sábado, 19 de febrero de 2022

Argentina: La impúdica impunidad

 Mientras sorprende el cierre de Lago Escondido por parte del multimillonario Joe Lewis en Bariloche, el multiprocesado ex presidente -Mauricio Macri-, juega al golf en los campos de su amigo. Encriptado por los jueces disfruta de la vida eludiendo las responsabilidades del mega préstamo al FMI y sus consecuencias.

Roberto Utrero Guerra / Para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina


Seguramente, como su padre y su abuelo calabrés, miembros de la antigua N’Drangheta, sabe que participa de un blindaje que supera el acero de cualquier armadura en cualquier lugar del mundo. Raro privilegio que le dio impunidad desde la cuna. De allí que a su extraordinario poder económico, le suma ese atributo que le permite hacer lo que se le canta y raya, sin que – desde luego – se le mueva un pelo. De allí también que luzca suelto de cuerpo, bastón en mano del golf, justamente a quien le posibilitó la propiedad de 14 mil hectáreas en un paraíso estratégico de la frontera nacional, cosa que jamás hubiese podido hacer en el Reino Unido. Pero acá y con una fortuna de 4.500 millones de dólares, según la revista Forbes, también disfruta de la misma impunidad que su invitado.

 

Entre ellos hay una coincidencia de intereses y desintereses que la fortuna amontona. Intereses económicos e inversiones que ponen en evidencia su desinterés, su desprecio por los demás, por la humanidad toda. Porque convengamos que para su establecimiento, Lewis y sus cómplices locales desalojaron pueblos originarios y cercaron maravillosos recursos, negando su paso a extraños. Paradoja crematística: un extraño niega a los propios su hábitat de siglos, amparado por gendarmes y el ministerio público. Pero es el raro privilegio de este capitalismo voraz y feroz que se ha apoderado del mundo y esquilmado a más no poder, concentrando la riqueza en escasas manos, dejando al 90% por ciento de la humanidad con migajas. Dentro de las trampas abordadas por la derecha renovada fue instalar en el poder – sufragio mediante – a seres despreciables que hicieron y hacen de las suyas, impávidos e impunes, como el jopudo Trump que viene por la vuelta luego de Biden, Bolsonaro que no sabe cómo zafar del poder o el ex presidente que se prepara para un segundo tiempo.

 

Los militares fieles al Plan Cóndor, desarrollaron una política defensiva acorde con la desconfianza vecinal, si bien colaboraban en el terrorismo de estado, por otra parte, defendían o parecían defender con uñas y dientes el territorio nacional. En ese frenesí militante, los carabineros chilenos corrían de noche los hitos fronterizos y los gendarmes argentinos los volvían a su lugar al otro día. Los brasileños con temor de ser invadidos mostraban trochas ferroviarias diversas por temor a alguna invasión. Locos y desquiciados cuando la arena política les fue demasiado hostil, salieron intentando salvar el pellejo desprolijamente, para no ser juzgados. No fue así. Uno de los logros mayores fue la investigación y el juicio a las Juntas por parte de las organizaciones de derechos humanos y se logró un Nunca más.

 

Sin embargo, los jóvenes advenedizos de la política que hicieron sus primeras armas con la alegría alfonsinista, aprovecharon que había que empezar de nuevo, hicieron un relevamiento de todos los terrenos fiscales y los pusieron a su nombre. Muchos legisladores que llegaron a sus bancas de a pie, terminaron siendo potentados. Hacer nombres no tiene sentido, traicionaron el mandato popular con su avaricia y ambición. Los hay sobre todo de los dos grandes partidos populares. De allí el “que se vayan todos” de la crisis del 2001.

 

Según Eduardo Basualdo, economista de FLACSO Argentina, el poder económico crecido bajo la dictadura, cooptó a los principales dirigentes de los partidos mayoritarios para cuando una vez recuperada la democracia, pudieran devolverles largamente los favores recibidos. Franco Macri, padre del ex presidente y capo máximo de Socma, tuvo de empleados a tres jóvenes promesas que luego fueron gobernadores de Córdoba, Mendoza y el restante Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Sin embargo, así como se desguazó al estado nacional en épocas de Menem, también se inició el mayor despojo de tierras, como había sucedido un siglo antes con la Patagonia.


En 1996, bajo los gobiernos nacional de Carlos Menem (Partido Justicialista) y provincial de Pablo Verani (UCR), el capitalista británico Joe Lewis, compró una propiedad aledaña al Lago Escondido, a unos 45 km al norte de localidad rionegrina de El Bolsón. Lo hizo mediante la empresa Properties Buenos Aires S.A., que poco antes de cerrar la operación se convirtió en Hidden Lake S.A. y pasó a ser controlada por la sociedad británica Lago Corp. Desde ese momento, y gracias a sus estrechas relaciones con los sucesivos gobiernos, posee 14.000 hectáreas, realiza negociados con el Estado gracias a su propia central hidroeléctrica y prohíbe el ingreso al Lago Escondido (un espejo de agua al que por diferentes leyes nacionales debería poder acceder cualquier persona del mundo). Incluso existe al día de hoy una resolución del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro que no se hace cumplir.

 

A su mansión de 2.500m² para uso personal agregó más tarde un centro de convenciones de 4.200 m² llamado All About Kids, hipódromo, kartódromo, cancha de fútbol donde se diputa la Copa Lago Escondido, de básquet, de tenis, gimnasio, establo para 100 caballos, un centro recreativo con conexión a internet y sala de cine, casa de muñecas y 12 turbinas generadoras de energía eléctrica en los saltos del Río Escondido.

 

Para no quedarse atrás, el gobierno de Mendoza en estos días ha cedido a los propietarios de El Azufre S.A. más de 12.000 hectáreas para el desarrollo del centro de esquí homónimo en la cordillera de Malargüe, el que se presenta como el primero autosostenible en el mundo. 

 

El gobierno lo ejerce el radical Rodolfo Suárez, fiel seguidor de su mentor, el ex gobernador Alfredo Cornejo, ex presidente de la Unión Cívica Radical UCR a nivel nacional y socio dilecto de la Alianza Cambiemos. Muchos comprovincianos afligidos identifican a la provincia como una extensa sociedad anónima conformada con los amigos del poder.

 

Pero volvamos al amplio escenario nacional, resulta curioso, cuando no patético, Menem y Macri juegan al golf con sus compinches con la misma liviandad con que se despojan de las consecuencias de sus gestiones. Su impunidad es impúdica, tan impúdica como el blindaje mediático y jurídico del que disponen. 

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