La construcción de la imagen de Estados
malos y Estados buenos, terroristas o sensatos, es una necesidad de la disputa
por la hegemonía mundial que se libra en el Medio Oriente, pero no solo ahí.
Rafael
Cuevas Molina / Presidente AUNA-Costa Rica
Para quienes se creyeron el cuento que
Siria era una amenaza terrorista mundial, que con sus reservas de armas
químicas infectaría al mundo entero, y que los sirios en su totalidad hacían
todo lo posible por sacudirse a Bashar al-Assad, deben estar sorprendidos
porque la guerra que continúa desarrollándose en ese país haya desaparecido
casi totalmente de la “gran” prensa y sus agencias de noticias y, más aún, por
el reciente informe que los Estados Unidos de América se apresta a colaborar
con el gobierno sirio para tratar de defenestrar a quienes, hasta no hace más
de dos meses, catalogaban como “luchadores por la libertad”.