La recuperación
económica pasa por la superación del modelo rentista y ello sólo se puede
lograr con el desarrollo del sistema económico comunal, impulsando el poder
popular para combatir y superar la explotación del trabajo, la opresión
política y la dominación cultural.
Exeario
Sosa Ocanto / Especial para Con Nuestra América
La actual situación
socio-económica de Venezuela da cuenta de la pugna histórica de dos modelos
políticos y económicos. Por una parte, el capitalismo rentístico venezolano,
con una clase económica parasitaria (que llegó a concentrar el 90% de las
riquezas, configurada por sólo unas 30 familias), y por la otra, un nuevo
modelo político-económico construido a favor de las mayorías empobrecidas,
liderizado por el Comandante Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro, orientado
en las prácticas colectivas y la construcción teórica del Socialismo del Siglo
XXI.
Desde inicios de la
Revolución Bolivariana, los ataques al nuevo modelo económico se hicieron
patentes en no permitir el control soberano de la industria petrolera (2002).
Esta batalla sería ganada por el pueblo venezolano, iniciando un periodo de
inversiones sociales y de infraestructura, que logró reducir la pobreza extrema
de 20.3% (1998) a 9.5% (2007). A pesar de este inmenso esfuerzo del pueblo
venezolano, la oligarquía permanecía intacta, expresada en su control
mayoritario de los sectores claves de la economía, tales como, manufactura
(alimentos), construcción, telecomunicaciones, y por último, pero el más
importante, el sector bancario y de la actividad aseguradora. La guerra económica contra el modelo de inclusión
social bolivariana empieza a tomar forma precisamente en ese año, con el
desabasto programado de alimentos y la subutilización de capacidades instaladas
en el sector manufacturero, todo ello con la intención de “quebrar”
internamente el aparato productivo venezolano, como una reacción a la política
de defensa de la soberanía agroalimentaria y económica implementadas por el
Gobierno de Chávez.
A finales del año 2010,
siempre con el apoyo del imperio norteamericano, la burguesía venezolana, afina
su estrategia de “RollBack” que en informática significa restaurar la función
anterior o restablecer el sistema y es empleado en términos socio-políticos
como sinónimo de volver atrás, regresar al viejo orden, devolverse al sistema
anterior, reversión de los cambios, detener el proceso transformador,
retrotraer. En términos económicos se expresa en:
- Sanciones: Bloqueo
financiero expresado en más de 5.000 mm $, bloqueo de navieras, prohibición de
venta de medicamentos, alimentos al gobierno venezolano, robo de activos CITGO,
MONOMEROS, ETC) .
- Presión con los
precios del petróleo (Incremento de oferta petrolera proveniente del fracking,
Libia e Iraq, informes soberanos de reservas, manipulación en mercados
financieros).
- Uso de la
calificación de riesgo (Venezuela es de los países que paga los créditos más
costosos del planeta, tenemos casi de 50 puntos de sobrecarga).
- Manipulaciones
monetarias y financieras (doble acumulación de capital en Bolívares y Dólares,
captación de remesas, cesación de financiamiento externo, hiperinflación).
El Banco Central de
Venezuela (BCV) recientemente (Mayo 2019) publicó cifras de la dramática
situación económica nacional, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo un
50% en el periodo 2013-2018. En términos sencillos, lo que se logró en 14 años
se destruyó en 5. Eso sin mencionar los sustantivos avances en materia de
salud, vivienda, educación, reconocidos por las Naciones Unidas y demás
organismos internacionales, que hoy en día resultan afectados por esta guerra,
trayendo efectos desastrosos sobre la alimentación, la salud, la seguridad, la
productividad en la nación y la calidad de vida en términos generales.
La recuperación
económica pasa por la superación del modelo rentista y ello sólo se puede
lograr con el desarrollo del sistema económico comunal, impulsando el poder
popular para combatir y superar la explotación del trabajo, la opresión
política y la dominación cultural. Sabemos que existen corrientes internas (en
el chavismo) que no apuntan hacia estas acciones, hay sectores que apoyan las
privatizaciones de servicios públicos y empresas estatales, otros que hablan
del “socialismo de mercado” inspirados en la experiencia China.
Nosotros nos situamos
en un complejo escenario geopolítico, la revolución bolivariana apuesta por una
nueva arquitectura financiera internacional, los debates arriba mencionados son
válidos y necesarios, pero nuestro pueblo está enfocado en resistir las
sanciones del imperio norteamericano y sus aliados (para lo cual solicitamos la
solidaridad de los pueblos del mundo); al mismo tiempo, expresamos que este es
un pueblo que luchará sin descanso para garantizar su bienestar y la reproducción
de la vida comunitaria-nacional, una vida plena para todos y todas.
Politólogo, Obispo de
la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana
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