sábado, 28 de julio de 2012

Las Olimpiadas y el mundo del espectáculo

En estos días se inician los Juegos Olímpicos. ¿Alguien puede imaginar evento más digno de encomio en sus orígenes? Hasta la guerra se detenía en la antigua Grecia cuando se realizaban los juegos. Hoy, son un inmenso negocio del espectáculo.

Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica

Espectáculo de inauguración de los Juegos Olímpicos en Londres
¿Qué emparenta un concierto de Madona, el reality show de Kim Kardashian y las Olimpiadas de Londres? Que todas son un lucrativo espectáculo al que acceden millones de personas en el mundo a través de los medios de comunicación.

Estamos en la era de la industria del espectáculo: el showbusiness, que no deja resquicio ni respiro en nuestra vida diaria y que levanta uno de los mayores negocios de los que tenga noticia la humanidad,  a tal punto que perfectamente podemos caracterizar a nuestra época como la era del espectáculo.

El corazón de este emporio es los Estados Unidos de América. En ese país no hay hoja que se mueva que no pueda potencialmente ser transformada en un circo. Y lo peor es que todos se mueren por participar del show, tener sus cinco efímeros minutos de “fama” al aparecer en la pantalla de los televisores aunque sea solo para decir “mu”.

Venezuela en el horizonte electoral de EE.UU

A Venezuela, a su pueblo y al presidente Chávez le cobran ese arrebato de rebeldía que desde finales del siglo XX, cuando EE.UU creía incontestable su hegemonía, impulsó la ola de insurrección popular y democrática que ha venido reconfigurando el mapa político, social, económico y cultural  en nuestra América. Tal y como lo hizo Cuba, en otro contexto, hace más de medio siglo.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

Para el candidato republicano Mitt Romney, Chávez
representa una amenaza para la seguridad de  EE.UU.
El primero de los tres grandes procesos electorales americanos del 2012, por la dimensión geográfica y estratégica de los países involucrados, se consumó en México, en el mes de julio, con un desenlace polémico y cuestionado en su legalidad, aunque de algún modo previsible: el triunfo de la derecha arropada bajo la bandera del PRI y el candidato de la telecracia Enrique Peña Nieto. Precedido de un golpe de Estado “suave” en Paraguay, lo ocurrido en el proceso electoral mexicano confirmó que las oligarquías y grupos dominantes están dispuestos a todo para recuperar el poder. Y más grave aún, saben que cuentan para ello con el apoyo –expreso, cuando es posible; y tácito, cuando así conviene- de los EE.UU, que tan solo un día después de realizados los comicios en México, por medio de la vocera del Departamento de Estado, felicitó al vencedor de “unas elecciones limpias y justas” (El Universal, 02/07/2012). Una actitud que contrasta con la beligerancia que tendría Washington si las acusaciones de fraude y compra de votos su hubiesen presentado contra candidatos del oficialismo en Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Ecuador o Argentina, por ejemplo.

En el calendario electoral, las siguientes estaciones  son Venezuela, en octubre, y los EE.UU en el mes de noviembre. En el país suramericano, prácticamente todas las encuestas publicadas auguran un nuevo triunfo de Hugo Chávez, situación que podría revertirse si se presenta algún incidente imprevisto con la salud del presidente (aunque muchos analistas lo observan en plenitud de condiciones para la contienda) o, como ha sido planteado en distintas hipótesis, si finalmente se ejecuta alguna maniobra antidemocrática de desestabilización por parte de la derecha y grupos radicales de la oposición; paramilitares colombianos y venezolanos a sueldo; o la acción concertada de estos actores con el imperialismo vía “agencias de cooperación internacional”.

¿Por qué y para qué son progresistas estos gobiernos?

El asunto  no está en cómo calificar a esos gobiernos y sus limitaciones, sino en cómo prever y estructurar el paso a la siguiente etapa. Esto es, cómo realizar la formación, concertación y acumulación –ideológica y organizativa– de las fuerzas sociales apropiadas para impulsar esa transición, y sostenerla.

Nils Castro / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Panamá

Algunos críticos insisten en que la mayoría de los gobiernos “progresistas” latinoamericanos administran una fase postneoliberal, pero  no postcapitalista, del desarrollo de sus sociedades, economías y Estados. No son revolucionarios, ya que el capitalismo sigue siendo el horizonte de su gestión política. Esa observación es descriptivamente correcta pero calla las razones de esa característica.

Con sus respectivos matices, esos gobiernos fueron electos a consecuencia del daño y el rechazo sociales que las políticas neoliberales acumularon en el pasado período. Son, pues, el resultado del voto antineoliberal –pero  no necesariamente anticapitalista– de millones de ciudadanos. Voto captado, a su vez, por unas izquierdas que ofrecieron programas electorales de baja intensidad, que prometían subsanar los efectos más perversos del neoliberalismo, pero que  no hablaban de remplazar al capitalismo.

