sábado, 17 de septiembre de 2011

El pecado de la o-diosa deuda: Hagan con Grecia lo que otrora hizo EE.UU con Cuba

La lacerante situación financiera internacional forma parte de una serie de cambios que se vienen dando en el planeta. Nuevos modelos económicos, sociales y políticos se impondrán inevitablemente y serán los pueblos eternamente excluidos quienes tendrán un papel preponderante en el desarrollo de los mismos.

José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América

Desde Lima, Perú

“Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neo-colonial, el oro se transfigura en chatarra, y los alimentos se con vierten en veneno”.

Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina (1970)

El anuncio de la muy probable quiebra financiera de Grecia pone sobre el tapete, una vez más, el drama planetario sostenido sobre la ideología del préstamo como instrumento de desarrollo económico. David Rey sostiene: “Es probable que Grecia sea expulsada del euro y vuelva a su vieja moneda nacional, la dracma, que quedará muy devaluada desde el comienzo y llevará a Grecia a la hiperinflación. El BCE también rescató a Irlanda y Portugal, pero no podrá hacerlo con economías más grandes como las de España e Italia. De esta manera, la crisis de Grecia puede llevar al colapso del euro, ya que otros países europeos podrían encontrarse en poco tiempo en una situación similar a la de Grecia”.[1] La pandemia del poder financiero globalizado será el único responsable que el cambio de paradigma planetario se acelere a velocidad inimaginable. A vista y paciencia del mundo entero la arrogancia del poder económico y el favoritismo impune “los inversores” propusieron el 50% de interés (pagadero en dos años) a los bonos impuestos en desmedro de Grecia. El País comentó:


El interés exigido por los inversores para comprar deuda de Grecia a dos años ha superado hoy el 50% …[Esto] implica que por cada 100 euros prestados a Grecia, Atenas deberá devolver 150 en dos años, algo tremendamente complicado en el entorno de crisis económica que atraviesa tanto el país mediterráneo como el conjunto de sus socios europeos. Para los expertos, el tipo superior al 50% representa que el interés ha rebasado a su precio, que fluctúa de forma contrario a su rentabilidad.[2]


La racionalidad liberal que cubre las responsabilidades presupuestarias con préstamos enriquece solamente a los prestamistas. “Si tienes como pagar los intereses, te prestamos”. Este es el ultimátum que los “inversionistas” – que el conservador El País no señala con nombres propios – imponen a las economías endeudadas hasta el cuello como Grecia, “El hecho de que Atenas no cumpla con las metas fijadas en el programa de rescate de la UE y el FMI complica que el país siga recibiendo el dinero que necesita para continuar pagando a sus acreedores”. (El País, 05/09/11)

Deuda, ilícita usura. Una interesante encíclica, no muy promocionada, realizó una confrontación de principios a la lógica de las utilidades de los préstamos financieros. El 1° de noviembre de 1745 el papa Benedicto XIV presentó a los obispos de Italia la encíclica Vix Pervenit. Fue el papa Gregorio XVI que el 29 de julio de 1836 – casi cien años después– la dio a conocer. El pontífice juzgo la usura como “pecado” la cual centra su naturaleza distorsionada en el “contrato del préstamo”. Según el prelado al momento de realizarse el pago debería ser devuelto en la misma cantidad del que fue prestado. Todo lucro él califica de “ilícito y usurario”. [3] La usura - según el papa – contradice los mismos principios de la base de fe de la iglesia cristiana. No se puede pretender ser cristiano y desangrar al necesitado a través intereses económicos provenientes de la insensible mezquindad y acumulación del “capital depredador” por siempre considerado enemigo de la sociedad, como solía llamarlo Max Horkheimer.

Lejos, en efecto, del ánimo de los cristianos pensar que por las usuras o por otras semejantes injusticias pueden florecer los comercios lucrativos, cuando por lo contrario sabemos por el propio oráculo divino que la justicia levanta la nación, mas el pecado hace miserables a los pueblos [Proverbios 14, 34].

