sábado, 6 de enero de 2018

Argentina: Balance nefasto

El 2018 nos encontrará a los argentinos renovando la fe y la esperanza, cantando con la recordada y nunca más necesaria María Elena Whalsh: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal, porque me mató tan mal y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra, después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra”.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

En el “reino del revés” es lógico que se celebre el fin de año con las cuentas al rojo vivo, con un dólar que se ha escapado de sus cauces y su estampida recuerde otras épocas, se recalculen en conferencia de prensa de las principales espadas de la economía nacional las metas inflacionarias luego de la aprobación del Presupuesto 2018, (más para arriba como corresponde al mundo feliz de Huxley instalado) llevándolas al 15% para 2018, 10% para 2019 y 5% para 2020 aunque, parafraseando a Orwell podría ser cualquier otro valor, o se niegue la incidencia del endeudamiento externo, el déficit fiscal y el comercial que ha crecido de una manera exponencial dada la apertura económica con el aluvión de importaciones chinas y la consecuente desindustrialización operada en las provincias con promoción que han ido paulatinamente cerrando sus puertas como infinidad de pymes; que en este marco se premie al genocida Etchecolatz con prisión domiciliaria a espaldas del pueblo que, con Abuelas y parientes cercanos, celebra el hallazgo de la nieta 127, luego de haberla esperado durante 40 años.

Así de absurdo nos encuentra la celebración de los santos inocentes y el improvisado balance de fin de año, donde se nos hace imposible recordar los golpes recibidos en los 365 días, luego de caernos tantas veces y rompernos la dentadura con el cordón de la vereda o esquivando caricias de las fuerzas de seguridad en cada manifestación por causas perdidas.

Algo sin embargo es cierto, el gobierno viene en picada en credibilidad: un 20% en diciembre lo señala como el peor mes de Macri, ésto según el índice de confianza en el gobierno ICG elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella[1], situación altamente conocida y circulante estas últimas semanas cuando los votantes de Cambiemos advirtieron la gran estafa.

Que ahora salieran a hablar los millonarios que manejan la economía, quienes tienen la mayor parte de su fortuna en el exterior, cuentas off shore como Caputo, además del negocio privado de las Lebacs y, Marcos Peña, jefe de gabinete haya sido designado por la revista Forbes como el Ceo del año, es más que una pesada broma gastada a la inocencia de la población.

Tampoco fue novedoso el bono de 500 mil pesos que le concedió la Sociedad Rural al ministro Etchevere, luego de haber dejado la presidencia de la entidad, aunque varios miembros de la misma no estuvieran de acuerdo por considerarlo poco ético. Sin embargo, la Oficina Anticorrupción dio vía libre argumentando que ese dinero corresponde a sueldos adeudados por lo que no veía ningún inconveniente.

Una mancha más que le hace al tigre, en un escenario en donde el hombre fuerte del Grupo Clarín, Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre, dueño del centenario diario La Nación fueron sido sobreseídos por la Suprema Corte por la causa de Papel Prensa, apropiada durante la última dictadura.

Eso no es delito, delito es manifestarse en las calles, mucho más defenderse de la represión, aunque haya habido infiltrados de las fuerzas de seguridad entre los violentos. Pero bueno, hablábamos del “reino del revés” y como corresponde a la fábula los protagonistas han mudado sus roles, transformándose en una tragedia demasiado burda como para que perdure mucho tiempo más.

Lo cierto y seguro es que el 2018 nos encontrará a los argentinos renovando la fe y la esperanza, cantando con la recordada y nunca más necesaria María Elena Whalsh: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal, porque me mató tan mal y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra, después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra”.




[1] Página 12, 28 de diciembre de 2017.

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