Después del colapso del “socialismo” soviético todavía falta claridad sobre qué es lo que cada pueblo podrá entender por socialismo y cómo construirlo (y en ese contexto se ha instalado esa noción de “postcapitalista”, cuyo sentido es aún más impreciso). Si la opción que habrá de remplazar al capitalismo por ahora continúa así de indeterminada, difícilmente servirá para movilizar a millones de votantes, si de democracia y votar se trata.

Masacres en Estados Unidos: ¿por qué?

Lo que sucedió estos días en el estreno de la película de Batman, repetición de dramas más o menos similares en estos años, es consecuencia natural –y ¡obligada!, se podría decir– de una historia donde la apología de la violencia y de las armas de fuego está presente en los cimientos de su sociedad.

Marcelo Colussi / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad de Guatemala

“Prefiero despertar en un mundo donde Estados Unidos
sea proveedor del 100 % de las armas mundiales”
Lincoln Bloomfield,
funcionario del Departamento de Estado de EEUU

En estos días murieron 12 personas en una balacera en Estados Unidos, y alrededor de 50 resultaron heridas. Lo cierto es que ya no resulta novedad la noticia de una masacre en ese país. Lo curioso a tener en cuenta en estos casos es su modalidad: un “loco” que se pone a matar gente a diestra y siniestra, armado hasta los dientes, en medio de una escena de aparente tranquilidad ciudadana. Estamos tan habituados a eso que no nos sorprende especialmente. Si el mismo hecho ocurriera, por ejemplo, en una nación africana o centroamericana serviría para seguir alimentando su estigmatización como “países pobres y, fundamentalmente, violentos”. Allí, en el Sur del mundo, la violencia y la muerte cotidiana adquieren otras formas: no hay “locos” que se broten y produzcan ese tipo de masacres; la muerte violenta es más “natural”, está ya incorporada al paisaje cotidiano, recordando que muere más gente de hambre –otra forma de violencia– que por proyectiles de armas de fuego.

La repetición continuada de estos sucesos tremendamente violentos obliga a preguntarse sobre su significado. Si bien es cierto que en muchos puntos del planeta la violencia campea insultante con guerras y criminalidad desatada, luchas tribales o sangrientos conflictos civiles, no es nada común la ocurrencia de este tipo de matanzas, con esa forma tan peculiar que la potencia del Norte nos presenta casi con regularidad. Si ocurren, como sucedió hace un año en Noruega, constituyen una catástrofe nacional. En Estados Unidos, por el contrario, ya son parte de su estampa social “normal”.

Nicaragua, recuerdos imperecederos de un julio de victoria

Valgan estas líneas como remembranza imperecedera de aquellos extraordinarios días de julio en el 33 aniversario de la Revolución Popular Sandinista y en evocación de todos los que cayeron en la lucha por una Nicaragua libre y soberana.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

El alba llegó de manera prematura después de una larga noche de lluvias y borrascas. La tranquilidad y el silencio eran como un manto infinito que cubría la inmensidad de un verdor alimentado por una precipitación perenne día tras día y noche tras noche. Lejos estábamos de saber -en tal momento- que esa mañana sería -como había presagiado el himno del FSLN- la del día en el que “el amanecer dejo de ser una tentación”.

Dos días antes, el dictador había huido llevándose el cadáver repugnante de su padre y los millones que él y su familia habían robado al pueblo nicaragüense durante 45 años. El 17 de julio habíamos tenido una celebración empañada por la noticia de que Estados Unidos y la burguesía pretendían escamotearle al pueblo y al FSLN la libertad y la independencia conquistada con el sacrificio, el sudor y la sangre de sus mejores hijos. Francisco Urcuyo Maliaños se llamó el títere que sólo sostuvo dos días el poder tambaleante que le dejó el dictador.

La orden de la Dirección Nacional del FSLN fue terminante: ofensiva general de todos los frentes guerrilleros para confluir en Managua y desalojar al usurpador. El 18 de julio fue de preparación, se hicieron los planes y se determinaron misiones para cada columna guerrillera y para la artillería. Muy tarde fuimos a descansar. En nuestros corazones reverberaba la sangre que nos motivaba al combate y en nuestras conciencias estaba la idea clara que se avecinaba la batalla decisiva.

