sábado, 10 de octubre de 2020

Saber que estamos perdiendo, porque estamos perdidos: el calentamiento global (I)

 Esta serie de ensayos pretenden solamente destacar y sintetizar -lo más sencillamente posible- algunas de las evidencias científicas en las últimas décadas sobre la crisis ambiental.  Esta primera parte abordamos el calentamiento global. 

Tony Brun  / Especial para Con Nuestra América

Desde Washington, Estados Unidos


“Los grandes cambios no se perciben hasta que estos suceden”.

(Dr. James Hansen)


Introducción

La vida en el planeta Tierra está acabándose velozmente. A esta era geológica científicamente se la denomina Antropoceno.  Esto significa una era geológica afectada globalmente por la actividad humana. En otras palabras: que el ser humano es causante de la sexta extinción masiva y planetaria de la vida. El ser humano ha alterado gravemente  - quizás, ya sin tiempo de recuperación - los fundamentos biogeoquímicos del planeta.  

 

La información científica es abundante y altamente compleja, lo cual, la aleja del ciudadano común. Entonces es comprensible la indiferencia de ese ciudadano común a las evidencias que aporta la ciencia. Pero también es peligrosa.  El desconocimiento lleva también a decisiones personales y colectivas - sean estas sociales, políticas y económicas - que no hacen más que agravar la situación del planeta. a

 

Esta serie de ensayos pretenden solamente destacar y sintetizar - lo más sencillamente posible - algunas de las evidencias científicas en las últimas décadas sobre la crisis ambiental.  Esta primera parte abordamos el calentamiento global. 

 

I.              Las fronteras del planeta Tierra

 

Desde que el ser humano pudo viajar al espacio, fuimos adquiriendo un sentido más unificado e indivisible entre la Humanidad y la Tierra. Como bien lo expresa el preámbulo de la Carta de la Tierra: somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común”. Y también, que la especie humana habita junto a otras especies, en una única casa común: el planeta Tierra. 

 

Los primeros astronautas que viajaron hacia fuera de la Tierra, expresaron a su modo esa experiencia, dejándonos lo que conocemos hasta hoy como “el efecto de la visión de arriba” (Overview Effect). En un libro con el mismo nombre, el autor Frank White, mediante entrevistas recogió emotivos y sabios testimonios de los astronautas.1  Uno de estos, Eugene Cernan dijo: “Desde allá arriba no son perceptibles las barreras del color de la piel, de la religión y de la política que aquí abajo dividen al mundo”.  Y otro, Salman al-Saud, comentaba: “El primero y el segundo día, señalábamos hacia nuestro país, el tercero y cuarto hacia nuestro continente, después del quinto día solamente teníamos conciencia de la Tierra como un todo”. 

 

Por una parte, esta “visión desde arriba” empequeñece hasta hacer desaparecer las fronteras que todavía nos dividen y dilaceran como familia humana. Estas son fronteras convencionales y erróneas etiquetas del ego humano que pueden y deben ser superadas.  

 

Por otra parte, esa misma “visión desde arriba” evidencia la Tierra como un sistema finito, cerrado, con límites o fronteras. Entre esas fronteras del planeta emergió y se desarrolló el misterio de la vida.  No cuidar y transgredir estas fronteras, pone en grave peligro la vida misma.

 

La vida se sostiene y propaga en un frágil equilibrio dentro de limitadas fronteras del planeta (Planetary boundaries). ¿Qué es una frontera o límite planetario?  Es una concepción científica propuesta por científicos para discutir sobre el funcionamiento y la resiliencia del sistema planetario. Un límite planetario indica un ámbito de actividad seguro para la vida y establece la capacidad de resiliencia de la biosfera para recuperarse de las perturbaciones ocasionados principalmente por las actividades humanas, y por eso, regresar a un estado estable.2

 

Hay nueve fronteras que sostienen y propagan el frágil equilibrio de la vida planetaria. La acción antropogénica ha provocado que se sobrepasen cuatro de estos límites planetarios: cambio climático, integridad de la biosfera, flujos biogeoquímicos del fósforo y del nitrógeno. Los dos primeros son reconocidos científicamente como "límites fundamentales"  y están gravemente degradados.  

