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sábado, 22 de junio de 2019

Reflexiones iniciales sobre las elecciones en Guatemala

Las elecciones de 2019 hubiesen sido una puerta abierta a la esperanza si el establishment cleptocrático no hubiese logrado descabezar la candidatura de Thelma Aldana,  si los partidos que se sitúan del centro a la izquierda con altura de miras se hubiesen unido. El hubiera no existe, pero sirve para imaginar lo que en el futuro habría que hacer.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Conocidos los resultados de la primera vuelta electoral es posible realizar algunas reflexiones iniciales sobre el tema. Las enumeraré:

1. Los resultados enfrentarán en la segunda vuelta a dos candidatos que no auguran ruptura con el llamado “Pacto de Corruptos”. Sandra Torres representa un proyecto sin voluntad posneoliberal, con compromisos con el referido pacto y un discurso populista con práctica asistencialista y clientelar. Alejandro Giammatei representa a la derecha extrema asentada en los poderes invisibles y exmilitares contrainsurgentes. Será apoyado por la mayor parte de los votantes de derecha y por lo más significativo del empresariado que lo verá como la salvación ante un eventual triunfo de Torres.

2. La gran sorpresa electoral fue Thelma Cabrera, la candidata del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP). Las encuestas previas le daban 3-5% de los votos y al final obtuvo 10.4%. Justo es decir que en lo que se refiere al voto progresista, la ausencia de Thelma Aldana hizo que una parte de este se fuera hacia la candidata del MLP.

3. La elección estuvo marcada por un abstencionismo  que aumentó 10% en relación al observado en 2015. Hubo prácticas fraudulentas, si nos atenemos a las denuncias de boletas premarcadas, compra de votos, restricciones financieras al MLP. Quedará por investigar si existieron boletas en las que no aparecía el logo del MLP, si éste fue empequeñecido y los pobres resultados del MLP en alcaldías y diputaciones.  Estas prácticas fraudulentas no parecen haber alterado sustancialmente los resultados electorales presidenciales.

4. Lección fundamental son las consecuencias de la dispersión del voto del centro izquierda. MLP, Semilla, Winaq, URNG-Maíz, Libre, Convergencia, y Encuentro por Guatemala obtuvieron en su conjunto 20% de los votos. Separados, salvo MLP, cayeron en la intrascendencia y tres de los siete partidos perdieron el registro. El progresismo será sumamente débil en el Congreso: 14 de 160 diputados.

5. La Unidad Nacional de la Esperanza de Sandra Torres se consolida como el partido más consistente. Desde 2003 sus resultados han sido de dos dígitos y ahora cuenta con 52-53  de los 160 diputados (33%). Frente a Thelma Aldana,  Torres se volvió  para la ultraderecha el mal menor. Una vez eliminada de la contienda Aldana, Torres “hará entrar a Guatemala a la izquierda socialista”, la convertirá en “una nueva Venezuela” y “será el nuevo Chávez”. La paranoia anticomunista y la ferocidad ultraderechista también “se sienten preocupados” por el resultado de Thelma Cabrera. La satanización de Sandra Torres desde hace muchos años ocasiona que tenga un alto negativo (34% o 54%) frente a Giammattei (2% o 16%). Esto hace que el panorama para la segunda vuelta de la UNE y Torres sea difícil.

Las elecciones de 2019 hubiesen sido una puerta abierta a la esperanza si el establishment cleptocrático no hubiese logrado descabezar la candidatura de Thelma Aldana,  si los partidos que se sitúan del centro a la izquierda con altura de miras se hubiesen unido. El hubiera no existe, pero sirve para imaginar lo que en el futuro habría que hacer.

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