El oro y la muerte en América Latina

Triste es el destino de los países que son sometidos a nuevas formas del colonialismo. Más triste es que lo hagan de rodillas y que sus gobiernos nos digan que eso es el progreso.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

Desde los primeros años de la conquista y la colonización del subcontinente latinoamericano, la avaricia por el oro y la plata  con la que venían  los conquistadores, significó la muerte  para los pueblos originarios de la región. Esa voracidad llevada a la locura fue magistralmente retratada por el cineasta alemán Werner Herzog con su “Aguirre, la ira de Dios” (1972),  film en el cual el actor alemán Klaus Kinski nos habría de dejar una de sus magistrales interpretaciones. La  rapacidad del conquistador español habría de moldear un modelo de colonización sustentado en la expoliación inmisericorde  de  los pueblos indígenas y la existencia de una metrópoli colonial a la que el oro no la hizo  avanzar sino más bien la sumió en el atraso: el oro y las riqueza provenientes de la América colonizada no habrían de servir para industrializar a España y Portugal sino para pagar los artículos manufacturados que les vendían los países europeos ubicados al norte de sus fronteras. En las regiones de la América colonizada en  las cuales  se tuvo la desgracia de que los conquistadores y colonizadores encontraran oro y plata (lo que hoy es México, Bolivia y Perú por ejemplo) la población indígena fue sometida a una opresión y explotación tal que se observó  un descenso demográfico notable.

La crisis mundial y el ambiente en América Latina

El mercado mundial, no el ambiente y el desarrollo humano, es la preocupación principal incluso de gobiernos que dicen luchar contra ese mismo mercado y que se declaran populares.

Guillermo Almeyra / LA JORNADA

La minería está en el centro de nuevos
conflictos sociales en América Latina.
La aguda crisis que afecta a la Eurozona y a Estados Unidos no sólo reduce la atracción de esos mercados de trabajo para los latinoamericanos, africanos y mediorientales que allí emigraban ilegalmente sino que, también, al cerrarles la posibilidad de trabajar les obliga a refluir a sus regiones de origen en cantidades cada vez más masivas, unidos esta vez incluso con los más pobres de los que hasta ahora era países ricos. En efecto, no sólo retornan de España los latinoamericanos que allí buscaban trabajo, sino que este año han salido más españoles que los extranjeros que fueron a la península.

De este modo, la presión sobre los recursos locales –tierra y agua, sobre todo– y sobre la desocupación regional, aumenta continuamente y los ingresos locales no disminuyen sólo por el cese o la reducción de las remesas que antes recibían, sino también porque sus parientes deben sostener, al menos parcialmente, a quienes hasta entonces eran el sostén de ellos.

América Latina en el mundo de hoy

En el Encuentro del Foro de Sao Paulo, el economista griego Costas Lapravitsas, profesor de la Universidad de Londres y asesor de SYRIZA, inició su conferencia con una frase ilustrativa del nuevo papel de la región: “Al revés de cómo era antes, hoy los analistas de Europa, especialmente de los países del Sur, vienen a América Latina a aprender”.

Niko Schvarz / Barómetro Internacional

El Foro de Sao Paulo celebrado en Caracas
Todavía resuenan los ecos del XVIII Encuentro del Foro de Sâo Paulo (FSP), efectuado en Caracas del 3 al 6 de julio y clausurado en el gran acto del Teatro Teresa Carreño con la participación del presidente Hugo Chávez y representantes del continente y de todo el mundo. Ello se debe a sus debates, sus conclusiones y las polémicas suscitadas, tanto en la interna como con las fuerzas de la derecha (incluida la “gran prensa” venezolana). De este conjunto algo quedó meridianamente claro, y es el papel de primer plano de América Latina en el convulsionado mundo de hoy.

Por varias razones. Ante todo, por la situación que atraviesan sus países, y las realizaciones a favor de sus pueblos emprendidas por los gobiernos de las fuerzas progresistas y de izquierda en la mayoría de ellos, en vívido contraste con la crisis arrasadora a lo largo del mundo desarrollado y particularmente en Europa (España, Grecia, Italia entre otros), marcada por las grandes movilizaciones, sobre todo en la primera, para evitar que todo el peso de la crisis recaiga sobre las espaldas de los sectores populares. Ya hemos mencionado el hecho novedoso de que desde sectores lúcidos del viejo mundo se considere el ejemplo de las luchas de las fuerzas de izquierda de América Latina y el Caribe en la forja de su unidad y en su labor desde los respectivos gobiernos. A los ejemplos ya citados se agregan otros, como veremos.

“El PRI es una máquina demagógica”

El filósofo y escritor mexicano Fernando Buen Abad evalúa la realidad azteca y explica por qué su país tiene una historia de fraude serial.

Cecilia Escudero / Revista Debate

El filósofo mexicano Fernando Buen Abad
A veinte días de celebradas las elecciones, México carece de presidente electo. Andrés Manuel López Obrador, la figura política más importante de la centroizquierda local, acopia y presenta nuevas pruebas para que el Tribunal Electoral tenga mayores elementos a la hora de tomar la decisión final: es decir, declarar quién gobernará el país en los próximos seis años. Así, AMLO tramita la impugnación de los comicios presidenciales, que lo posicionaron en el segundo lugar, con un supuesto 31 por ciento de los votos. El político acusa que las elecciones no fueron libres ni equitativas porque el Partido Revolucionario Institucional  (PRI) incurrió en irregularidades, como la compra de cinco millones de votos. Entretanto, el supuesto triunfador, Enrique Peña Nieto, se desmarca del debate e, inmutable, actúa como el consagrado sucesor del presidente Felipe Calderón.