 


Si a la acelerada extinción de la biodiversidad se suma el aumento de la temperatura global (cambio climático) un colapso inimaginable podría ser el destino seguro de nuestra civilización. 

 

Los círculos concéntricos y colores de “Figura a” permiten observar que:

 

a)    Hay una zona segura reconocida como “dentro de los límites seguros”. Esto se localiza dentro del círculo y colores verdes. Es la zona de sostenibilidad para los ecosistemas del planeta. 

b)    Traspasando el círculo verde, nos encontramos con una “zona de incertidumbre” (color naranja) en la cual se sabe que aumenta el deterioro a la sostenibilidad de la vida. Es una zona de riego. 

c)     Sobrepasando el círculo rojo, nos encontraríamos en un estadio de incerteza respecto a la sostenibilidad.  Por lo tanto se trata de una zona proclive a graves fenómenos geológicos globales, probablemente irreversibles. 

d)    Los científicos que elaboraron este marco de investigación, advierten la existencia de dos sistemas  que tienen, por sí mismos, la capacidad de mover todo el ecosistema planetario a un nuevo estado. Estos sistemas son, la integridad de la biosfera (biodiversidad) y el cambio climático. Ambos regulan la magnitud y el flujo de energía y materiales de toda la biosfera y su respuesta ante cambios abruptos. Actualmente, ambos sistemas se encuentran fuera de los límites de operatividad segura.3

 

II.            El calentamiento global 

 

En el Acuerdo de París (2015), casi la totalidad de países del mundo se comprometieron a esforzarse para no alcanzar los 2⁰ Celsius en el aumento de la temperatura.  Pero según las mediciones del calentamiento global en los últimos cuatro años, la temperatura no ha parado de aumentar. Los tres primeros meses de este año 2020, han tenido temperaturas globales muy por encima de lo normal.4  

 

El siguiente gráfico (abril 2020), muestra los grados de calentamiento en diversas regiones del planeta. Llama la atención algo nunca sucedido hasta ahora, la Siberia de Rusia - aledaña al polo Norte - registró temperaturas cercanas a los 40⁰ Celsius. 

 

 

Los últimos 20 años han sido los más calientes en la historia de la Humanidad. Este dato científico medido y comprobado rigurosamente, confirmaría dos tesis:

 

a)    La elevación de las temperaturas globales es fundamentalmente antropogénica, es decir, causadas por el ser humano.

b)    El calentamiento global se estaría acelerando. 

 

Ya no hay dudas en cuanto a esto. Aquellos que discrepan de estos hechos, carecen de argumentos convincentes o científicos para sostener tales discrepancias. 

 

Es un espejismo pensar que la pandemia que nos azota ayuda al enfriamiento del planeta.  Como afirmó el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas: "La OMM ha recalcado en repetidas ocasiones que la ralentización industrial y económica causada por la COVID-19 no sustituye una acción climática continuada y coordinada. El período de persistencia del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es extremadamente prolongado y, a raíz de ello, no se espera que la reducción en las emisiones de este año suponga una disminución de las concentraciones atmosféricas de CO2 que impulsan la subida de la temperatura mundial".6

 

Contra el calentamiento global, no hay vacuna. Lo peor podría estar acelerándose. ¿Y qué es lo peor? Entrar en un calentamiento creciente y por consecuencia, en un colapso irreversible. En este escenario ya no habría civilización ni sociedades humanas. En ausencias de políticas globales que detengan la tendencia del actual desequilibrio energético provocado por las emisiones de gases, la temperatura global alcanzaría - hacia el último cuarto de siglo -  los 4.1⁰ - 4.8⁰ Celsius.    Actualmente la temperatura global se ubica en torno a 1.2⁰ Celsius.  Probablemente así continuarían en los próximos cinco años.[1]   Es tan sólo una probabilidad esperada. Pero, hipótesis de base (baseline scenarios) estiman que un calentamiento medio global de 1.5⁰ será inevitablemente alcanzado entre 2025 y 2030.   La meta de limitar el calentamiento global en 1.5⁰  acordada en el Acuerdo de París, ya está por seguro fuera de todo alcance. Esto es un consenso científico. A medida que las emisiones continuas del CO2 ascienden a la atmósfera, se confirma también que el mundo se dirige a un alza extrema de los niveles de los mares y a otros efectos devastadores del cambio climático. 

