El
25 de noviembre, cuando recordamos 60 años del día en que el Granma zarpara
hacia la libertad, llevando en su vientre a aquellos hombres que iniciaron la
batalla por la segunda independencia de América latina y el Caribe, Fidel ha
zarpado hacia la inmortalidad.
Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial
para Con Nuestra América
Desde
Caracas, Venezuela
El 25
de noviembre de 1956, el yate Granma puso proa en dirección a Cuba, desde el
puerto de Tuxpan en México. Llevaba 82 combatientes que bajo la conducción y
liderazgo de Fidel se habían propuesto “salir, llegar, entrar y vencer” a la
oprobiosa dictadura de Batista, apoyada y sostenida por Estados Unidos, para aplicar
el Programa del Moncada, verdadero plan para una transformación profunda del
país. Fidel había dicho que “en el 56 seremos libres o seremos mártires”. El
Granma llegó a Cuba el 2 de diciembre después de una difícil travesía,
detectada por las fuerzas militares de la dictadura.
El 5
de diciembre, los sobrevivientes del desembarco tuvieron su bautismo de fuego,
después de lo cual solo quedaron 12 guerreros con igual cantidad de armas. Al
percatarse de tal situación y ante la suposición generalizada de que
enfrentaban una situación extremadamente difícil, Fidel con plena seguridad
dijo “Ahora si ganamos la guerra”. Muchos años después, Raúl confesó que en ese
momento pensó que Fidel se había vuelto loco.