Doctor en Filosofía, escritor y reconocido analista mexicano, Fernando Buen Abad habla con Debate sobre el crónico padecimiento de los fraudes electorales que vive su país, y además analiza las fortalezas y debilidades de las fuerzas progresistas.  

En México, las movilizaciones y las acusaciones de fraude se multiplican. ¿Qué expresa esta situación?

Se trata de un conjunto de cosas. Primero, aunque muchas veces se considere que Peña Nieto ya ganó las elecciones, hay que recalcar que todavía no tenemos presidente. El Tribunal Electoral y el IFE (Instituto Federal Electoral) deben entregar la constancia de mayoría. Se sabe que fue una elección viciada de origen y hay una impugnación política y jurídica en tránsito. Por otra parte, hay una movilización social que está acompañando el reclamo, y cualquiera que tenga voluntad democrática sabe que un pueblo movilizado exige coherencia y cautela. Con todo, México es un país con un problema de fraude serial. Es más, a partir de 1994, cuando se firmó el Tratado de Libro Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, el país empezó a cualificar los fraudes como neoliberales.  

El rostro de Bolívar en el siglo XXI

La divulgación del rostro de Bolívar tiene la intencionalidad clara de mostrarlo en su condición humana. Se trata de desmitificar al Bolívar que la historiografía venezolana muestra inalcanzable, inaccesible y por lo tanto, incapaz de calar en el significado de sus ideas para el ciudadano común.

Juan E. Romero / Rebelion

Reconstrucción del rostro de Bolívar
Los actos de un nuevo aniversario del Natalicio de Simón Bolívar, vinieron rodeados de un gran simbolismo histórico y cultural. En primer lugar, debe resaltarse el trabajo científico de antropología forense y antropometría que realizaron los equipos nombrados y direccionados desde la Comisión de la Vice-presidencia de la república. El trabajo que permitió definir a partir de estudios antropométricos las verdaderas características de la fisionomía de Bolívar muestra un esfuerzo sistemático que desmiente manipulaciones y alteraciones. Es sorprendente como la comunidad científica venezolana ha mantenido un mutis asombroso que señala una ausencia total de sentido patrio. Y no se trata de una exaltación personalista de la historia y del personaje, al contrario se trata de un esfuerzo por humanizar la condición histórica de Bolívar que históricamente ha sido manipulada y utilizada por las elites privilegiadas en Venezuela y Nuestra América.

España: Quieren arruinar al país

En España se ha prendido un incendio que América Latina ya vivió en los ochentas y noventas y que solo ha podido superarse con los gobiernos de la nueva izquierda.

Juan J. Paz y Miño Cepeda / El Telégrafo

El pasado 19 de julio Madrid fue una ciudad ocupada por centenares de miles de ciudadanos, en el sector que va desde Atocha, pasa por la fuente de Neptuno, llega a Cibeles, sube por la Gran Vía y desemboca en Puerta del Sol, donde los manifestantes también llenaron las calles aledañas. La consigna “Quieren arruinar al país; somos más; hay que impedirlo”, convocó a hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, profesionales, estudiantes, empleados y hasta niños y turistas asombrados.

Algo parecido ocurría en por lo menos 80 ciudades españolas. Los medios de comunicación han presentado imágenes, informaciones y reportajes de lo ocurrido en todo el país. Pero ni ellos han podido reflejar el espíritu que llenó las calles madrileñas.

A Puerta del Sol llegaron policías que se unieron a los manifestantes. Los enviados a vigilar la marcha se sacaron los cascos en señal de solidaridad con los ciudadanos. Los bomberos fueron aplaudidos cuando se unieron a todos y en aquellos momentos en los que lanzaban agua y espuma, como signo de solidaridad, calmando el calor de los convocados a una reunión ciudadana impresionante e inédita en décadas.

viernes, 27 de julio de 2012

Nosotros los occidentales, los principales responsables

Lo que agrava la crisis es la persistente arrogancia occidental. Incluso en decadencia, los occidentales se imaginan como la referencia obligatoria para todos.

Leonardo Boff / Servicios Koinonia

El conjunto de crisis que avasalla a la humanidad nos obliga a parar y hacer un balance. Es el momento filosofante de todo observador crítico, siempre que quiera ir más allá de los discursos convencionales e intrasistémicos.

¿Por qué hemos llegado a la situación actual que objetivamente amenaza el futuro de la vida humana y de nuestra obra civilizatoria? Respondemos sin mayores justificaciones: los principales causantes de este recorrido son aquellos que en los últimos siglos detentaron el poder, el saber y el tener. Ellos se propusieron dominar la naturaleza, conquistar el mundo entero, someter a los pueblos y poner todo al servicio de sus intereses.

