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sábado, 29 de julio de 2017

Venezuela vista desde Guatemala: después se rasgan las vestiduras

Somos el resultado de esa locura avasallante en la que caen todos, al unísono, dejándose llevar como borregos por las estrategias armadas en Washington y repetidas en los medios locales de todas partes hasta el cansancio, todos los días todo el día. Eso pasa ahora con Venezuela y volvemos a caer en lo mismo.

Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica

Puede ser que muchos de los que lean estás líneas no tengan la más mínima idea de a que me refiero cuando hago un paralelismo entre lo que está sucediendo ahora en Venezuela y lo que sucedió hace mucho, más precisamente hace 63 años, en Guatemala, el país centroamericano al que el poeta Otto René Castillo llamó tiernamente “pequeño pájaro herido”. 

En Guatemala, luego de una historia plagada de dictaduras durante todo el siglo XIX y XX  -algunas tan crueles y aberrantes que dieron pie a novelas como El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias-, en 1944 un movimiento ciudadano permitió abrir una ventana democrática. La ventana duró diez años abierta, y la brisa cálida que dejó entrar ventiló no solo a Guatemala sino a toda América Latina.

Venezuela, país de la primera vez

Venezuela está signada por la historia para ser un país de primeras veces y seguirá forjando su futuro y trazando un derrotero en la historia cuando la primigenia de sus acciones señale la paz y la luz, al mismo tiempo que las borrará rápidamente cuando se orienten a la guerra y la oscuridad.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

Después de lo ocurrido en Brasil el año pasado, cuando la presidenta Dilma Rousseff fue destituida ilegalmente utilizando todo tipo de argucias para apartarla del poder, uno suponía que había visto todo respecto de cuánto están dispuestas a hacer y hasta donde son capaces de llegar los sectores conservadores y retrógrados de la sociedad, para recuperar un espacio de poder perdido ante gobiernos que sin cambiar profundamente el sistema, lo único que pretendieron hacer fue, una redistribución un poco más equitativa del ingreso que permitiera dignificar a grandes sectores populares que se encontraban excluidos y no existían cuando de desarrollo y modernidad se hablaba.

Pero, los acontecimientos de los últimos meses en Venezuela echan al traste cualquier cálculo que se pudiera haber hecho respecto del talante democrático de los sectores oligárquicos que durante siglos aparecían como los grandes defensores de ese sistema, ahora dejando claro que ello era válido, sólo mientras le sirvió para acumular riquezas, expoliar recursos y avasallar indiscriminadamente a los que se oponían.

Venezuela, la hegemonía empieza por la comida

Hay una batalla que es decisiva en las actuales circunstancias. Es la que se libra por la comida que es acaparada, exportada a países vecinos o vendida a precios exhorbitantes en el mercado interno. Gramsci escribió alguna vez que la hegemonía siempre tenía un sustento material. Venezuela lo está  mostrando en el momento actual.

Carlos Figueroa Ibarra  / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Los días transcurridos entre el 17 y 20 de julio de  2017, tuve el gusto de atender una invitación hecha por la Secretaria de Cultura del FMLN de El Salvador. Participé junto con el intelectual venezolano Luis Britto en  los Diálogos Culturales de Invierno que organiza anualmente dicha organización. En esta ocasión las sesiones fueron en San Salvador y en el departamento de San Vicente, y el tema fue "Resistencia latinoamericana ante la amenaza intervencionista". Obviamente el tema central fue el embate brutal que está afrontando la revolución bolivariana en Venezuela. Resulta claro que hoy encontramos a una derecha violenta y ensoberbecida después de su triunfo electoral en las elecciones legislativas de diciembre de 2015. Desde enero de 2016, la derecha no ha cejado en obstaculizar la labor del ejecutivo en manos de Nicolas Maduro y ha estado fraguando la manera de derrocarlo. Se ha montado la derecha en el debilitamiento de la hegemonía bolivariana que la crisis económica empezó a ocasionar.

En defensa de Venezuela

Sin injerencia externa, estoy seguro de que Venezuela sabría encontrar una solución no violenta y democrática. Desgraciadamente, lo que está en curso es usar todos los medios disponibles para poner a los pobres en contra del chavismo, la base social de la revolución bolivariana y los que más se beneficiaron de ella.