 

“Es probable que la temperatura media mundial anual esté por lo menos 1.2° centígrado en cada uno de los próximos cinco años (2020-2024), y las probabilidades de que, por lo menos un año, supere ese valor de referencia en más de 1.5° son del 20 %, según nuevas predicciones climáticas emitidas por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

 

·       La probabilidad de que, durante los próximos cinco años, haya uno o varios meses con una temperatura por lo menos 1.5° Celsius por encima de los niveles preindustriales es alrededor del 70 %. 

·       Hay una probabilidad del 20 % de que la temperatura de uno de los próximos cinco años supere en por lo menos 1.5° Celsius los niveles preindustriales, y esa probabilidad se va incrementando con el paso del tiempo.”7

 

III.         El peligroso sentido común

 

Nos parece oportuno referirnos al sentido común de la gente. La población global, su activismo constante y su nivel de conciencia socioambiental, sería la única posibilidad para intentar cambios. Desafortunadamente  ese movimiento social y esa conciencia ambiental, aún está muy lejos de ser global.  El sentido común o también llamado sabiduría popular, se ajusta muchas veces a los avances de las ciencias. Sin embargo, el sentido común también suele ser poco o nada científico y por eso, propenso al engaño de adherirse a la falsedad de los mitos.8  

 

Juntamente con el negacionismo, el descreimiento y aún la indiferencia al respecto del cambio climático, opera también el sentido común de la gente conduciéndoles a una resignada pasividad. La mayoría de la población sufre las consecuencias del cambio climático.  Mientras tanto, todavía confía que los gobernantes políticos o las ciencias y tecnologías, o los dioses, evitarán la catástrofe ambiental. 

 

Pero las evidencias muestran que deterioro antropogénico del planeta se acelera velozmente hacia una zona desde la cual ya no habría retorno.   Mientras escribo estas palabras recibo informaciones alarmantes respecto a los incendios forestales en la Siberia, por segundo año consecutivo.  Tales incendios están liberando toneladas de CO2 al mismo tiempo que las altas temperaturas derriten grandes casquetes de hielo en el polo Ártico.9  

   

De hecho, el calentamiento global ya es inevitable y persistirá, aun si parásemos este año todas las emisiones de gases que calientan la atmósfera. 

 

¿Por qué? Persistirá por décadas debido a la permanencia del carbono y otros gases - tiempo que varía entre meses, cientos o miles de años - ya lanzados en décadas pasadas y que están provocando el desequilibrio energético. 

 

¿Qué es este desequilibrio energético?  Es el impacto y desbalance en la atmósfera del planeta causado por el carbono (CO2) y otros gases lanzados por los humanos. Todo el CO2 adicional causa que la Tierra acumule energía del Sol más rápido de lo que la irradia. En otras palabras: mucho más energía se está acumulando de la que está saliendo. Este calentamiento ya es inevitable.10  ¡Ese desequilibrio energético es enorme!  Quizás cerca de 20 veces más grande que la tasa de energía usada por la toda la Humanidad. Es equivalente a explotar 400 mil bombas de Hiroshima por día durante 365 días por año. Esto es lo que la Tierra está “ganando” en acumulación por día.  Estas palabras sintetizan las investigaciones y motivaciones activistas del científico exdirector de la NASA, Dr. James Hansen.1

 

El siguiente gráfico ilustra ese desequilibrio energético ya provocado en la atmósfera y por el cual persistirá el calentamiento de la Tierra.   

 


Mucha más energía se está acumulando de la que está saliendo.

 

Cuando hablamos del aumento de los grados que calientan el planeta, estos valores de referencia parecen cifras insignificantes. Y justamente por este aparente razonamiento lógico, el sentido común inmoviliza a la población distanciada e indiferente del conocimiento científico. Es necesario explicar lo más sencillamente posible esas cifras de calentamiento que parecen ser insignificantes. 