Para esto utilizaron un arma poderosa: la tecnociencia. Por la ciencia identificaron cómo funciona la naturaleza y por la técnica realizaron intervenciones para beneficio humano sin reparar en las consecuencias.

sábado, 21 de julio de 2012

En el 33 aniversario de la Revolución Sandinista de 1979

Tres décadas después, los sandinistas tienen su segunda oportunidad sobre la Tierra, en otras condiciones, muy peligrosas aún,  pero con otros apoyos, con otras solidaridades que no se han hecho esperar. Estas les han permitido sobrevivir, es cierto, pero también lo ha hecho su ligamen con el pueblo, porque sin él ya habrían mordido el polvo hace tiempo, como en la vecina Honduras o como en Paraguay.


Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica

Managua, 19 de julio de 1979.
Hoy, cuando varios países en América Latina transitan por el camino del cambio social, a veces se torna difícil entender los años de las décadas del 70 y el 80, cuando en plena Guerra Fría solo Cuba se alzaba en este continente como ejemplo de modelo alternativo de desarrollo, como modelo socialista y anticapitalista, como “estrella solitaria” frente al poderosísimo imperialismo norteamericano.

Hoy es difícil entender, para los que no vivieron esos años de tenso trajinar y de batalla, el inmenso sacrificio al que se vio compelido el gobierno y el pueblo nicaragüenses ante la embestida de la administración de Ronald Reagan, aquel que, con su copete engominado y sonrisa hollywoodense, dijo ante las cámaras que él mismo era un contra más de los que acechaban a Nicaragua.

Costa Rica: El poder, la crisis y sus ganadores

Mientras la presidenta Chinchilla hizo del déficit fiscal y la necesidad de aprobar un plan de impuestos el estandarte de sus dos primeros años de gobierno, el sector financiero ha venido registrando ganancias que hacen de la crisis internacional un cuento para dormir a los niños.

Andrés Mora Ramírez / AUNA-Costa Rica

El vicepresidente Liberman, mano derecha de la
presidenta Chinchilla, es un ejemplo de la creciente
influencia del sector financiero en el sistema político.
Vivimos tiempos de crisis y los políticos nos lo recuerdan a diario: con sus llamados a la austeridad, al sacrificio de los trabajadores y la guillotina de sus derechos, mientras avanza la imposición de salvajes planes de ajuste económico. Pero la crisis no es igual para todos. En medio del caos, el modelo neoliberal demuestra su destreza para proteger a sus “ganadores”. Uno de esos mecanismos es el de la colonización –si cabe el término- de la política por parte de los grupos económicos, como ocurre en Costa Rica.

Hace solo unas semanas, en entrevista para Con Nuestra América, el diputado del Frente Amplio, José María Villalta, afirmaba que la presidenta Laura Chinchilla –al igual que su antecesor Oscar Arias- gobierna el país “para los banqueros, para los exportadores de zonas francas, que son los que financian las campañas electorales y los ganadores netos del modelo neoliberal”.

Ahora, como confirmando aquel diagnóstico, una publicación del periódico El Financiero informa que “las entidades bancarias cerraron el primer semestre del 2012 con un avance en el crecimiento de sus utilidades, las cuales crecieron más de un 70% incluyendo la inflación en relación al 2011, pero casi un 100% con respecto al 2010” (El Financiero, 18-07-2012).

Nuevos ropajes para las derechas de siempre

Para disponer de gobiernos más revolucionarios hay que formar fuerzas sociales más radicales, que los elijan, impulsen y sostengan. Como asimismo implica derrotar a las derechas y a su ofensiva  no solo en el campo político‑electoral sino también en el programático, cultural y organizativo.

Nils Castro / Especial para Con Nuestra América
Desde Ciudad Panamá

Tras sufrir varios reveses electorales en América Latina, las derechas tradicionales tuvieron que ceder terreno a una pluralidad de gobiernos “progresistas” en América Latina. Sin embargo, no por ello perdieron sus principales fuentes de poder: recursos económicos y financieros, enlaces internacionales, peso sociocultural y, especialmente, sus bastiones mediáticos. 

Por supuesto, el control del gobierno también es una gran fuente de poder y cederlo fue una contrariedad, así que pasado el primer impacto la prioridad fue reaprovechar esas otras ventajas para recuperarlo.

Cuando en el 2010 publiqué Quién es y qué busca la nueva derecha, daba por sentada la inminencia de una contraofensiva continental de las derechas basada en una renovación de los métodos, lenguajes y mitos requeridos para recapturar las mayorías electorales necesarias para recuperar los gobiernos perdidos y retener los que aún conservaban. Uno de los ejemplos fueron los de Panamá y Chile, donde sendos plutócratas ganaron la presidencia valiéndose del mito del millonario eficiente y supuestamente “apolítico” que venía a poner sus habilidades al servicio de la gestión pública.