Boaventura de Sousa Santos / LA JORNADA

Venezuela vive uno de los momentos más críticos de su historia. Acompaño crítica y solidariamente la revolución bolivariana desde el inicio. Las conquistas sociales de las últimas dos décadas son indiscutibles. Para comprobarlo basta consultar el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 2016 sobre la evolución del índice de desarrollo humano (IDH). Dice este informe: “El índice de desarrollo humano de Venezuela en 2015 fue de 0.767 –lo que colocó al país en la categoría de alto desarrollo humano–, posicionándolo en el puesto 71 de entre 188 países y territorios. Tal clasificación es compartida con Turquía. De 1990 a 2015, el IDH de Venezuela aumentó de 0.634 a 0.767, un aumento de 20.9 por ciento. Entre 1990 y 2015, la esperanza de vida al nacer aumentó a 4.6 años, el periodo medio de escolaridad ascendió a 4.8 años y la escolaridad media general aumentó 3.8 años. El rendimiento nacional bruto (RNB) per cápita aumentó cerca de 5.4 por ciento entre 1990 y 2015”. Se hace notar que estos progresos fueron obtenidos en democracia, sólo momentáneamente interrumpida por la tentativa de golpe de Estado en 2002 protagonizada por la oposición con el apoyo activo de Estados Unidos.

La CIA y la contrarrevolución en Venezuela

¿Puede la dirigencia norteamericana —la real, el “deep state” como dicen sus más lúcidos observadores, no los mascarones de proa que despachan desde la Casa Blanca— ser tan pero tan inepta como para desentenderse de la suerte que pueda correr la lucha planteada contra la Revolución Bolivariana en el país que cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo?

Atilio Borón / Rebelion

La sociedad capitalista tiene como uno de sus rasgos principales la opacidad. Si en los viejos modos de producción precapitalistas la opresión y la explotación de los pueblos saltaba a la vista y adquiría inclusive una expresión formal e institucional en jerarquías y potestades, en el capitalismo prevalece la oscuridad y, con ella, el desconcierto y la confusión. Fue Marx quien con el descubrimiento de la plusvalía descorrió el velo que ocultaba la explotación a la que eran sometidos los trabajadores “libres”, emancipados del yugo medieval. Y fue él también quien denunció el fetichismo de la mercancía en una sociedad en donde todo se convierte en mercancía y por lo tanto todo se presenta fantasmagóricamente ante los ojos de la población.

Mercosur: Cumbres borrascosas

Esta Cumbre de escasos recursos y, costeada en viajes y estadías por los mismos participantes, puso de manifiesto quiénes son los verdaderos protagonistas de los cambios y cómo esta resistencia popular va a torcer los acontecimientos, aunque por el momento aparezca como una minúscula expresión de deseos.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

Sin pena ni gloria, más pena que gloria, terminó la semana pasada en Mendoza la Cumbre del Mercosur. Un papelón multinacional, porque los organizadores no pudieron forzar la firma una declaración unánime contra la Venezuela de Nicolás Maduro, excluyéndola del grupo fundador. Y, aunque su desarrollo nada tenga que ver con el tumultuoso contenido de la clásica novela de Emily Brontë, salvo el título, simultánea a la anterior, la Cumbre de los Pueblos, más humilde y genuina – de la que nos ocuparemos luego –, supo elevar el nivel de discusión en un momento en que han caído tan bajo las democracias de los mayores países miembros del Mercosur, salvo desde luego, Uruguay, Bolivia y Chile. Cumbre de los pueblos que tuvo como escenario la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, donde se dieron cita las organizaciones sociales, parlamentarios del Mercosur y dirigentes sindicales de la región. Todo un espectro popular crítico de la regresión derechista que estamos padeciendo.

La democracia brasileña bajo ataque

La propuesta clásica de toda democracia es: lo que interesa a todos, debe poder ser decidido por todos, ya sea directa o indirectamente por representantes. Como se deduce, la democracia no convive con la exclusión y la desigualdad, que es profunda en Brasil.

