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sábado, 21 de septiembre de 2019

Argentina: La herencia carroñera

Vinieron como buitres, como aves de rapiña y como aves de rapiña se van. De allí el festín de globos de amarillos y la pregonada revolución de la alegría; alegría porque iban a arrasar con todo y así lo hicieron. Revoloteaban y bailaban, les brillaban los ojos de codicia.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Lo hicieron desde el primer momento, desde el balcón de la Casa Rosada. Todos juntos al son de una cumbia, frente a ilusos que compartían el festejo sin saber por qué. Ahora, han dejado un páramo repleto de osamentas secas, se van con las alas gachas. También se van con los sones de otra cumbia que les dice que ya fueron.

Han dejado un cementerio y deben levantar vuelo antes de tiempo. El olor a podredumbre inunda y deberán correr vientos benignos para que desaparezca la inmundicia reinante.

Han dejado infinidad de muertos, comenzando por Santiago Maldonado – cuya causa ha sido reabierta estos días –, los 44 submarinistas del ARA San Juan y sus familiares condenados al olvido y abandono, varios mapuches y cientos de miles de seres anónimos que han sido arrojados a la miseria, devorados por una inflación imparable.

Primero le pagaron a los fondos buitres, sus hermanos rapaces. Orgullosos de que el juez Griesa en Nueva York hubiera fallado en beneficio de esos especuladores. Ese luctuoso antecedente sería un precedente importante en la implementación de la bicicleta financiera que armarían después, luego del acuerdo con el Fondo. Todo pensado tal como lo ejecutaron.

Renovando la campaña, las aves negras no levantarán vuelo, dejaron las timbreadas por el rechazo de los vecinos; ahora harán caminatas por 30 ciudades como adelanta la página oficial del presidente, candidato a reelegirse. Un renovado optimismo atribuible a la cercanía de la primavera, la que coincide con el Día del Estudiante y parece contagiar de energías a esta párvula alianza política de ricos y famosos autocondenada al fracaso.

La primera marcha está programada para el sábado 28 de septiembre en Barrancas de Belgrano, la que se espera no desbarranque cuando coreen “Sí se puede”.

Sin embargo, la tropa en retirada es díscola, no atina a seguir un rumbo fijo dado el futuro aciago e incierto, cada espacio plantea diversas decisiones que, en el repliegue, diluye el mando. Así los legisladores han aprobado por unanimidad la ley de Emergencia Alimentaria pese al desdén del Ejecutivo, como si manejaran realidades distintas. La urgencia del hambre les impide ver los recursos inmediatos disponibles.

La variación del dólar ha descontrolado los precios que escalaron un 4% el último mes y acumularán más de un 50% antes del cambio de gobierno. El desabastecimiento de combustibles en amplias zonas del país por la paralización de los precios por 90 días, les ha hecho romper esa regla y, nuevamente han aumentado un 4% y que, probablemente, en noviembre suban entre un 25 a un 30% más. El pretexto son los incendios de yacimientos en Arabia Saudita que han disparado el precio internacional del petróleo. Pretexto importante, pero podría ser otro en un país de precios dolarizados y salarios en pesos, cuya brecha entre monedas es de una distancia cada vez más amplia. Como amplia es la brecha entre la fortuna declarada del Presidente que creció un 52% el último año, y los escuálidos bolsillos de la población, la que aún conserva bolsillos o vestimenta, en un universo cada vez más desnudo. 

Cada medida adoptada después del sablazo, impone una contramedida que desdice lo anterior. El suelo se les abre a cada paso y siguen insistiendo en tono de campaña, no volver al pasado. No caen en la cuenta que hasta sus socios recientes le dan vuelta la espalda: el ministro Lacunza estuvo esta semana en el FMI y volvió con las manos vacías, no dijeron nada de la remesa de dólares que tienen que mandar en estos días.

Empiezan a brotar más causas de corrupción. Así apareció Daniel Vila – dueño del grupo América – diciendo que el propio presidente lo había extorsionado para que le entregara el espectro – espacio concedido – para dárselo al grupo Clarín, como no lo hizo, envió al ministro Oscar Aguad para que lo denunciara, tal como lo hizo con el grupo Indalo. Hecho que inundó los medios las últimas horas y ya fue presentado ante la justicia, pruebas en mano. Vila es un pirata, un ave rastrera como ellos. Su familia tiene un country frente a casa y he seguido su historia desde hace décadas, al punto de quedarse con terrenos de la Universidad Nacional de Cuyo que aún no devuelven pese a reiterados fallos judiciales. Lo curioso de su denuncia, es que lo hace en el programa “Animales sueltos” que conduce su empleado Alejandro Fantino en un horario pico, como queriendo victimizarse. Allí también se deschava y dice que estuvo en contra de la Ley de Medios que Macri deroga por un Decreto de Necesidad y Urgencia. Mafia contra Mafia, como denuncia la abogada Graciana Peñafort redactora de aquella ley elaborada democráticamente, sepultada por la turba.

También el titular del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES, Luis Blaquier ex Ceo de las empresas Arcor y Cablevisión, está siendo investigado por beneficiar a las mismas con bonos de ese fondo previsional.

El fiscal que investiga, estima que decenas de Ceos que llegaron al gobierno han hecho lo mismo, aprovechando los dos lados del mostrador. Cada olla que se destapa trae más sorpresas.

El sábado pasado fue visitado el ex presidente Inácio Lula Da Silva por Nicolás Trotta, jefe de los equipos técnicos de Alberto Fernández y la periodista Gisela Marziotta, candidata a vice jefa de gobierno de la CABA por el Frente de Todos.

Llegaron a la prisión de Curitiva donde el líder del PT los recibió calurosamente y les dio una larga entrevista, curiosamente difundida por un canal hegemónico. Lucía exultante, enamorado como un adolescente y pronto a casarse luego de tantas desgracias sufridas. Lejos de estar triste se veía feliz, dispuesto a salir a la calle y volver a hablar con la gente. Contento por el resultado de las PASO y la visita de Alberto Fernández, sabiendo que su triunfo reverdecerá el proyecto latinoamericano iniciado hace más de una década.

Por su parte, el candidato Alberto Fernández viajó a Bolivia para verse con Evo Morales, quien también está frente a un proceso eleccionario. Fernández, consciente de lo sucedido en Argentina, le expresó que: mientras algunos gobernantes se preocupan por sus intereses o los intereses de sus amigos, al pueblo le va mal; en cambio a Bolivia y a los bolivianos todo este tiempo les ha ido, bien por lo que espera que los bolivianos sepan votar. Ambos coincidieron en la gran amistad de sus países y en la necesidad de profundizar la integración regional.

Él más que nadie sabe lo difícil que será remontar la cuesta, mejorar las condiciones de los argentinos con la pesada herencia que deja la bandada de buitres del gobierno

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