sábado, 17 de abril de 2021

Argentina: Mientras tanto

 Mientras tanto avanza la segunda ola de la pandemia y el agotado personal de la salud se ve sobrecargado entre atender terapias intensivas, hisopados y vacunas a una población hastiada de encierro, recomendaciones y hostigamiento de los medios, los amos del poder real se frotan las manos entusiasmados con las ganancias obtenidas que multiplicarán en el futuro inmediato con el nuevo reacomodamiento.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América

Desde Mendoza, Argentina


Mientras tanto la congoja de la comunidad trata de disolverse, dado que cada uno de sus miembros ha perdido un familiar o un amigo en este período virulento, la ambición no deja de azotar en sus diversas manifestaciones, subas de precios de los alimentos básicos, medicamentos, tarifas y transportes a pesar de los límites que intenta poner el gobierno. Imposible de atenuar y contener los niveles de pobreza que a pesar de los planes, siguen subiendo en los conglomerados urbanos del país. Cosa que no preocupa a los poderosos de siempre, esa elite empresaria, judicial, dirigente y rentista que mira desde arriba como la plebe anda a los tumbos pasando el mal trago. Si bien la democracia articula el conflicto de intereses, la imposibilidad de salir a manifestar a cielo abierto, les permite planificar sus negocios que, en un país rico en recursos y de grandes extensiones, siempre sorprende.

 

A fines de abril vencen las concesiones de la hidrovía Uruguay Paraná de la denominada Cuenca del Plata y que conforma un corredor fluvial de más de 3.400 kilómetros de largo y un área de tres millones de kilómetros cuadrados, la segunda después de la cuenca amazónica. Sus bondades como el acuífero guaraní como reserva de agua dulce son mundialmente conocidas, como también que de ella participan Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Brasil. Dentro de Argentina, los ríos que la integran bañan las riberas de las provincias de Misiones, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires y por sus puertos salen cereales, soja, productos industriales y carnes.

 

Desde la llegada de Juan Díaz de Solís hace más de 500 años fue el acceso obligado hacia Asunción del Paraguay durante la Colonia, luego un botín preciado entre ingleses y portugueses, cuando no franceses. El bloqueo anglo-francés que impulsaba a esas potencias a controlar los ríos, llevó a la Confederación Argentina a cargo de Juan Manuel de Rosas a enfrentarlas, siendo derrotadas en el combate de la Vuelta de Obligado el 20 de noviembre de 1845, día en que actualmente se celebra el Día de la Soberanía. Dicha acción de Rosas, le valió el reconocimiento del General San Martín, quien le hizo depositario de su sable corbo.

 

En la actualidad conserva idéntica relevancia, por ahí salen las mayores exportaciones del país cuyo control es fundamental para los recursos financieros del gobierno. La permeabilidad de nuestras fronteras es reconocida, las grandes empresas subfacturan y burlan la recaudación tributaria. La impunidad del guante blanco opera como en todo el mundo.

 

En la concesión intervienen empresas nacionales e internacionales de capitales belgas, holandeses y chinos, siendo éstos los que imponen un giro geopolítico en la inversión. China va desplazando a Brasil como destino de las exportaciones, siendo que nuestro vecino era el principal socio comercial, seguido por EEUU y luego el gigante asiático.

 

Paralelamente, desde fines del año pasado se viene discutiendo la posibilidad de la instalación de megagranjas porcinas para la producción de carne de cerdo con destino a China. La cancillería sostiene que deben ser granjas inteligentes, para 10 mil madres, cantidad demasiado grande para las empresas locales. Además está el impacto al medio ambiente que estos proyectos involucran, ya comprometido con el crecimiento de los campos sojeros. 