El nuevo golpismo y los nuevos fraudes en América Latina

La necesidad de conservar las formalidades democráticas en América Latina, ha generado nuevas formas de golpe de estado como lo revelan Honduras y Paraguay. Hoy en México asistimos a la novedad de un masivo fraude orquestado antes de que los votantes lleguen a las urnas.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

He insistido en otras ocasiones  en esta columna que pese a lo que dicen los epígonos del neoliberalismo, éste ha estado mostrando sus limitaciones profundas y puede decirse que se encuentra en crisis  en todo el mundo. Basta ver con lo que  ha estado sucediendo con Europa mediterránea para ver una muestra del fracaso neoliberal. En América latina dicho fracaso se empezó a hacer evidente tan pronto como a fines del siglo XX. En esta primera década del siglo XXI lo que se ha observado es  en términos generales mediocres tasas de crecimiento del PIB, un creciente malestar social, una notable inestabilidad política en algunos países y sobre todo la emergencia de gobiernos de centro izquierda (Brasil, Uruguay, Argentina, Perú, El Salvador) o de izquierda (Venezuela, Ecuador y Bolivia). Buena parte de dicha emergencia de los llamados gobiernos progresistas en América latina se ha visto precedida de efervescencias sociales significativas y allí están para ilustrarlo los casos de Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador.

América Latina es la única región en el mundo en la cual la crisis neoliberal  ha generado movimientos sociales que se convierten en políticos y electorales y eventualmente se traducen en gobiernos que  con mayor o menor profundidad, congruencia, radicalismo o moderación, buscan distanciarse del dogmatismo neoliberal.

Si vamos a hablar de narcotráfico…

Resulta poco creíble que un sujeto de tales antecedentes como Álvaro Uribe pueda estar al margen de las actividades cuestionadas, de tantos miembros de su familia, algunos muy cercanos como su padre y hermanos y la de otros personajes de su entorno.

Sergio Rodríguez Gelfenstein / Especial para Con Nuestra América
Desde Caracas, Venezuela

Con verdadero estupor he leído una entrevista realizada al ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, en la revista Correo Semanal de Lima, Perú. Su autora, la periodista Silvia Rojas, la titula: “Venezuela es el paraíso del narcotráfico”, citando palabras del esquizofrénico líder de la ultra derecha colombiana.

Resulta curioso que un personaje tan tenebroso pueda hacer tales aseveraciones cuando su pasado y su entorno lo colocan a él mismo como alguien de dudosa moral, sobre todo si de narcotráfico se va a hablar. Como Director del Servicio de la Aeronáutica Civil otorgó licencia a muchos pilotos que trabajaban para los narcos como señala el libro Los Jinetes de la Cocaína, de Fabio Castillo. Esto lo llevó a ser señalado como colaborador del narcotráfico en un reporte de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos. Dicho reporte elaborado en 1991, lo señala como “un político colombiano y senador dedicado a colaborar con el cartel de Medellín y con altos funcionarios gubernamentales. Uribe ha sido vinculado con negocios relacionados con la actividad de los narcotraficantes en Estados Unidos”.

Puerto Rico: El Código Penal del enemigo

Con la aprobación de un nuevo Código Penal, el gobierno colonial de Puerto Rico se inscribe en la tendencia conocida como el derecho penal del enemigo que se va instaurando a diestra y siniestra en el mundo, para controlar y repeler el nuevo despertar de la lucha de clases y las contestaciones políticas en las sociedades. 

Carlos Rivera Lugo / Especial para Con Nuestra América
Desde Mayagüez, Puerto Rico

El gobierno colonial de Puerto Rico acaba de declarar al ciudadano puertorriqueño su enemigo.  Bajo el nuevo Código Penal aprobado el pasado 30 de junio por su brazo legislativo, se le ha prohibido al ciudadano puertorriqueño el ejercicio de su libertad inalienable y consustancial como ser humano, la que incluye, por cierto, la libertad de protestar y rebelarse contra las actuaciones ilegítimas y arbitrarias de sus gobernantes.  De aquí en adelante, todo ciudadano se presume sospechoso o, peor aún, real o potencialmente culpable.

Por ejemplo, en el artículo 297 del nuevo Código, se prohíbe cualquier expresión de protesta que “perturbe”, “interrumpa” o “impida” la operación de la Asamblea Legislativa colonial.  Otro artículo, el 247, tipifica como delito toda protesta que obstruya el acceso a o afecte las labores regulares en instituciones de enseñanza, centros de salud o edificios gubernamentales.  Finalmente, el artículo 200 define como delito la protesta contra “obras de construcción o movimientos de terreno”, que hayan recibido las autorizaciones pertinentes del gobierno.  Las medidas van dirigidas específicamente a proscribir las actividades contestatarias de los trabajadores, los estudiantes, las comunidades, los movimientos sociales y políticos contra las decisiones y actuaciones corruptas y arbitrarias del gobierno colonial y los grandes intereses económicos que operan en la Isla.