 

Primero, el sistema Tierra es altamente sensible a las variables de temperatura, en particular las provocadas por el dióxido de carbono.  

 

Segundo, ¿qué significa en el sistema Tierra un aumento de apenas 1 o 2 Celsius? ¿No es esta una medida irrisoria cuando se compara con las temperaturas dentro de la “amplitud térmica” o sea, la máxima y la mínima durante un día?  

 

Respondiendo de modo simple, podemos recurrir a una didáctica analogía con el cuerpo humano. También el sistema del cuerpo humano tiene delicadas formas regulatorias de la temperatura.  La temperatura media del cuerpo humano adulto, oscila entre 36 y 37 Celsius.  Disminuyendo a 35⁰ indicaría alguna patología. Subiendo hacia 38⁰ ya es fiebre. Y llegando a 39⁰ o 41⁰ es fiebre alta o muy alta.  Esta analogía entre el sistema Tierra y el cuerpo humano quizás contribuya a para la comprensión del ciudadano común en cuanto que “el planeta Tierra está con fiebre”. Un aumento de 1⁰ Celsius puede conducir a desenlaces graves en la salud del planeta.  

 

El uso de esta analogía con referencia al calentamiento global, también nos recuerda la importancia de la información y sobre todo de la educación para transformar la conciencia y la conducta.  Acompasar el sentido común al conocimiento científico respecto al estado del planeta - nuestra Casa común - es urgente.  

 

Aunque todavía muy lentamente, la gente va comprendiendo. Pues a medida que las alteraciones extremas del tiempo se vuelven cada vez más habituales, la gente se está dando cuenta de que no necesitan que los científicos les digan que el clima está cambiando, ya que lo están experimentando en primera persona. Y esta experiencia en primera persona constituye los primeros pasos del conocimiento y la acción transformadora.  

 

Conclusión

 

Si has llegado hasta aquí, ahora tú también lo sabes. ¿Qué harás? ¿Qué haremos? Aunque no hablemos más de ello, el cambio climático sigue ocurriendo. 

 

Un estudio realizado en la Universidad de California en Davis dirigido por Frances Moore, profesora de ciencias ambientales mostró que - en promedio - las personas construyen su idea de lo que consideran un clima normal, basándose en lo que ha ocurrido entre los últimos dos a ocho años. La profesora Moore y su equipo sostienen que tenemos una memoria muy corta de lo que consideramos un clima “normal”.   La profesora Moore advertía: “El cambio climático mundial está produciendo condiciones climáticas cada vez más inusuales…En un sentido absoluto, estas condiciones cambiantes constituyen evidencia directa del cambio climático antropogénico. Sin embargo, la evaluación humana del clima como normal o anormal, también se verá influenciada por una serie de factores incluyendo expectativas, limitaciones de memoria, y sesgos cognitivos”.

 

La investigación analizó más de 2.000 millones de tuits entre 2014 y 2016, en los cuales la gente comentaba acerca del clima, como temperaturas inusuales, invierno caluroso o extremamente frío, etc.  Y aunque los mismos eventos se presentaban cada año, la gente comentaba cada vez menos.1[2]

 

En otras palabras: en períodos relativamente cortos comenzaban a normalizar esos eventos climáticos. Y esto sería justamente un peligro del sentido común del cual hablamos: normalizar rápidamente aquellas condiciones que no deberíamos normalizar.1[3]   Aunque persista el malestar, en general la gente se acostumbra a los cambios del clima, y así deja de prestarles atención y no reacciona. O cuando comienza a reaccionar, podría ser demasiado tarde.  Esto es lo que ocurre en la metáfora sobre “el síndrome de la rana hervida”.1[4]

 

Si ponemos una rana en una olla de agua hirviendo, inmediatamente la rana saltaría. Pero si el agua está fría y la vamos calentando muy lentamente, la rana al mismo tiempo, irá ajustando su temperatura a la del agua de forma gradual. El aumento de la temperatura es gradual y progresivo. Justo cuando el agua está entrando en su punto de ebullición, la rana ya no puede ajustar más su temperatura, percibe el peligro e intenta saltar, pero desafortunadamente ya no tendrá suficiente energía y… morirá hervida.

