sábado, 19 de febrero de 2022

Panamá: “Una visión de país tesoro y lleno de prosperidad"

 ¿Por qué Panamá no ha reducido significativamente desigualdades crónicas de pobreza, desempleo, subocupación y los tradicionales atrasos en servicios de salud y educación? ¿Debemos seguir la misma hoja de ruta, o habrá que cambiar esa hoja y su modelo económico social subyacente?

José Antonio Gómez Pérez* / Para Con Nuestra América

Desde Ciudad Panamá


Introducción: presidente del BID mira hacia la economía panameña

 

En redes sociales circula una intervención del doctor Mauricio Claver−Carone, presidente actual del Banco Interamericano de Desarrollo, desde octubre 2020. Se trata de un video titulado: BID Trabaja Para Alentar Las Inversiones En Panamá, disponible en su enlace:  https://youtu.be/nE8lCoTZhd4


El video está producido en plano coloquial y distante de un guion estricto, tipo político o académico. Su edición parece oficiosa, pues resalta más las bondades de llegar a Panamá a invertir, que la relación del BID con Panamá y sus roles como banco financiero continental y multilateral.

 

Aprovecho dicha intervención como motivo, para analizar y discrepar metodológicamente contenidos de esa vieja tesis: "Panamá: País Tesoro y Lleno de Prosperidad", y plantear sus significados reales para la población panameña.

 

La declaración del doctor Claver-Carrone también es un motivo y pretexto para aclarar medias verdades y sueños de opio. También añadir temáticas claves que con frecuencia no abordan, quienes defienden el status quo y la egida de políticas neoliberales. En consecuencia, también es un tema importante a los países de nuestra américa.

 

Panamá: panorama de inversión favorable

 

Respecto a inversión y financiamiento, Claver−Carone detalla un balance actual de condiciones favorables para Panamá. El panorama general descrito es cierto, y conlleva valoraciones positivas, desde la visión financiera internacional. 

 

No es sólo ahora, cuando es impactante la evolución de las inversiones descritas. Cuatro décadas atrás, desde 1979 al inicio de recuperación de la ex zona canalera con sus bienes y recursos, tal proceso ha venido creciendo y consolidándose. Asimismo, es muy positivo que el presidente del BID reitere reconocimientos a la importancia de Panamá en las estrategias de transporte y logística comerciales a nivel continental y mundial.


Para los años 2021-22, importantes empresas calificadoras de riesgo país otorgaron Notas buenas y estables a Panamá, según sus tablas de mediciones para asuntos de inversión y deuda pública. Importantes son las Notas de: Standard & Poor's, Fitch Ratings y Moody's.


Perspectivas de inversión y calificación de riesgo conllevan análisis con finalidades predeterminadas, útiles para evaluar el desempeño económico financiero de la inversión, particularmente aquella de carácter privada y extranjera. Éstos no deben confundirse como directamente útiles para calificar otros desempeños.

 

Para el balance final de un país, en cuanto a posición y calificación, hay que integrar otros muchos desempeños siempre indispensables, como los balances socioeconómicos, tributarios, laborales, institucionales, ambientales y demás; que si corresponden directamente a temas y condiciones de desarrollo y bienestar de la población.


La concepción subyacente: ¿verdades o medias verdades?


Al ordenar el tema de fondo: "Panamá: un país tesoro lleno de prosperidad”, resulta obligado establecer al menos dos partes temáticas:  a) La hipótesis de Panamá Como Un País Tesoro; y b) La hipótesis de Panamá Como Un País Lleno De Prosperidad. Para ambas, las evidencias son imprescindibles. Como Carl Sagan reiteraba: “ausencia de evidencias no es evidencia de ausencia”.


La hipótesis: "Panamá País Tesoro" tiene valoraciones y justificaciones muy ciertas. Sin dudas, Panamá es un país con riquezas importantes, aunque desgraciadamente está lejos de contar con un aceptable sistema de políticas sociales, económicas y distributivas, con objetivos directos para beneficiar a las mayorías de la población nacional.

 

Por largas décadas existe un sistema político y socioeconómico pésimo, inequitativo y desigual, con características que le catalogan y ubican entre los países más desigualitarios e inequitativos del mundo. Los Impactos y efectos de la pandemia Covid-19 han ratificado esta cruda realidad panameña. 

 

Para refrescar las informaciones, basta buscar: La Agenda 2030 para Panamá y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015) y Las estadísticas y análisis el Informe Final del Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas (2021)

 

¿Cuáles perspectivas utilizar, parciales o integrales?