El mismo Benedicto XVI, el 1° de julio de 2009, sostuvo su indignación por la práctica de la usura - en pública conferencia - frente a los representantes de la Consulta Nacional contra la Usura: “Auguro que haya por parte de todos un renovado empeño por luchar eficazmente el fenómeno devastante de la usura y de la extorsión, que constituye una humillante esclavitud”.[4]

Desde la perspectiva hebrea, el libro del éxodo censura éticamente el abuso contra el extranjero, viuda, huérfano y pobre y el pobre. El llamado permanente al obrar con justicia y equidad no es un invento de la modernidad, culturas milenarias desarrollaron un altísimo sentido de la ética relacional y la solidaridad como fundamento de convivencia. “Si dieres á mi pueblo dinero emprestado, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura. 22,21-22; 25. Deuteronomio señala: No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés”. (Dt 23,29). De igual manera Levítico sostiene: "Si tu hermano se queda en la miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuese un extranjero o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas ninguna clase de interés: teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. No le prestes dinero a interés, ni les des comida para sacar provecho”. (Lv. 25, 35-38).

Desde la perspectiva del Islam, el Corán – de igual forma – señala como un acto de hostilidad contra Dios y su mensajero aprovecharse de la necesidad del prójimo: Lo que prestáis con usura para que os produzca a costa de la hacienda ajena, no os produce nada ante Dios. En cambio, lo que dais de zakat (caridad) por deseo de agradar a Dios...esos son los que recibirán el doble" (30:39). Continúa el Corán: "¡Creyentes! Temed a Dios y renunciad a los provechos pendientes de la usura, si es que sois creyentes. Si no lo hacéis, podéis esperar la guerra de Dios y de su Enviado!" (2:278/279).

La usura igual a saqueo y robo del fruto del trabajo de los pueblos, según el Islam, atenta contra las bases de la misma fe. El Imam Al Rida (P) – líder del Islam – aporta con la interpretación del porque de la censura a la usura: “La usura es ilícita porque Dios, el Todopoderoso, la ha prohibido debido a que trae la ruina y lleva al desperdicio la propiedad de la gente. Cuando una persona toma prestado un dirham (moneda de plata de la época) pero devuelve dos, paga uno en devolución del que ha tomado, pero el segundo dirham ha sido desperdiciado. De esta manera una de las personas ha sufrido una pérdida. Por eso Dios ha prohibido la usura”.[5]

Por más que la Declaración Universal de Derechos Humanos exprese a los cuatro vientos la libertad de los pueblos, mientras existan políticas financieras globalizadas que agarroten las debilitadas economías de famélicos pueblos, seguirá siendo la institucionalización de la esclavitud uno de los distingos principales del actual caduco paradigma neoliberal. Hacemos eco de lo señalado por Muammar el Gadafi: “La libertad del hombre siempre será incompleta mientras sus necesidades estén supeditadas a terceros. La necesidad puede conducir a la esclavitud del hombre por el hombre. Así, la explotación es resultado de la necesidad, que constituye un auténtico problema. Con esto, la lucha surge de la supeditación de las necesidades del hombre”.[6]

Cuba-EE.UU. El Tratado de París (1898)[7] dio por concluido la breve guerra entre Cuba y España. En dicho tratado España cedió a los EE.UU los “derechos de soberanía y propiedad” de Cuba, Puerto Rico, Guam en el archipiélago de las Marianas o ladrones y el archipiélago de las Islas Filipinas. Todas ellas, con excepción de Cuba, fueron compradas en US$20 millones. El Tratado de París de XVII artículos negoció las características de la entrega y la características del gobierno del nuevo propietario y sus colonias. Una vez en la mesa de negociaciones, España tuvo que dejar de lado a desesperadas propuestas, cediendo completamente todos los derechos. Una de las demandas que tuvo que asumir es con la deuda que cargaba Cuba sobre sus hombros: US$ 400 millones. EE.UU intercedió a favor de Cuba para que sea España quien asumiera con colosal responsabilidad.

Para Damien Millet y Éric Toussaint “después de la Guerra, España reclamó a Cuba el pago de su deuda. El mismo año, se reunió en París una conferencia para solucionar el problema y los Estados Unidos sostuvieron allí que esa deuda era odiosa pues había sido impuesta por España en su único interés, sin el consentimiento del pueblo cubano. España aceptó el argumento [estadounidense] y Cuba no tuvo que pagar la deuda colonial. [8] Diversos países a fines del siglo XIX en delante países como Turquía (entre 1889 y 1902), Costa Rica (1919), Polonia (1919), Alemania (1953), Namibia (1995) o Mozambique (1999), se vieron en la imperiosa necesidad de suspender o reducir los reembolsos por concepto de deuda.