   

En el otro extremo, diversos organismos públicos como representantes del Ministerio de Desarrollo Social; la Secretaría de Agricultura Familiar Campesina, Indígena; el Instituto Nacional de Tecnología Industrial INTI; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA; el Instituto Nacional de Semillas SENASE; el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Alimentaria SENASA; el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca; representantes del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social INAES, e integrantes del Consejo Federal de las Mesas del Asociativismo y la Economía Social, han presentado enero la Propuesta Hacia la Soberanía Alimentaria. Esta busca crear una red de producción, comercialización y consumo con criterios de sustentabilidad social y ambiental a partir de organizaciones solidarias. Una propuesta de largo aliento de las organizaciones de base desarrolladas en todo el territorio nacional, sustentadas en el esfuerzo mutuo y solidario de la comunidad. Cabe destacar que esta propuesta es un esfuerzo democrático en gran escala que demuestra el grado de desarrollo de una sociedad y sus ciudadanos en acercarse a una distribución de la riqueza más equitativa aprovechando los organismos estatales específicos que apoyan las diversas actividades dentro del país. Habida cuenta que tanto el cooperativismo como el mutualismo son organizaciones híbridas dentro del mercado y que cuentan con herramientas jurídicas para la defensa de los intereses de sus miembros, como también requieren de un constante esfuerzo educativo para sustentar su dinámica. Nada fácil, con resistencias a superar entre los propios beneficiarios.

 

Mientras tanto la inflación no cesa de crecer, un 7,1% en los dos primeros meses que hace dudar la proyección anual presupuestaria fijada en un 29% para el presente ejercicio, en donde los alimentos llevan la mayor proporción y socavan el bolsillo de los más necesitados. Porque junto con los valores inflacionarios, el INDEC ha detectado un 42% de pobreza en un universo cercano a los 46 millones de habitantes. Situación que no deja de presionar al gobierno que, ante el Tsunami que ha significado la violencia de esta segunda ola de pandemia, intenta promover el desarrollo de actividades sin volver a fojas cero, conforme avancen los acontecimientos.

 

Mientras tanto, la cúpula del poder real observa como buitres que sobrevuelan sus futuras presas. Esperan indolentes como siempre lo han hecho, aguardando también los acontecimientos sin que se les mueva un pelo.

 

No es novedad, siempre ha sido así. Mientras mucha gente lucha por su salud en hospitales, otros dejan la vida por salvar vidas e intentar inmunizar a mayor parte de la población para disminuir los efectos del flagelo y el gobierno negocia más dosis con los laboratorios que monopolizan la vacuna, una escoria que sobrenada la superficie de tanto dolor y sacrificio, disfruta de su vida de privilegios como si nada estuviera pasando en el mundo.

 

Al momento de cerrar esta columna y como una alerta roja, el presidente Alberto Fernández se dirigió al país para anunciar las medidas adoptadas a partir de este viernes 16 de abril por el crecimiento de la ola de contagios, sobretodo en el AMBA y la CABA: restricción de circulación nocturna entre las 20,00 y las 6,00 horas (sólo pueden hacerlo quienes tienen autorización); quedan suspendidas las actividades recreativas, sociales, deportivas, culturales y religiosas en lugares cerrados; las actividades comerciales abrirán de  9,00 a 19,00 horas; las actividades gastronómicas funcionarán con modalidad de entrega a domicilio a partir de las 19,00 horas; las fuerzas federales serán las encargadas de controlar el cumplimiento de las medidas. También las clases presenciales fueron suspendidas desde el 19 al 30 de abril en esa jurisdicción. Hecho que fue inmediatamente criticado por autoridades de la CABA, dirigentes de la oposición de Juntos por el Cambio, el periodismo hegemónico y la población de los barrios de clase media y alta de la ciudad porteña que se expresaron a cacerolazos como es costumbre. Por si fuera poco y como si su gestión fuera exitosa en la pandemia, mucho más en esta desbordada segunda ola, el presidente Bolsonaro tuitió: “El Ejército Argentino en las calles para mantener al pueblo en casa. Toque de queda entre las 20 horas y las 6,00 horas. Buenos días.”[1]    



[1] Infobae, 15 de abril de 2021.

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