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sábado, 8 de junio de 2019

Desafíos de la Revolución Bolivariana. 3: De la resistencia a la recuperación económica

La recuperación económica pasa por la superación del modelo rentista y ello sólo se puede lograr con el desarrollo del sistema económico comunal, impulsando el poder popular para combatir y superar la explotación del trabajo, la opresión política y la dominación cultural.

Exeario Sosa Ocanto / Especial para Con Nuestra América 

La actual situación socio-económica de Venezuela da cuenta de la pugna histórica de dos modelos políticos y económicos. Por una parte, el capitalismo rentístico venezolano, con una clase económica parasitaria (que llegó a concentrar el 90% de las riquezas, configurada por sólo unas 30 familias), y por la otra, un nuevo modelo político-económico construido a favor de las mayorías empobrecidas, liderizado por el Comandante Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro, orientado en las prácticas colectivas y la construcción teórica del Socialismo del Siglo XXI.

Desde inicios de la Revolución Bolivariana, los ataques al nuevo modelo económico se hicieron patentes en no permitir el control soberano de la industria petrolera (2002). Esta batalla sería ganada por el pueblo venezolano, iniciando un periodo de inversiones sociales y de infraestructura, que logró reducir la pobreza extrema de 20.3% (1998) a 9.5% (2007). A pesar de este inmenso esfuerzo del pueblo venezolano, la oligarquía permanecía intacta, expresada en su control mayoritario de los sectores claves de la economía, tales como, manufactura (alimentos), construcción, telecomunicaciones, y por último, pero el más importante, el sector bancario y de la actividad aseguradora.  La guerra económica contra el modelo de inclusión social bolivariana empieza a tomar forma precisamente en ese año, con el desabasto programado de alimentos y la subutilización de capacidades instaladas en el sector manufacturero, todo ello con la intención de “quebrar” internamente el aparato productivo venezolano, como una reacción a la política de defensa de la soberanía agroalimentaria y económica implementadas por el Gobierno de Chávez.

A finales del año 2010, siempre con el apoyo del imperio norteamericano, la burguesía venezolana, afina su estrategia de “RollBack” que en informática significa restaurar la función anterior o restablecer el sistema y es empleado en términos socio-políticos como sinónimo de volver atrás, regresar al viejo orden, devolverse al sistema anterior, reversión de los cambios, detener el proceso transformador, retrotraer. En términos económicos se expresa en:

- Sanciones: Bloqueo financiero expresado en más de 5.000 mm $, bloqueo de navieras, prohibición de venta de medicamentos, alimentos al gobierno venezolano, robo de activos CITGO, MONOMEROS, ETC) .
- Presión con los precios del petróleo (Incremento de oferta petrolera proveniente del fracking, Libia e Iraq, informes soberanos de reservas, manipulación en mercados financieros).
- Uso de la calificación de riesgo (Venezuela es de los países que paga los créditos más costosos del planeta, tenemos casi de 50 puntos de sobrecarga).
- Manipulaciones monetarias y financieras (doble acumulación de capital en Bolívares y Dólares, captación de remesas, cesación de financiamiento externo, hiperinflación).

El Banco Central de Venezuela (BCV) recientemente (Mayo 2019) publicó cifras de la dramática situación económica nacional, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo un 50% en el periodo 2013-2018. En términos sencillos, lo que se logró en 14 años se destruyó en 5. Eso sin mencionar los sustantivos avances en materia de salud, vivienda, educación, reconocidos por las Naciones Unidas y demás organismos internacionales, que hoy en día resultan afectados por esta guerra, trayendo efectos desastrosos sobre la alimentación, la salud, la seguridad, la productividad en la nación y la calidad de vida en términos generales.

La recuperación económica pasa por la superación del modelo rentista y ello sólo se puede lograr con el desarrollo del sistema económico comunal, impulsando el poder popular para combatir y superar la explotación del trabajo, la opresión política y la dominación cultural. Sabemos que existen corrientes internas (en el chavismo) que no apuntan hacia estas acciones, hay sectores que apoyan las privatizaciones de servicios públicos y empresas estatales, otros que hablan del “socialismo de mercado” inspirados en la experiencia China.

Nosotros nos situamos en un complejo escenario geopolítico, la revolución bolivariana apuesta por una nueva arquitectura financiera internacional, los debates arriba mencionados son válidos y necesarios, pero nuestro pueblo está enfocado en resistir las sanciones del imperio norteamericano y sus aliados (para lo cual solicitamos la solidaridad de los pueblos del mundo); al mismo tiempo, expresamos que este es un pueblo que luchará sin descanso para garantizar su bienestar y la reproducción de la vida comunitaria-nacional, una vida plena para todos y todas.

Politólogo, Obispo de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana

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