Parecen surrealistas los diversos testimonios sobre deudas condonadas y liberación de prisioneros de guerra (Art. VI).Suena a mundos que dejaron de existir. Imagínense a EE.UU., intercediendo por Cuba para que se le condone la deuda externa. La defensa – de la Grande de las Antillas - no fue encarada a favor de los cubanos y cubanas. Cuba pasaba a formar parte de la lista de propiedades y botines de guerra de EE.UU. No obstante, el tratado de París no entregaba a perpetuidad las nuevas colonias a EE.UU. La ocupación, si bien es cierto, no tenía tiempo determinado, contemplaba la posibilidad de ser desocupada: “Queda entendido que cualquiera obligación aceptada en este tratado por los Estados Unidos con respecto a Cuba, está limitada al tiempo que dure su ocupación en esta isla, pero al terminar dicha ocupación, aconsejarán al Gobierno que se establezca en la isla que acepte las mismas obligaciones” (Art. XVI).

A partir de 1959 se acabaron las condonaciones y privilegios que Cuba se “mereció” como “patio trasero y basurero” de los EE.UU. El levantamiento del embargo es condicional a aceptar - en contra de la soberanía y dignidad del pueblo - las recetas político- financieras que los EE.UU se empeñan en imponer por más de 50 años. La situación financiera mundial a fines del primer decenio del siglo XXI clama al cielo por la sangre derramada de millones de seres humanos; la tierra y sus creaturas sangran al ser devastadas sin el más mínimo remordimiento, del racionalismo instrumental del viejo paradigma no se puede extraer sensibilidad alguna.

Levantar la voz a favor de la condonación de la inhumana deuda implica sufrir embargos, injurias, juicios, bloqueos, invasiones, asesinatos, como los sucedidos en América Latina a partir de aquel 1959 y su consolidación en el asalto al pueblo chileno nefasto 11 de Septiembre de 1973. Hoy día Grecia se desangra en las calles y en sus cuentas financieras llenando las bolsas del mercado bursátil internacional de bonos basura y más que una dignidad pisoteada. Le llegará su turno a Portugal, Irlanda, España, Italia y tantos otros.

Deuda, pagada con sangre. ¿Quién pone el cuello en la guillotina y exige la condonación de la “trágica deuda Griega”, como la de tantos otros desangrados en el planeta? Ya lo decía el premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel “los pueblos del Tercer Mundo deben reembolsar una deuda que nunca han aprovechado y cuyos beneficios nunca les han llegado”. En 1986, Thomas Sankara[9], en su calidad de presidente de Burkina Faso puso el cuello bajo la filuda guillotina del neocolonialismo imperial. En la reunión de la Unidad Africana (OUA) señaló:

La deuda no puede ser reembolsada, porque, en primer lugar, si no pagamos, los prestamistas no se morirán, estemos seguros de ello; en cambio si pagamos, somos nosotros los que vamos a morir, estemos igualmente seguros de ello, (…) Aquéllos que nos han llevado el endeudamiento han jugado como en un casino. Ahora que han perdido el juego, nos exigen el reembolso. Y se habla de crisis. Han jugado y han perdido el juego, y han perdido, son las reglas del juego. La vida continúa (…) Si sólo Burkina Faso rehúsa el pago de su deuda, yo no estaré en la próxima conferencia.[10]

La línea socio-político-económica del “che Guevara negro” se transformó en signo desestabilizador del caduco paradigma neoliberal y la ficticia democracia representativa que lo sostiene. La lucha contra la corrupción, la lucha por la equidad inter-género, la prohibición de la ablación, de la poligamia y la incorporación de la mujer en la vida pública – excluida hasta entonces – y la erradicación del analfabetismo, fueron razones suficientes para considerarlo enemigo del estado de derecho, el imperio de la ley y el orden constitucional. Sankara llevó peor suerte que el depuesto funcionario del FMI (Fondo Monetario Internacional) Dominique Strauss. Él, fue misteriosamente asesinado junto a doce militares. Blaise Compaoré, amigo y ex compañero militar lo sucedió en el cargo. Pese a las exigencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) hasta el día de hoy siguen las investigaciones sobre el asesinato.

La lacerante situación financiera internacional forma parte de una serie de cambios que se vienen dando en el planeta. Nuevos modelos económicos, sociales y políticos se impondrán inevitablemente y serán los pueblos eternamente excluidos quienes tendrán un papel preponderante en el desarrollo de los mismos.