Leonardo Boff / Servicios Koinonia

La opinión de Pedro Demo, brillante sociólogo de la Universidad de Brasilia, en su Introducción a la sociología es acertada: «Nuestra democracia es una representación nacional de hipocresía refinada, repleta de leyes “bonitas”, pero hechas siempre en última instancia por la élite dominante para que la sirvan de principio a fin. Un político es alguien que se caracteriza por ganar mucho, trabajar poco, hacer negocios turbios, emplear a parientes y paniaguados, enriquecerse a costa de las arcas públicas y entrar en el mercado desde arriba… Si ligásemos democracia con justicia social, nuestra democracia sería su misma negación» (p. 330.333).

El neocolonialismo contra el Grupo Editorial El Siglo y La Estrella de Panamá

El acecho en que se encuentra el país con las diversas formas de injerencia externa amerita una lucha anticolonial, sólida y orgánica. No solo debemos alzar la voz contra la injerencia externa, también con el apoyo interno de los gobiernos de turno, y también, contra la servidumbre de esa burguesía rentista funcional a esa estructura.

Abdiel Rodríguez Reyes / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

El proyecto neocolonialista en Panamá algunos lo ubican a partir de la muerte de Omar Torrijos en 1981, otros con la Invasión de Estados Unidos a Panamá en 1989. Lo cierto es qué, hay un desmontaje de todo lo liberal y nacional popular que fortalecía de alguna u otra forma al Estado nacional, para dejarlo totalmente indefenso ante los intereses de la política exterior estadounidense, la burguesía rentista y la clase política opera funcionalmente a esos intereses, junto a la ínfula de su poderío extraterritorial en sus antiguas colonias laceran la soberanía nacional.

¿Dictaduras? La peor de todas: ¡dictadura del mercado!

Hoy día el mundo en su conjunto vive momentos de derechización sin precedentes. La ideología dominante hace del libre mercado y de esa cosa rara llamada “democracia” nuevos dioses intocables. Contradecir esto es un llamado a la condena: es hacer sentir dinosaurio anacrónico a quien lo osara hacer… o candidato a un balazo.

Marcelo Colussi / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Guatemala

La ideología dominante es la ideología de la clase dominante”, decía Marx. Expresado de otro modo: el esclavo piensa con la cabeza del amo. ¿Por qué? Porque la imposición de los grupos de poder es total: se da en el plano material y, quizá con más fuerza aún, en el campo cultural. Eso es la ideología en definitiva: la argamasa que solidifica una sociedad no permitiendo ver la lucha de clases que la mueve o, en todo caso, haciendo de esa lucha y de las diferencias sociales algo normal, natural.

Las clases dominantes, siempre a través de la historia en cualquier modo civilizatorio, ejercieron su poder en forma brutal, con el lenguaje de la violencia, pero también con la sutileza del discurso ideológico. Las diferentes instituciones que se fueron creando a través de la historia (familia, Estado, iglesias, la cultura en su sentido más amplio, la escuela, los medios de comunicación, etc.) son los instrumentos encargados de asegurar la transmisión ideológica. Lo cual no es sino otra forma de decir: de asegurar la continuidad de la explotación con un discurso de resignación e inevitabilidad ante las injusticias.

La derecha y sus chivos expiatorios

Construir chivos expiatorios y utilizarlos en la lucha política es un arma de corto alcance y de corta duración. La realidad es implacable frente a esas construcciones ilusorias. Nadie fue más chivo expiatorio en la historia latinoamericana que Perón. Que, sin embargo, volvió al gobierno en los brazos del pueblo. Tantos otros fueron y son utilizados como chivos expiatorios.

Emir Sader / Página12

Cuando no se tiene razón, hay que apelar a los chivos expiatorios. La derecha lo ha hecho a lo largo del tiempo, desde el nazismo, pasando por la Guerra Fría, hasta llegar a hoy. Sin una agenda positiva para proponer y teniendo que esconder sus objetivos reales, la derecha se limita a crear y a incentivar a chivos expiatorios que habría que combatir.

Hoy se trata de enarbolar el fantasma de la inflación y de la corrupción. La confluencia de ambos resulta en la demonización del Estado, al que se responsabiliza tanto por la inflación como por la corrupción.

¿Qué hay detrás de la renegociación del TLCAN?

Lejos del proteccionismo, al insistir en renegociar el TLCAN y otros aspectos del régimen comercial global, Estados Unidos funge para bajar las barreras nacionales al comercio digital y de servicios que constituyen ahora la vanguardia de la economía global, es decir, Estados Unidos promueve la nueva generación de la globalización.

