lo mismo que sucede ahora mismo en España, el capital se reordena para exprimir cada vez más a la fuerza de trabajo y sale fortalecido de la crisis. Ahora y en el futuro habrá más desempleo, más precariedad laboral, menor cobertura sanitaria, menos educación pública de calidad.

En América Latina, ese reordenamiento pasa por retrotraerse a los tiempos en los que el ALCA parecía venirse inminentemente. Busca la integración en función del proyecto panamericanista, manejado por los Estados Unidos en función de los intereses de los capitales que promueve su política imperialista.

Todo proyecto latinoamericanista es no solo un contrasentido para esa concepción, sino un peligro que debe ser extirpado ejemplarizantemente. Por eso Venezuela está en la mira. No habrá razón jurídica, institucional, legal o moral para contrarrestar lo que se le está haciendo en el Mercosur, porque siempre los que aborrecen lo que representa encontrarán la forma de no estar de acuerdo.

Se entiende de las actuales administraciones de Argentina, Paraguay y Brasil. Todos tenemos claro quienes son y qué buscan. Pero tener de paniaguado a Uruguay en esas componendas es vergonzoso.

Así que no esperemos mucho de lo que resulte de este proceso de acoso al que tienen sometida a Venezuela en el Mercosur. Terminarán sacándolo con cajas destempladas y los corifeos de la derecha lanzarán las campanas al vuelo en diciembre. Ya están preparando el carnaval y las primeras planas de los periódicos.

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