México: La universalidad del #YoSoy132

El movimiento #YoSoy132 es un actor político no partidario que no se sujeta ni a las reglas del juego de la política mexicana. Se mueve de acuerdo con su lógica, sus tiempos y sus ritmos. Es una fuerza autónoma. Es un factor de descontrol e incertidumbre en la coyuntura.

Luis Hernández Navarro / LA JORNADA

La movilización del #YoSoy132 en rechazo
a los resultados de las elecciones.
Entre la juventud universitaria de México ser #YoSoy132 es lo de hoy. De allí su potencia y su vigor. El movimiento se ha convertido en la seña de identidad principal de una generación. Adscribirse a él es una forma distinguida, original e inédita de relacionarse con la política, la sociedad y la cultura, que rompe con el pasado e inaugura un nuevo tiempo.

Ser #YoSoy132 es una manera de ser contemporáneo de la juventud que en el último año ha protagonizado cambios relevantes en países tan distintos como Túnez, Egipto, Grecia, España, Chile o Estados Unidos. Es un medio para reclamar un lugar en la historia presente en una era de revueltas. Es un sello similar e intercambiable al de los indignados de la #SpanishRevolution, los Aganaktismeni helenos de la Plaza de Syntagma, los sindicalistas estudiantiles chilenos o los Occupy Wall Street de Estados Unidos. Es un modo de ser, al mismo tiempo, mexicano y cosmopolita.

Estados Unidos, Venezuela y Paraguay

La política externa norteamericana en América del Sur sufrió las consecuencias totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas paraguayos en asumir el poder, con tamaña voracidad que no podían esperar  hasta abril de 2013, cuando se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula todos sus aliados para intentar  revertir la decisión del ingreso de Venezuela al Mercosur. La cuestión de Paraguay es la cuestión de Venezuela, de la disputa por la influencia económica y política en América del Sur.

Samuel Pinheiro Guimaraes / ALAI

1. No se pueden entender las peripecias de la política sudamericana sin tomar  en cuenta la política de los Estados Unidos para América del Sur. Los Estados Unidos todavía son el principal actor político en América del Sur y debemos comenzar por la descripción de sus objetivos.

2. En América del Sur, el objetivo estratégico central de los Estados Unidos, que, a pesar de su debilitamiento, continúa siendo la mayor potencia política, militar, económica y cultural del mundo, es incorporar todos los países de la región a su economía. Esta incorporación económica lleva, necesariamente, a un alineamiento político de los países más débiles con los Estados Unidos en las negociaciones y en las crisis internacionales.

3. El instrumento táctico norteamericano para alcanzar este objetivo consiste en promover la adopción legal, por los países de América del Sur, de normas de liberalización más amplia del comercio, de las finanzas y de las inversiones, de los servicios y de “protección” a la propiedad intelectual a través de la negociación de acuerdos en nivel regional y bilateral.

Colombia: Los pueblos del Cauca se rebelan contra la guerra y el racismo

Si la verdad murió hace tiempo en Colombia, los pueblos indígenas saben lo que es ser víctimas de una guerra que se libra dentro o alrededor de sus territorios. Sólo entre 2009 y 2011 fueron asesinadas 348 personas de estos pueblos y 15.000 fueron desplazadas con violencia.

Paco Gómez Nadal / Otramérica

Los indígenas del Cauca defienden territorio y autonomía
El ex presidente de Colombia Álvaro Uribe sabe incendiar a su país. O al menos a las clases medias atemorizadas y henchidas de patriotismo desde que el antioqueño pasara por el Palacio de Nariño. Su cuenta de twitter también hecha fuego y rezuma bilis: "Guerrilla con indígenas y nuestro ejército vejado"; "Esta tragedia del Cauca empezó de nuevo cuando el Gbno cambió la Seguridad Democrática por la postura publicitaria de izquierda de coctel"...

Es el aporte de Uribe a la tranquilidad de Colombia en unas horas en que el racismo, la militarización y la contaminación mediática están alcanzando cotas que se pensaban difíciles de superar. Desde hace 10 días varias localidades del departamento de Cauca están sufriendo las consecuencias de una guerra que no los abandona. Los choques entre guerrilleros de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia], el desplazamiento forzado (al menos 2.500 personas en 15 días), los irresponsables señalamientos de connivencia entre pueblos indígenas y guerrilleros estaban provocando una crisis humanitaria y de seguridad insostenible para las naciones agrupadas en torno a la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN) y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

Bolivia: Amazonía y poder despótico patrimonial

Como en todo proceso revolucionario, el Estado no sólo condensa la nueva correlación de fuerzas político-económica de la sociedad emergente de las luchas sociales exitosas, sino que además, como está sucediendo en la amazonía, deviene en sujeto material y cultural que ayuda a promover movilizaciones sociales que transformen las estructuras de dominación aún presentes en determinadas regiones y esferas de la sociedad.