William Robinson / ALAI

La decisión del gobierno del Presidente Donald Trump de renegociar con México el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido interpretado por la mayoría de los comentaristas como la salva de arranque de una nueva oleada de proteccionismo estadounidense.  Pero el discurso público de Trump no debe confundirse con la esencia del programa económico de su gobierno y las probables políticas comerciales.  Una explicación mejor para la renegociación – la que podría arrancar tan temprano como a mediados de agosto – reside en la transformación de la economía norteamericana y global en los años posteriores a la puesta en vigencia en 1994 del TLCAN.

Concomitantes sociales del capitalismo y el colonialismo

Son muchos los efectos del colonialismo en el mercado internacional. Una buena revisión, con una mirada crítica nos permitirá observar que todavía en pleno Siglo XXI, quedan colonias clásicas. ¿Hasta cuándo lo permitiremos?

Carlos Pérez Morales / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico

El capitalismo es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, la libertad del mercado, la libertad individual y la libre competencia.  Como sistema mundial, surgió después de la invasión del Nuevo Mundo por los españoles, portugueses e ingleses. Estos países “colonizadores” dominaron el comercio del Atlántico Norte y fundaron así el mercado mundial. Desde el comienzo del capitalismo durante los Siglo XV y XVI, éste dependió gradualmente de grandes extensiones de territorios que conformaran una red de intercambio de mercancías. Esta red de intercambio de mercancías le facilitó con el tiempo el desarrollo de un mercado mundial de bienes y  servicios y una división internacional de trabajo.

Los excluidos de la Tierra y la violencia

Para muchos esta figura (nada retórica) de los incluidos y los excluidos es el equivalente en nuestros días de la lucha de clases, al menos de la existencia de dos sectores de la humanidad en que unos reciben todos los bienes y privilegios de su condición en tanto que el resto apenas recibe las sobras para seguir (mal) subsistiendo y trabajando.

Víctor Flores Olea / LA JORNADA

Hoy, ver un programa de información por televisión significa de antemano estar dispuestos a observar la desolación y la muerte que impera en grandes porciones de nuestro planeta. Seguramente existe la proclividad a presentar un mundo destruido, incluso por los más bajos motivos mercantiles, pero más allá de la mentalidad coincidente en lo macabro y trágico, es un hecho que existe en nuestro mundo una prolijidad mucho mayor (tal vez que nunca) a que existan tales situaciones de violencia y de sangre, pero también de una moralidad capaz de saltarse todas las trabas.

Hay, pues, al menos dos factores que se juntan y se refuerzan con otros igualmente siniestros: la violencia que impera en tantos lugares de la Tierra y la voluntad también de muchos hombres de llevar y llegar a sus últimas consecuencias en materia de violencia y crueldad con el prójimo. Pero, si lo observamos con un poco de detenimiento y calma, nos daremos cuenta fácilmente de que estos desplazados y excluidos de la Tierra es porque ya han vivido y recibido la violencia en sus más variadas formas, que está en el origen de su situación.

Simón Bolívar: actualidad de su pensamiento

Conmemoramos un nuevo aniversario de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, quien nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783, y murió en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.

Juan J. Paz y Miño C. / El Telégrafo

Durante sus veinte años de actividad revolucionaria, Bolívar desarrolló un complejo pensamiento. En la primera fase (1810-1819) reflejó el despertar hispanoamericano: condujo la “Campaña Admirable”, escribió la “Carta de Jamaica” (1815), promovió el Congreso de Angostura (1819), impulsó los triunfos en Apure, los Andes, Boyacá, Carabobo, Bomboná, Pichincha, Junín y Ayacucho. Sostuvo: “No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más extraordinario y complicado”. Y advertía: “Yo deseo... ver formar en América la más grande nación del mundo”.

sábado, 22 de julio de 2017

Golpismo y “guarimbas” mediáticas

Antes de las conjuras en tribunales y de los impeachment en los congresos, antes de los sabotajes económicos y la escasez planificada, vino el golpe simbólico, la desinformación y la manipulación de la opinión pública, la banalización de la política como campo de transformación y liberación de los oprimidos. Valga decirlo: antes del golpe fáctico, la “guarimba” mediática allanó el camino de los enemigos de la democracia.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

“Día y noche las telepantallas le herían a uno el oído…”
George Orwell, 1984.

