Fernando Martínez Heredia, muerto esta semana
en La Habana, fue el intelectual más
importante de la Revolución Cubana. Su trayectoria, su obra, su actuación en
Cuba y en toda América latina, han hecho de él y de sus ideas, una presencia
insustituible en la lucha de ideas.
Fernando dirigió la revista Pensamiento Crítico, la más importante
del continente en los años 1960, que hacía llegar a Cuba y a muchísimos países
de América Latina lo más nuevo y relevante que producía la nueva izquierda
mundial. Se mezclaban textos del Che, discursos de Fidel, con artículos de
Ernst Mandel, de Althusser, de líderes de la izquierda latinoamericana, junto a
la reediccion de textos clásicos del marxismo.
Mas adelante Fernando fue un activo
participante del Centro de Estudios de América (CEA), que reagrupó lo mejor y
lo más importante de la intelectualidad cubana, publicando textos determinantes
para entender la realidad cubana y de todo el continente.
En el momento de su muerte, trato de rescatar
su trayectoria personal, su formación política, para que se tenga una idea de
cómo se formaba la intelectualidad cubana en los comienzos de la Revolución.
Siempre uno llegaba a La Habana y buscaba a Fernando para enterarse de cómo
andaba la isla, a qué se dedicaba él, cuáles eran sus grandes preocupaciones. Y
puedo decir que siempre, a lo largo de tantas décadas transcurridas desde el
comienzo de la Revolución, hemos coincidido siempre en nuestras visiones
políticas y preocupaciones teóricas.
En uno de esos viajes le hice una larga
entrevista para la revista Crítica y
Emancipación (año 9, numero 5) que yo fundé y dirigí en sus primeros años,
cuando dirigía Clacso. Así él se refería a sus orígenes: “Nací en el pueblo de
Yaguajay, en la antigua provincia de Las Villas. Mi padre pedía limosna en la
calle cuando era niño y no fue nunca a una escuela. Mi madre hizo solo el
primer año de primaria y de ahí pasó a ser una niña obrera en la industria del
tabaco. Eramos seis hermanos pero solo cuatro llegamos a adultos. Yo nací en
1939. Estudié siempre en escuelas públicas. Comencé a leer cosas politizadas en
Bohemia, la revista semanal cubana más famosa, de extraordinaria calidad.
Tiraba más de 300 mil ejemplares. Enviaba 700 ejemplares a Buenos Aires por
avión”.
“En Santa Clara participé en las protestas
estudiantiles. Por primera vez oí hablar de Fidel. Asaltaron al cuartel Moncada
el 26 de julio de 1953 y ello me causó un impacto decisivo. Yo tenía entonces
14 anos y mi mama me había llevado a ver unos familiares a un poblado. Al salir
vimos el cuartel con todos los soldados en guardia. Preguntamos a alguien, que
nos dijo que habían peleado en Santiago de Cuba y que el ejército estaba
movilizado. Al día siguiente el dictador habló al país, lo escuché y pensé que
había dicho muchas mentiras, y que los
asaltantes al Monada eran unos héroes revolucionarios. Para hacer algo comencé
a anotar en una libreta los pocos nombres de los muertos que iban apareciendo,
para evitar que cayeran en el olvido”.
Cómo viviste el primero de enero del 1959, le
pregunté: “Yo estaba en Santa Clara, se estaba combatiendo ahí desde el 28 de
diciembre. Es la famosa batalla que dirigió el Che. Recuerdo al Che con un
brazo fracturado, con una seguridad absoluta en sí mismo, caminando por una vía
principal, la calle Independencia, ancha y recta. El ejército trataba de
avanzar como a 700 metros, venía con 2 tanques; sus disparos eran lejanos, pero
en línea recta el fusil es efectivo a esa distancia y más. El Che se detuvo
delante de una vidriera destrozada del Ten Acentos, y llegó bajo el fuego hasta la esquina siguiente, donde había cinco
o seis rebeldes. Yo estaba a unos 50 metros, con bastante miedo, pegado a la
acera. Ahora pienso que actuaba así para darles confianza a los que veían,
porque los cañones de tanques en una ciudad hacen un ruido espantoso”.
Así Fernando tuvo las primeras noticias y los
primeros contactos con Fidel y con el Che, así empezó a integrarse a la
Revolución en su país. La primera lectura de marxismo que le dieron fue el
Manual de Economía Política, de la Academia de Ciencias de la URSAS. Y
reaccionó rápido: “Si esto es el
marxismo, yo no sigo, esto es insoportable”. Felizmente para el marxismo cubano
pocos meses después le dieron El Estado y la Revolución, de Lenin, cuya lectura
le encantó. Pero su “maestra principal del marxismo era la Revolución”. “Yo
absorbía todo lo que Fidel decía”.
En la entrevista Fernando relata cómo nació
la idea de la revista Pensamiento Crítico,
cómo surgió su primer número a fines de 1966, sobre las luchas armadas en
América latina. A partir de ahí Fernando Martínez Heredia se proyectó como un
líder de vanguardia del pensamiento crítico cubano y latinoamericano. En los
últimos años se dedicó a un balance de la historia cubana del siglo XX,
retomando temas como la cuestión nacional, su articulación con la lucha por el
socialismo, así como un balance del pensamiento y de la vida de Fidel, su
última obra.
hasta siempre compañero!!!
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