sábado, 12 de marzo de 2022

Otra mirada sobre la guerra y sus miserias

 El horror de la guerra, madre de miserias, deja infinitas secuelas imposibles de observar, aunque se intenten infinitas miradas.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina


No saciados con los estragos de la pandemia, estudiosos del mundo vienen advirtiendo sobre la perversa complicidad de los poderosos de Occidente en el armado de esta guerra en suelo ucraniano. Para ello cuentan con la usina mediática que no para de forzar a una opinión pública atemorizada por la pedagogía del miedo y la mentira que practican de la noche a la mañana. Con la población en vilo, la experiencia prevé una escalada de miserias que se desencadenarán, sobre todo, en la inmensa humanidad miserable víctima de un sistema capitalismo cada vez más perverso.

 

Todo resulta tan desquiciado que siempre se puede aportar otra mirada sobre el flagelo la guerra y sus consabidas consecuencias, desde las orillas del efecto mariposa y la teoría del caos desarrollada por Alfred Lawrenz aplicada a los hechos sociales impredecibles como el comportamiento del cuerpo y la conducta humanos. 

 

De allí lo escrito por el aristócrata francés Alfred de Vigny, nacido en épocas de la famosa revolución en Servidumbre y grandeza militar, luego de años de desempeño y desencanto militar para recluirse finalmente en la poesía: “No es verdad que la guerra sea una orden divina; no es verdad que la tierra esté sedienta de sangre. Dios anatematizó la guerra y son los hombres quienes la emprenden y quienes la mantienen en secreto horror.”

 

Cuando estudiaba en los años setenta (época de dictaduras en Sudamérica), en la licenciatura en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, estaba incluida la materia Geopolítica, seguramente impuesta por algunos oficiales del ejército que estaban en la carrera. Allí se enseñaba los fundamentos de la materia, los efectos de la geografía humana y física sobre la política, expresamente en las relaciones internacionales, entre cuyos fundadores se cuentan: F. Ratzel (1844-1904), H. Mackinder (1861-1947), R. Kjellen (1864-1922) y Karl Haushofer (1869-1946). El primero desarrolló el concepto “espacio vital” para explicar el vínculo territorio-nación. Mackinder, en 1904 ideó una teoría generalista sobre el pasado, presente y futuro del poder mundial, llamada teoría del heartland o del corazón continental, Kjellen profundizó la perspectiva naturalista conjugando territorio, raza, un modelo autárquico por fuera del sistema internacional y Haushofer en 1934 aportó profundizar el concepto geopolítico y de su uso para la acción política; lo asoció al lebensraum que es la expansión de los pueblos germánicos, al año de haber ascendido Adolfo Hitler al poder. En su conferencia “El pivote geográfico de la Historia” de 1904, Mackinder, exponía que, históricamente, quien controlaba la zona de Asia central-Rusia central-Siberia tenía bastantes probabilidades de controlar tanto el resto de Asia como el resto de Europa y obtener así una posición privilegiada de cara al dominio mundial. Hasta el siglo XV la caballería había posibilitado la expansión de los ejércitos por tierra, pero a partir de la invención del tren, el ferrocarril era el medio más eficaz para el transporte masivo de tropas y armamento. 

 

Como siempre hubo un desprecio y desconocimiento de Rusia por parte de los europeos. Inglaterra, Francia y Alemania, intentaron invadir sus extensos territorios en los siglos XIX y XX. Napoleón y Hitler incurrieron en los mismos errores.

 

La Grande Armeé de Napoleón Bonaparte con casi 700 mil hombres invade Moscú. El General Mijáil Kutúzov, advirtiendo la descomunal superioridad francesa, quemó y al replegarse, dejó a los franceses sin suministros ni municiones, hambreados y enfermos, en el peor invierno de sus vidas, continuamente hostigados por los rusos.

 

Victorioso y envalentonado, en 1941 Adolfo Hitler intentó imponer la superioridad germana sobre los rusos a través de la Operación Barbarroja, creyendo que en cuatro meses lograba su objetivo. Más de cuatro millones de soldados y 3.200 tanques alemanes quedaron reducidos a un tercio por el Ejército Rojo.

 

En los últimos tiempos se ha relacionado este poder del heartland con el ascenso vertiginoso de China, como modelo de política exterior o económica, por lo que encaja la proyección del auge chino con las predicciones del geógrafo inglés Mackinley.

 

Actualmente, idéntica actitud de desprecio e ignorancia adoptaron los gobiernos miembros de la OTAN, intentando ocultar su apetencia por los recursos de Ucrania.

 

Ucrania dedica a la agricultura el 70% de su superficie total estimada en 60 millones de hectáreas, produciendo trigo, maíz, soja y colza, junto con animales de corral, frutas y verduras. Además, es el séptimo productor de hierro mundial, sexto lugar en extracción de titanio y el segundo mayor productor en la extracción de galio, utilizado en la producción de semiconductores. Muy tentador, desde luego.

 

Siguiendo con el desquicio, en mi juventud comencé a leer asiduamente a Ernesto Sábato, sus novelas y ensayos me exigían estar con el diccionario en la mano. Mi ignorancia era inversamente proporcional a su gran conocimiento. Pero a la vez debo confesar que me agobiaba su pesimismo por momentos tenebroso, sobre todo por sus negras obsesiones.

 

Es de acotar que, Ernesto Sábato, autor de El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abadón el exterminador, sus principales novelas, también presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas CONADEP en la recuperada democracia, antes de dedicarse a la literatura y la pintura, se doctora en física y cursa filosofía en la universidad de La Plata y trabaja en radiaciones atómicas en el laboratorio Curie en París. Según sus palabras la ciencia era amoral porque “llevaría al mundo hacia el desastre”. 

 

En Abadón, él como personaje habla de, Schneider o Dr. Schneider –Sábato específica que así se lo presentaron, había llegado a Buenos Aires, después de la Segunda Guerra Mundial, lo que hacía más peligrosa la situación. Este personaje estaba vinculado a una logia secreta -Secta de la Mano Izquierda- a la que pertenecía el geógrafo Haushofer. “Haushofer pasó temporadas en el Asia, seguramente en contacto con sociedades secretas. Durante la guerra del 14 llamó por primera vez la atención con algunas predicciones que se cumplieron. Luego se dedicó a la geopolítica y al estudio de Schopenhauer e Ignacio de Loyola. Se sabe que por ese tiempo fundó una logia en Alemania, que introdujo el antiguo símbolo de la cruz gamada.

 

Sea como sea, es curioso y llama la atención que varios de los que durante el régimen nazi se agruparon en logias ocultistas, empezando por el propio Hitler,…”[1]

 

En la invasión a Rusia convergían diversos ideales de grandeza del nazismo expresados por el geógrafo que se vieron frustrados por la derrota.

 

Han pasado décadas y el entramado de oscuros intereses siguió permeando la superficie de las relaciones. Grandes negocios se están cerrando en estos momentos aciagos en que padece la población. Se avecinan días de miseria, escasez y precios elevadísimos para los bienes de primera necesidad sobre todo en los países pobres y emergentes.

 

Siendo productor de alimentos Argentina, de trigo, las harinas se ido a las nubes y junto con ello el precio del pan, situación compartida por otros países de la región, por no hablar de la periferia europea.

 

El horror de la guerra, madre de miserias, deja infinitas secuelas imposibles de observar, aunque se intenten infinitas miradas.



[1] Ernesto Sábato, Abadón, el exterminador, Parte 1, 1ra. Edición, Buenos Aires, Seix Barral, 2011, pág. 61 

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