En tiempos de guerra no convencional, como la que hoy se le hace a los pueblos de nuestra América desde distintos frentes, con la finalidad de preservar la hegemonía de nuestros dominadores históricos, el control de los medios de comunicación, de los flujos de información y de la influencia que desde ellos se ejerce en la producción de contenidos y sentidos que, luego, inundan –casi hasta la saturación- los innumerables caminos de las redes de comunicación contemporáneas, resulta fundamental.

Sin excepción, todas las acciones desestabilizadoras perpetradas en este siglo XXI contra los gobiernos latinoamericanos que se atrevieron a cuestionar el neoliberalismo y que fracturaron los esquemas de poder tradicionales, han tenido –y tienen- como punta de lanza feroces y sistemáticas campañas de desgaste, en las que sus autores intelectuales y sus perpetradores operativos –directores de medios, opinadores a sueldo, mercenarios del periodismo y “analistas” de ocasión- no reparan en respetar principios éticos básicos del periodismo ni conocen de escrúpulos democráticos, pese a que no dudan en reivindicar sus actuaciones en nombre de la libertad y la democracia.

El golpe judicial y mediático

Ojalá que la colusión mediática con la de procesos judiciales (o cuasijudiciales) no se siga perpetrando, pues afecta desde su base la condición democrática en la región, y llama a ir buscando nuevas herramientas institucionales de control social para esos espacios.

Roberto Follari / El Telégrafo

En Venezuela ya se está en un estado superior del ‘golpe blando’. Allí la ofensiva mediática ha dado sus resultados: ahora se procede a la realización de un acto electoral opositor irregular, carente de todo control externo, y a pretender instaurar una suerte de ‘estado paralelo’.

Si bien es cierto que los mejores momentos del gobierno popular chavista ya no están, y que algunos errores de Maduro más la férrea acción de oposición han minado en mucho la situación, lo cierto es que las guarimbas son modos violentos y antidemocráticos de resistencia civil, y que el golpismo de los opositores venezolanos es indisputable, a partir del ataque de 2002 instaurando un gobierno alterno por la fuerza, que se cayó en una noche, pero pretendía sostenerse a largo plazo. Hoy esos golpistas hablan de sí mismos como portadores de ‘democracia’ y de ‘unidad nacional’, lo cual -visto su partidismo extremo- suena entre risible y grotesco.

Venezuela, la disputa por la hegemonía

El chavismo enfrenta una satanización internacional, que la pinta como una dictadura totalitaria desafiada por una oposición que hace resistencia pacífica y democrática. La realidad es lo inverso: la oposición de derecha ha desatado la violencia en los últimos meses para derrocar a un régimen que ha realizado elecciones anualmente y que se sustenta en la democracia participativa.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Durante aproximadamente 15 años la hegemonía del chavismo en Venezuela fue indiscutible. Hugo Chávez y la revolución bolivariana ganaron 17 de los 18 procesos electorales que se realizaron durante la vida del comandante. Su liderazgo carismático, el auge económico y las políticas sociales de sus gobiernos, le garantizaron un techo de votación que llegó al 60% de los votos. La derecha neoliberal derrotada en 1998, fue tan apabullada que ensayó diversas tácticas para deshacerse del líder y abortar  la revolución. En abril de 2002, realizó un golpe de estado que mantuvo 48 horas secuestrado a Chávez. El golpista Pedro Carmona inmediatamente derogó la Constitución y se dio poderes extraordinarios. Fracasado el golpe por la extraordinaria movilización popular que  restituyó a Chavez, la derecha intentó hacerlo renunciar por medio del fracasado paro petrolero de diciembre de 2002. Entonces la derecha presionó por la realización del referéndum revocatorio de agosto de 2004, el cual fue ganado por Hugo Chávez con un 60%  de los votos. Chávez derrotaría a la derecha una y otra vez, hasta que la muerte por cáncer lo derrotó en marzo de 2013.

