sábado, 23 de noviembre de 2013

Chile: jóvenes, brillantes y revolucionarios al Congreso

Por lo que se anuncia, igual que ha sucedido en otros países de América Latina en los últimos diez años, el de Chile será un camino largo y plagado de escollos. Por nuestra parte, saludamos calurosamente a los nuevos jóvenes diputados y diputadas. Estamos con ellos. Ojalá sean el preludio de las anchas alamedas.

Rafael Cuevas Molina/Presidente AUNA-Costa Rica

Giorgio Jackson, Camila Vallejo, Gabriel Boric
y Karol Cariola, diputados al Congreso de Chile.
Si algo simboliza el cambio que se espera del nuevo gobierno chileno, es la elección el domingo 17 de noviembre a la cámara baja del Congreso, de cuatro jóvenes  provenientes del movimiento estudiantil que puso a temblar al gobierno de Sebastián Piñera en el 2011: Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jackson y Gabriel Boric.

Entre ellos, Vallejo y Cariola, una de Santiago y la otra de la austral ciudad de Concepción, provenientes ambas de las Juventudes Comunistas, se destacan por la claridad y enjundia de sus planteamientos.

Han llegado todos envueltos en una ola de entusiasmo popular extraña en tiempos de desencanto con la política, llevando aire fresco y renovando, no solo por sus figuras juveniles, sino por la claridad y transparencia de sus mensajes que no dejan lugar a equívocos o a las medias tintas.

Todos ellos quieren otro Chile, uno que se aleje del modelo depredador que ha hecho de su país el más desigual de América Latina, y para eso no vacilan en señalar el papel fundamental que debe jugar una educación pública, gratuita y de calidad; la necesidad de realizar una reforma impositiva que grave más a los que más tienen; de atender los temas de las pensiones y de la salud, degradados por su privatización.

Son, pues, planteamientos que se alinean con lo que ya sucede en otras partes de América Latina, en donde se han iniciado proyectos que intentan dejar atrás los años nefastos en los que prevaleció el modelo neoliberal. Es un alineamiento “a la chilena”, en función de sus propias necesidades, intereses y tradiciones; no es una copia de nada ni la implantación arbitraria de un modelo ajeno. Es el resultado de la propia lógica del movimiento popular chileno que los catapultó hacia el Congreso como su voz más auténtica y más representativa.

El movimiento estudiantil del cual provienen se constituyó en catalizador de un movimiento social de protesta más amplio, que lo incluía pero no se reducía a él, que atravesó “transversalmente” a toda la sociedad chilena. Es un movimiento, sin embargo, con agenda y líderes propios, que ve con esperanza la llegada de estos jóvenes, pero que permanece alerta con su propia identidad intacta, prestos a asumir nuevamente el combate en las calles, dispuestos a pelear por sus derechos ante el nuevo gobierno como lo hicieron ante el de Piñera.

Por su parte, los nuevos diputados y diputadas no vacilan en manifestar que, en relación al gobierno de Bachelet, no serán furgón de cola ni le darán ninguna carta blanca, y que de ser necesario, volverán a las filas del movimiento popular del que provienen, para lograr los cambios que consideran necesarios e imprescindibles.

Son ellos, pues, la muestra más fehaciente del giro hacia la izquierda que se augura al nuevo gobierno de Michel Bachelet. Ese giro, sin embargo, no será fácil, porque la composición del Congreso no es lo suficientemente favorable como para que se arribe a los cambios propuestos fácilmente. No será fácil, tampoco, porque dentro de la misma coalición Nueva Mayoría, hay partidos políticos tan disímiles como el Partido Comunista y la Democracia Cristiana.

Como bien han planteado los nuevos diputados y diputadas recién electos, es una coalición en la que se ha llegado a acuerdos básicos, pero en la que también existen distancias ideológicas y políticas importantes.

Sea como sea, Chile ha dado un paso gigantesco en una nueva dirección que, seguramente, iniciará el cambio de la faz del proceso iniciado después de la dictadura de Augusto Pinochet. Por lo que se anuncia, igual que ha sucedido en otros países de América Latina en los últimos diez años, será un camino largo y plagado de escollos.


Por nuestra parte, saludamos calurosamente a los nuevos jóvenes diputados y diputadas. Estamos con ellos. Ojalá sean el preludio de las anchas alamedas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto me alegra esta elección de los jovenes chilenos. Chile merece tener personas que piensen distintos de los que ahi estan y hagan nuevamente de este pais una referencia para Nuestra America. Parabienes a los jovenes congressistas y parabienes a este hermoso publo que los elegió. Maria Sirley dos Santos Presidente de AELAC/BRASIL