A la pregunta si existe posibilidad de salir de esta crisis con otro tipo de política, el presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo Éric Toussaint sostuvo:

Podría ser una salida tipo Roosevelt, con un mayor control del crédito y medidas de disciplina financiera, para obligar a los bancos a separarse entre bancos de inversión y deposito. Más allá de una imposición más fuerte sobre los sectores de mayores rentas, con la consecuente mejora de las finanzas públicas e la reducción de las desigualdades. Todavía que también podría existir una política más radical, como nacionalizar el sector bancario y renacionalizar sectores económicos que fueron privatizados en Europa y en los EE.UU. en los últimos treinta años. Esto, junto con la anulación de las deudas de Grecia, de Portugal, de Irlanda, de Italia y España (traducción nuestra).[11]

Deuda, escandaloso pecado estructural. La deuda de Grecia asciende a US$24,820 millones. Su déficit entre enero y agosto de 2011, US$4,618 millones. Jorge Gutiérrez Tostado, señaló:”El viceministro de Finanzas griego, Filippos Sachinidis, declaró que el país tiene dinero para operar hasta el próximo mes, y enfatizó la necesidad del país de acceder al próximo tramo del rescate internacional”. Frente al drama económicos la única salida inmoral sigue siendo el pago de la usura; el funcionario asevero: “Grecia no se ha declarado en suspensión de pagos, y por lo que resta del año se le vencen cerca de 14 mil millones de euros escalonados (casi 20 mil millones de dólares): “Por los vencimientos de corto plazo tan bajos (de los intereses), no debiera de haber problema para refinanciar, por lo que no pensamos que vaya a declararse en default”. Como sabemos la única manera de no caer o salir del default es pagando dentro del plazo acordado lo fijado. [12]

Como lo hemos visto líneas arriba, ya sea desde una perspectiva ética, religiosa o humanista, el flagelo de la deuda – como lo dijo el teólogo Gustavo Gutiérrez Merino – es resultado de la violencia injusta procedente de este nefasto sistema. Damien Millet y Éric Toussaint señalaron los tres pecados de los grandes bancos: “1°Construyeron esquemas desastrosos de deuda privada que llevaron a la actual catástrofe; 2°Hicieron prestamos a las dictaduras y obligaron a los gobiernos democráticos que vinieron después de ellas a reembolsar con intereses hasta el último de una deuda odiosa y 3° Rehusarse a anular la deuda de los países en desarrollo, a pesar de que su pagamento implica en deteriorar las condiciones de vida de las poblaciones”.[13]

La categoría cuasi religiosa de la relación préstamo-deuda; el mensaje de devoción religiosa que inspira la monumental arquitectura de los centros financieros; la sacrosanta exigencia al préstamo y el pago de los intereses sobre ellos; nos obliga a considerar seriamente la adjetivación teológica de pecado a las inequidades del sistema financiero internacional. Sostenemos que mientras no se restablezca la ruptura del ser humano consigo mismo y su entorno social todo acto de insensibilidad y sordez prevalecerá en las debilitadas relaciones sociales. Gutiérrez hace eco de Girardi cuando sostiene: “El amor hacia los que viven en una condición de pecado objetivo nos exige luchar por liberarlos de él. La liberación de los pobres y la de los ricos se realiza simultáneamente”.[14]

La deuda sostenida por decenios es inmoral. Y, si la teología debe seguir manifestándose sobre ella debe seguir siendo considerada un pecado estructural sostenido en inicuas relaciones económicas totalitariamente avaladas por EE.UU y el grupo de aliados. Para Max Horkheimer: “Cuando bajo el totalitarismo un individuo o un grupo es segregado por discriminación, no sólo se lo priva de los medios de subsistencia, sino que se lo ataca en lo más profundo de su condición humana”.[15]

Esa humanidad amenazada bajo el flagelo de la deuda impagable es vista teológicamente como ruptura, como quiebre de vínculos de solidaridad y rechazo a la creación de vínculos económicamente justos. Haciendo eco de documentos como Paz y Justicia en Medellín, del sacerdote Helder Câmara y la declaración de los sacerdotes de San Juan, Gutiérrez sostuvo: “Teológicamente esa situación de injusticia y opresión es calificada como ‘una situación de pecado’, pues ‘allí donde se encuentran injustas desigualdades sociales, políticas, económicas y culturales, hay un rechazo del don de la paz del Señor; más aún, un rechazo del Señor mismo’”.[16] Pero si aludimos al pecado estructural asociado al tema de la deuda - como signo escandaloso de la injusta violencia institucionalizada[17] - no podemos dejar de señalar la responsabilidad ética que exige aunar esfuerzos que nos lleven a concretizar la utopía de la liberación de países en situaciones de extrema pobreza que les garantice el irrestricto respeto a los derechos humanos según todas las convenciones escritas hasta el día de hoy.