Las difíciles vías de la paz en Venezuela

El chavismo no puede pensar que ya superó este difícil trance que experimenta desde inicios de abril, aún quedan muchas cartas por ser jugadas por la oposición, y la población que vemos con anhelo la profundización de una alternativa al capitalismo, debemos hacer el mejor esfuerzo para construir una paz desde la participación, no desde la negociación claudicante.

Juan Eduardo Romero / ALAI

Contra todo pronóstico, amanecimos al 16 de Julio en Venezuela, sin habernos matados unos a los otros. En un país caracterizado por la extrema polarización, por el manejo de un repertorio de protestas muy violentas, por la persecución extrema de las posiciones políticas, todo se desenvolvió en relativa calma (con excepción de los acontecimientos en Catia – en la región capital- y en algunos otros lugares). Los que indicaban que el 16 de julio sería el fin del mundo, el apocalipsis now, se quedaron con las ganas.

Venezuela: Se acaba el tiempo

El odio que hoy inunda la vida nacional, que está presente en las calles y en los hogares, no es consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que el país ha vivido durante los últimos 18 años, sino de un proceso que se remonta a etapas del pasado, caracterizadas por la injusticia, la segregación y el desprecio al ser humano por factores de poder.

José Vicente Rangel / Últimas Noticias

¿Cuándo comenzó todo? ¿En qué momento el odio se expandió y ocupó los espacios donde antes las personas convivían? Preguntas de este género me las hago muchas veces. Y en un libro que acabo de leer, El Monarca de las Sombras -el último del escritor Javier Cercas, autor de Soldados de Salamina y Anatomía de un instante-, creo hallar explicación. En un pasaje de la obra, Cercas escribe: “No es verdad que el futuro modifique el pasado, pero sí es verdad que modifica el sentido y la percepción del pasado”. Luego agrega: “Por eso el recuerdo que conservan de la II República muchos ancianos de Ibahernando es un recuerdo emponzoñado de enfrentamiento, división y violencia. Se trata de un falso recuerdo, un recuerdo distorsionado o contaminado retrospectivamente por el recuerdo de la guerra civil que arrasó con la II República. La violencia, la división y el enfrentamiento existieron, pero existieron sobre todo al final de la II República. De entrada todo fue distinto”. La respuesta obvia de por qué la situación de España, previa al estallido de la guerra civil, la desarrolla Cercas a lo largo de su novela testimonio. Ese proceso de acumulación de odio, de motivos ciertos o falsos para acabar con el otro, de mineralizadas verdades que no permitían racionalizar nada y abrieron las puertas a la tragedia, explica que los españoles terminaran matándose en una cruel contienda cuya consecuencia fue una dictadura oprobiosa de más de cuatro décadas.

Brasil: Millones de Lulas. ¿A quién condenaron?

Para proscribir, humillar y neutralizar a quien sobrevivió al hambre, fue obrero metalúrgico en la periferia de San Pablo y llegó a la presidencia de una de las diez naciones más poderosas del mundo, hace falta mucho más que una condena. Hace falta que deje de ser un ejemplo, un símbolo de dignidad y de lucha.

Pablo Gentili / Cubadebate

Los dueños del poder no perdonan. Especialmente, cuando pierden. Los dueños del poder saben el riesgo que corren. Y no se andan con vueltas. Embisten con todas sus fuerzas, no desperdician la oportunidad, se organizan y despliegan todas sus estrategias de guerra y manipulación. Nunca se defienden, siempre atacan. Los dueños del poder no descansan, aunque a veces parecen desorientados, sin rumbo, a la deriva. Aunque a veces se mantienen en silencio y aparentemente inofensivos, derrotados. Cuando esto ocurre, los que combaten a los dueños del poder corren un serio peligro. Porque los dueños del poder no descansan ni se rinden tan fácilmente. Algunas veces, inclusive, cuando no aciertan sus municiones contra los defensores de la democracia y de la igualdad, los dueños del poder simplemente están practicando cómo errarles. Como tienen buen pulso, practican su falta de puntería, haciéndonos creer que no nos aciertan porque somos más listos o más rápidos que ellos.

El futuro de Brasil depende de Lula

Por más que intenten descalificar la figura de Lula, por más que intenten condenarlo, aun sin pruebas, la influencia, la capacidad de convencimiento de Lula hacia los brasileños sólo aumenta, conforme el gobierno surgido del golpe intenta deshacer todo lo bueno que hicieron los gobiernos del PT.