 

Notas

a Por ejemplo, las simples decisiones de electores que llevan individuos como Donald Trump (USA), Jair Bolsonaro (Brasil), Vladimir Putin (Rusia) y otros más a la presidencia de países globalmente influyentes, tiene directas y negativas consecuencias en la ya grave situación actual.

 

Citas bibliográficas

 

[1] Frank White: The Overview Effect: Space Exploration and Human Evolution (Library of Flight: 2014) 3a. edición.

2 Will Steffen et al: Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet (Science, Vol. 347 13 February 2015). El concepto “límites planetarios” fue introducido durante 2009. Posteriormente en 2015 nuevas investigaciones científicas fueron actualizando tal concepto.    Ver https://science.sciencemag.org/content/347/6223/1259855

3 Relacionado a estas dos sistemas, ya en 2015 también el desequilibrio acumulativo de nitrógeno y fósforo (ciclo biogeoquímico) en la biosfera fue traspasado. Ambos ciclos son fundamentales para el agua y entonces, para la producción de comida también.  Por otra parte, el nitrógeno incide fuertemente en el ciclo del carbono (CO2), siendo este un componente desencadenador del calentamiento global.

https://www.ncdc.noaa.gov/sotc/global/202003   y   https://www.climate.gov/news-features/featured-images/april-2020-another-month-%E2%80%99s-second-warmest-record

5 “Nuevas predicciones climáticas de las temperaturas mundiales de los próximos cinco años”. 

https://public.wmo.int/es/medios-de-comunicaci%C3%B3n

6https://climateactiontracker.org/global/cat-thermometer/

7Ibid, OMM   https://public.wmo.int/es/medios-de-comunicaci%C3%B3n   Datos publicados durante el año 2019.

8 https://ciperchile.cl/2019/09/23/cinco-falsos-mitos-sobre-el-cambio-climatico/

9https://news.un.org/es/story/2020/07/1477891

10 “More warming is coming down the pipeline” (Más calentamiento está viniendo por el caño) Dr. James Hansen.  

11 Video: https://www.ted.com/talks/james_hansen_why_i_must_speak_out_about_climate_change/transcript?language=es

12 Rapidly declining remarkability of temperature anomalies may obscure public perception of climate change [La rápida disminución de la observación de las anomalías de temperatura, puede oscurecer la percepción pública del cambio climático]   https://www.pnas.org/content/116/11/4905

https://www.universityofcalifornia.edu/news/how-quickly-we-normalize-extreme-weather

13 Los griegos usaban la palabra “normosis” - un concepto de la filosofía y la medicina holística - que significaría “una patología de la normalidad”. Un conjunto de creencias, actitudes y comportamientos que tiende a normalizar socialmente condiciones que causan conflictos y sufrimientos. Pierre Well, Jean Yves Leloup, Roberto Crema: Normose. A patología da normalidade (Verus editora: Campinas, São Paulo , 2003)

14 Clerc, Olivier:  La rana que no sabía que estaba hervida... y otras lecciones de vida (Ediciones Maeva: España, 2008)

 

Fuentes de consulta

 

·       IPCC- 2019 Intergovernmental Panel on Climate Change: Calentamiento Global de 1.5 C. Resumen para responsables de políticas (www.ipcc.ch)

·       OMM – Organización Mundial de Meteorología: Declaración de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2019 

https://public.wmo.int/es )

·        CAT - Climate Action Tracker ( https://climateactiontracker.org/ )

·       PIK - Potsdam Institute for Climate Impact Research  ( https://www.pik-potsdam.de/ )

·       ONU – Noticias ONU  ( https://news.un.org/es/news/topic/climate-change )

·       NOAA – National Oceanic and Atmospheric Administration (US) ( https://www.noaa.gov/climate )

·       Márques, Luiz: Capitalismo e Colapso Ambiental (Editora Unicamp: São Paulo, 2018) 3ª. Edición 

·       Steffen, Will et al: Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet (Science: Vol. 347 -13 Feb. 2015)

https://science.sciencemag.org/content/347/6223/1259855 )

 

Washington DC, Estados Unidos.



 

 

 

 

     

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