Álvaro García Linera* / La Razón
*Vicepresidente de Bolivia

Vista geográficamente, la tercera parte de Bolivia es amazónica, y es con mucho la región más aislada del país. Una parte de nuestra amazonía se la perdió en guerras frente al Brasil, 187.830 km2  en 1903, y con el Perú 250.000 km2 en 1909. En la amazonía viven el mayor número de naciones indígenas de Bolivia, aunque con una baja densidad demográfica. Si tomamos el último Censo de Población y Vivienda, menos del 4% del total de la población indígena boliviana vive en tierras bajas y en especial en la amazonía.

Herederas de grandes culturas hidráulicas, las naciones indígenas de la amazonía fueron objeto de una intensa persecución y extinción por parte de la dominación colonial española y luego republicana. Una parte de la población fue objeto de las reducciones jesuíticas, y hoy viven dispersas en la extensa geografía amazónica.

El Estado patrimonial: tierras y poder familiar. Si bien el nomadismo ha permitido la preservación de sistemas de producción y autoridad autónomos, no ha podido impedir la consolidación del poder territorial de hacendados, ganaderos y empresas privadas extractivistas que a lo largo de los años se ha ido asentando en la amazonía como poder real de la región. De esta manera, a través de la tenencia de ganado, la extracción de la goma, la quina, ahora la castaña, la piel de lagarto o la sola posesión de tierras, latifundistas y empresarios han consolidado en los últimos 150 años una estructura de poder territorial señorial y patrimonial sobre todos los habitantes urbanos o rurales de la región.

Perú: La insoportable crisis persistente

Desgaste y derrota son las dos palabras que definen la actual situación del gobierno de Ollanta Humala en Perú, a un año de asumir la conducción del Estado. Un repaso de la historia reciente del país y del gobierno actual.

Ricardo Jiménez / Marcha

El presidente Humala enfrenta uno de los peores momentos políticos de su mandato.
Mientras se escriben estas líneas, como cada 28 de julio, día de la independencia nacional, el presidente prepara su informe para dar cuenta pública al país de su gestión, pero sobre todo, de los cambios en su desgastado y deslegitimado gabinete. El hecho de que públicamente se le ofreciera el premiarato (jefe de Gabinete ministerial) a un presidente regional,  Martín Vizcarra de Moquegua, y que éste lo haya rechazado, es el símbolo de esa derrota y debilidad actual del gobierno.

¿Cómo se llegó hasta aquí?

Tras un largo período de guerra interna, en las décadas de 1980 y 1990, los sectores dominantes aplastaron la subversión e impusieron dictatorialmente un modelo neoliberal, primario exportador y dependiente en lo económico, con profundas desigualdades y exclusiones. En lo político su correlato fue un sistema restringido de democracia, lleno de limitaciones a la representación y a las posibilidades de cambio para cuando las mayorías quisieran variar justamente ese modelo económico. La corrupción generalizada de la clase política en directa relación con la clase empresarial; un exacerbado centralismo limeño, cargado de un atávico racismo de la clase dirigente hacia las regiones; el férreo monologo oficial de los monopolios mediáticos, impuesto sin contrapesos al menos en Lima donde reside la mitad de la población y el electorado, completan el “modelo” de Perú, que en lo esencial está refrendado en la constitución política de la dictadura fujimorista y en sus prácticas políticas y comunicacionales.

Argentina: “El Gobierno está condenado a tomar decisiones cada vez más audaces”

Horacio González, sociólogo y ensayista argentino, reflexiona sobre el momento actual y las relaciones entre el aparato justicialista, la identidad peronista y la política oficial.

Nestor Leone / www.revistadebate.com.ar

Horacio González analiza la actualidad argentina
Director de la Biblioteca Nacional, intelectual respetado en ámbitos diversos y autor, entre muchos libros, de Kirchnerismo: una controversia cultural, Horacio González pondera la naturaleza política de la gestión actual, considera los contornos de algo que podría empezar a llamarse “cristinismo” y marca los desafíos políticos e intelectuales de los tiempos que vienen. A su vez, señala la necesidad de promover una política más frentista, analiza la estrategia de alianzas e introduce la cuestión de la reforma de la Constitución que, explica, va más allá de la cuestión reeleccionaria.

¿Cómo aproximarse a esta especie de tensión abierta entre el gobierno nacional y algunos espacios que formaban parte de su más inmediata línea de aliados?

En primer lugar, me sorprendió la naturaleza del desafío que propuso Hugo Moyano. No parecía estar albergada en el conjunto de contradicciones tolerables que había hasta aquí entre el Gobierno y el sindicalismo. Pero más me sorprendió la virulencia que tuvo al lanzar su diferendo en un programa de televisión de TN y en medio de un gran dramatismo. A eso le sumó, luego, un discurso en Plaza de Mayo en el que acusó a la Presidenta de absorber la política nacional indiscriminadamente y no dejar lugar para las reivindicaciones sindicales clásicas del peronismo, poniendo la cuestión como una interpelación sobre el mismo peronismo.