Emir Sader  / NODAL

La derecha brasileña ha engendrado el golpe en contra de los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), pero ahora no sabe qué hacer con su gobierno. La izquierda ha producido a Lula y la derecha no sabe qué hacer con Lula.

La derecha no sabe si intenta seguir con Temer como presidente o si encara la delicada operación de sustituirlo. Muchos sectores de la derecha brasileña ya consideran a Temer un cadáver político, pero su mal olor no ha sido hasta ahora suficiente para que se genere una nueva unidad entre los golpistas para sustituirlo.

El éxito de la bolivianización financiera

Hoy el 97% de los préstamos en el sistema bancario se realizan en bolivianos y el 84% de los ahorros están depositados en la moneda nacional, lo que estimula un significativo incremento de la demanda interna.

Sullkata M. Quilla / nuevatribuna.es

Uno de los triunfos más grandes de la revolución boliviana se ha dado en el campo de las finanzas y el mismo está basado en la confianza de la población para con las medidas adoptadas por el gobierno y en su moneda, el boliviano: hoy la inmensa mayoría de los créditos y depósitos se hacen en moneda nacional. Es el triunfo de la “bolivianización”.

La ola populista latinoamericana

La ola tuvo una corta vida turbulenta, pero fue potente y sus logros no fueron pocos: 70 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza…, se dice pronto.

José Blanco / LA JORNADA

Las olas crecen gradualmente, pueden ser de tamaño impresionante, alcanzan un culmen y después se desvanecen. Tras una ola sigue otra. La ola social de la que hablaremos no tiene la regularidad del mar. Pero en el presente y el futuro previsible es probable que tengamos nuevas olas sociopolíticas nacional populares (o populistas); las experiencias vividas no se mueren, no podrá haber una simple restauración al régimen neoliberal anterior.

La ola populista latinoamericana duró algo más de una década. No se ha desvanecido absolutamente, pero el futuro inmediato parece oscuro. Como era de esperarse muchos analistas ya la dieron por muerta e inhumada. Mis eventuales lectores saben que, a la par de ya numerosos analistas, en este espacio se ha hablado positivamente del populismo, reivindicándolo absolutamente.

La disputa China-Estados Unidos fractura América Latina

La emergencia de China como actor central en el sistema-mundo ha provocado una fractura estructural en América Latina: Sudamérica ha virado hacia China y la cuenca del Caribe ha estrechado su histórica relación con Estados Unidos.

Raúl Zibechi /LA JORNADA

Con sencillez y profundidad, Oscar Ugarteche y Armando Negrete, del Observatorio Económico Latinoamericano (Obela), trazan las nuevas fracturas tectónicas en la región en un breve y documentado artículo titulado Perspectivas de las economías latinoamericanas frente a la economía mundial (goo.gl/vGQV48).

El argumento central es que el giro proteccionista, en Estados Unidos con Trump y en Inglaterra con el Brexit, acelera los cambios económicos (y geopolíticos) en la región, donde las economías son cada vez más dependientes y están estructuralmente abroqueladas en el patrón de acumulación de la década de 1950, o sea, exportación de materias primas e importación de bienes industriales.

Panamá: La libertad de expresión y el sistema que nos gobierna

La libertad de expresión se mide en el marco de la correlación de fuerzas que caracteriza un país o también globalmente. Quien habla más alto define los parámetros de la libertad de expresión dentro del sistema. Los que están fuera del sistema no cuentan y por lo tanto su expresión no tiene valor.

Marco A. Gandásegui, h. / Para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

Nuevamente el gobierno de EEUU tiene al borde del precipicio los diarios panameños La Estrella de Panamá y El Siglo. Actuando de manera unilateral, por encima de las leyes nacionales y el orden jurídico internacional, el gobierno norteamericano se abroga el derecho de prohibir a sus ciudadanos a efectuar transacciones comerciales con ciertas empresas panameñas. Los dos periódicos mencionados son propiedad de una sociedad cuyo accionista principal es el empresario de la Zona Libre de Colón, Abdul Waked.