Para Franz Hinkelammert, “hoy, la utopía de liberación aparece como un proceso de transformaciones de las instituciones de acuerdo con los derechos humanos”.[18] Concluimos con lo expresado por Gutiérrez quien hace alusión a Girardi: “La liberación del pecado está en la raíz misma de la liberación política, la primera hace ver lo que está verdaderamente en juego en la segunda; pero de otro lado, la comunión con Dios y con los demás supone la abolición de toda injusticia y expoliación…”.[19] Caso contrario nunca podrá materializarse – a favor de Grecia - lo disque realizado por EE.UU., en tan ignominiosa pantomima de independencia cubana que se firmó en aquel infame Tratado de Paz en París (1898). Es inadmisible pretender rescatar al endeudado, endeudándolo aún más; la deuda seguirá ocasionando siempre más deuda.

Eso es todo.


NOTAS

[1] Rey, David. “La economía mundial se desliza nuevamente hacia la recesión” en Lucha de Clases, 03 de septiembre de 2011. Fuente: http://www.luchadeclases.org/internacional/economia/621-la-economia-mundial-se-desliza-nuevamente-hacia-la-recesion.html. Revisado: 14/09/11.

[3]Fuente:http://www.juntoafe.com.ar/ARTICULOS/De%20la%20usura_Benedicto%20XIV_Vix%20Pervenit.hm. Revisado: 14/09/11.

[5] Echevarría, Hamza. “La economía islámica y la usura” en Web Islam. Comunidad virtual, 15/0/06. Fuente: http://www.webislam.com/?idt=5750. Revisado: 14/09/11.

[6] Cf. Giddens, Anthony. “El coronel Gadafi y su ‘tercera vía’” en Web Islam, 03/09/06. Fuente: http://www.webislam.com/?idt=5664. Revisado: 14/09/11. Cf. http://tecnocreativos.com/descargar-el-libro-verde-de-libia-de-muammar-gaddafi/. Revisado: 14/09/11.

[8] Millet, Damien y Éric Toussaint. 50preguntas/50 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial. Barcelona: Icaria editorial, s.a., 2004,174.

[9] Capitán de orientación marxista. Fue en su corto gobierno que la ex colonia francesa République de Haute-Volta cambia de nombre por Burkina Faso que significa "la patria de los hombres íntegros" en la lengua local mooré en burkina significa íntegro y en dyula faso significa patria.

[11] Waisberg, Pablo. Entrevista a Éric Toussaint: “Esta crisis mundial vai durar uma ou duas décadas” en Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, 7 de Septiembre de 2011. Fuente: http://www.cadtm.org/Eric-Toussaint-Esta-crise-mundial. Revisado: 15/09/11.

[12] Según el glosario de economía de la Revista colaborativa de interés general “Cultura Reviu” “Default es un anglicismo que significa suspensión de pagos o cesación de pagos. El concepto de Default se aplica cuando una empresa o sociedad mercantil se encuentra en una situación en la que su liquidez no alcanza para cubrir la totalidad de las deudas o créditos que esta empresa o sociedad mercantil ha contraído de una manera u otra con sus acreedores eventuales o habituales. Revisado: 15/09/11.

[13] Millet, Damien y Éric Toussaint. “O triplo pecado da grande banca privada” en Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, 20 de Marzo de 2008. Revisado: 15/09/11.

[14] Gutiérrez, Gustavo. Teología de la Liberación. Perspectivas. Salamanca: Ed. Sígueme, 1975,357.

[15] Horkheimer, Max. Crítica de la razón instrumental. Buenos Aires: Grafica Guadalupe, 1973,165

[16]Op.cit. Gutiérrez, 150.

[17]Gutiérrez le da la razón a Girardi cuando señala: “violencia institucionalizada va aliada generalmente con la hipocresía institucionalizada”, Op. Cit., Gutiérrez, pág. 349.

[18]Hinkelammert, Franz. “La transformación del Estado de Derecho bajo el impacto de la estrategia de globalización” en publicación: Filosofía y teorías políticas entre la crítica y la utopía. Buenos Aires: CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2007,185

[19] Op. Cit., Gutiérrez, pág. 357. Cf. J. GIRARDI, Amor cristiano y lucha de clases. Salamanca: Sígueme, 1971, 57.

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