La hipótesis: "Panamá País Lleno de Prosperidad" utiliza valoraciones inciertas, y la misma resulta expuesta sin los planteamientos, evidencias y justificaciones requeridas. 


Como ya recalcamos, la perspectiva financiera es un desempeño importante, pero es un enfoque parcial y restringido que no puede abarcar totalidades complejas, como son −por ejemplo− el estado, la sociedad y las diversas fuerzas productivas de un país.  

 

Para evaluar y calificar a Panamá como País Próspero es obligatorio considerar variados contextos, igual y hasta más valiosos, para que con metodologías agregativas sea viable realizar correctamente aquellos balances y evaluaciones integrales. En su exposición, el doctor Claver−Carone se queda en su mero contexto financiero y no entra a otras evaluaciones. 

En Panamá, hablar de prosperidad y bienestar poblacional tiene mucho sentido, si se trata de analizar sus alcances sobre la escasa minoría poblacional que efectivamente concentra, controla y disfruta la riqueza, los ingresos y las actividades socioeconómicas; todo lo cual, consecuentemente conlleva a la conformación y control del poder político real. Otra condición importante para el sustento y disfrute de la prosperidad socioeconómica.

 

En Panamá, para las mayorías poblacionales lo importante de platicar es lo anverso de prosperidad, la cara al reverso que es: exclusión, marginación y pobreza. Es decir, analizar los alcances de aquellas múltiples y enormes carencias de bienestar básico y ausencias de prosperidad. 

 

Obviamente, para amplios sectores de fuerzas sociales productivas, muy poco sentido tiene hablar de prosperidad y bienestar, cuando de facto Panamá es un país ampliamente catalogado con calificativos socioeconómicos desventajosos y hasta vergonzosos, tales como: pésima distribución de ingresos; altas desigualdades socioeconómicas; desarrollo humano medio alto, pero con amenazas; una fiscalidad inequitativa, regresiva y de alta evasión tributaria; Falta de Transparencia y Corrupción Elevada en asuntos claves públicos y privados; etcétera. 

 

Panamá está catalogado país de ingreso per cápita alto −como indica la relatividad de parámetros actuales respecto al mundo− pero resulta que ello no es evidencia automática de prosperidad, ni de la existencia de ingresos elevados para la inmensa mayoría de la población, la cual en realidad percibe ingresos bajísimos. 

 

Para la economía moderna hoy está muy claro que el valor promedio nominal del ingreso per cápita no es un indicador útil para medir resultados del desarrollo económico, tampoco sirve para medir la distribución real del ingreso de un país, y mucho menos para medir y evaluar los parámetros básicos del desarrollo humano de la población.  Los modelos basados en el índice de Gini y el índice de desarrollo humano de la ONU son útiles, para aclarar esta discusión. 

 

Precisamente en estos modelos, “las mediciones acerca de desarrollo, prosperidad y bienestar de la población panameña” no muestran resultados de prosperidad; al contrario, muestran desigualdades marcadas que son desafíos enormes para nuestro país.

 

Conclusiones a modo de preguntas


Si pudiera conversar con el doctor Claver−Carone, sólo haría tres preguntas, buscando fondos y evidencias reales en lo aduce sobre nuestro Panamá y agendas de desarrollo a futuro. Estas preguntas permitirían examinar otros contextos que no fueron considerados en su exposición. 

 

1. ¿Fuera de la región metropolitana, cuántas de esas masivas inversiones nuevas están destinadas para las regiones occidental y oriental del Panamá; y para cuáles años y fechas están programadas?

 

2. ¿Para Panamá, cuáles cinco principales criterios definen y materializan la prosperidad a nivel de la población trabajadora, ocupada y desocupada?

 

3. ¿En la palestra internacional, para cuándo y cómo Panamá no será percibida como paraíso fiscal, país inequitativo y regresivo y que dejará de figurar en las listas negras internacionales?

 

Finalmente, una pregunta al lector de este artículo, y cuyos contenidos son vitales para que los panameños discutamos la estrategia y agenda de desarrollo que nuestro país se merece formular y legitimar democráticamente:

 

Tras importantes dinámicas de crecimiento, inversión, financiamiento externo y endeudamiento público, ¿por qué Panamá no ha reducido significativamente desigualdades crónicas de pobreza, desempleo, subocupación y los tradicionales atrasos en servicios de salud y educación? ¿Debemos seguir la misma hoja de ruta, o habrá que cambiar esa hoja y su modelo económico social subyacente?

 
(
*) El Autor es Economista. Catedrático Titular de la Universidad de Panamá.

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