Puerto Rico: Recordando el fatídico 25 de julio de 1898

Una flota de Estados Unidos  al mando del Comandante general, Nelson Appleton Miles, se dirigió desde la bahía de Guantánamo en Cuba,  a Puerto Rico con 3,145 infanteros.  Miles, desembarcó el día 25 de julio de 1898, por el puerto de Guánica, localizado al Sur de la Isla, estableciendo una cabeza de playa.

Carlos Pérez Morales* / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico

Tropas de Estados Unidos ingresando a Ponce. 1898.
Con el nombre del estado de Maine, el día 15 de febrero de 1898, el acorazado de la Marina estadounidense explotó en el puerto de La Habana, Cuba. Inmediatamente la prensa amarilla de Estados Unidos, sostuvo una campaña de agitación pidiendo la “Declaración de Guerra” contra España, quien había sido culpada por el hundimiento del acorazado Maine. Este acorazado había sido enviado a Cuba, para proteger los intereses y la vida de los estadounidenses, que vivían allí, durante la guerra de independencia.

El 12 de mayo de 1898. William T. Sampson, Comandante de EE.UU durante la Guerra hispanoamericana,    bombardeó San Juan, capital de la Isla de Puerto Rico; por su creencia de que allí se encontraba la escuadra de Pascual Cervera, la más gigante flota de España en las Antillas. También trató de establecer un bloqueo en su hermosa bahía.

Simón Bolívar y la naturaleza

Criado a la sombra tibia de la floresta tropical, entre samanes gigantescos y cacaos olorosos, ficus espléndidos y flamboyanes lujuriantes, Bolívar se sentía cautivado y sobrecogido, a la vez, por la imponente naturaleza tropandina, que asienta sus raíces en la selva húmeda y eleva las cúpulas de sus montañas hasta las altas regiones del páramo y la nieve.

Jorge Núñez Sánchez / El Telégrafo

En este mes de Bolívar queremos destacar uno de los rasgos del Libertador que lo aproximan con nuestro tiempo y es su amor por la naturaleza. Estimulado originalmente en él por ese sabio naturalista que fue su maestro Simón Rodríguez, se acentuaría más tarde gracias a su amistad con el joven botánico francés Aimé Bompland y el sabio prusiano Alejandro de Humboldt, a quienes conoció en París luego de que regresaran de su expedición científica a los países sudamericanos.

Al fin, para cuando regresó a América e inició su lucha por la independencia, Bolívar era más que un simple amante de la naturaleza, puesto que profesaba por ella ese culto fervoroso que el naturalismo europeo de su tiempo había creado y elevado casi a la categoría de nueva religión laica.

Sobre el calentamiento global, la paz y la democracia: La verdad a medias

La verdad completa de los ya amenazadores desastres que causa y tiende a causar el capitalismo es la que incluye al propio capitalismo como causa principal de lo que ocurre, y que en él incluye el colonialismo, como una de sus estructuraciones de relaciones desiguales construidas para la apropiación del excedente.

Pablo González Casanova / ALAI

Hace menos de un año “The Economist” –una prestigiada revista inglesa– sostuvo en su editorial, que Trump representa “una nueva edad de lo que podría llamarse la post-verdad”. Según la revista, en esta nueva edad sus voceros ya no se preocupan de las evidencias ni de las ciencias. Esta afirmación es engañosa, pues si Trump representa la época de la post verdad, al no ocuparse de las evidencias científicas, tanto “The Economist” como la autollamada “ciencia normal” o “corriente principal”, hasta en sus posiciones críticas, tampoco respetan la verdad completa de las ciencias de la materia, de la vida y la humanidad con una crítica en profundidad. Si los artículos de la revista incluyen al cambio climático y demuestran que éste tiene un carácter antropogénico, y que es necesario reconocer “Los acuerdos de París”, tanto Trump como los científicos del sistema, dejan fuera de su programa y de sus conceptos y explicaciones expresas otras amenazas a la vida, como el creciente peligro de la guerra nuclear, y el de varias nuevas fuerzas de dominación y acumulación, capaces de destruir a la Humanidad, y a la Vida en el Planeta e incluso a las corporaciones y complejos empresariales-militares-políticos-y- mediáticos que están haciendo de sí mismos las victimas, en su obstinada obsesión por aumentar su poder, utilidades y riquezas.