Al otro día la oposición salió a repudiarlo, insistiendo en que no era democrático revelar datos personales privados. Salieron al cruce a señalar al gobierno de Cristina Fernández como “benefactor” e incluso pidieron la intervención de la Agencia de Acceso a la Información Pública para que investigue. ¿Ellos? cuyo jefe espió funcionarios propios y ajenos y hasta a su propia familia. Vaya… el top ten de la few news, ensartados por sus propios dardos. Avancemos con los periodistas estrella, esos rockstar que ganan millones.
Hijos de los dueños de los medios, los panqueperiodistas, corean lo que les indican sus patrones. Por ahí, cuando ven que la política cambia de rumbo, ellos se anticipan y cambian de vereda. A Jorgito Rial le fue bien todos estos años, hoy además de periodista chimentero, a partir de 2013, es un exitoso empresario textil, sus tiendas de Agustino están distribuidas en todo el país. Pero… según su propia confesión, es un periodista de raza; raza que muda según le convenga y cruce la vereda y se declare peronista de nacimiento. Sin embargo, le dio por ganada la elección de Mauricio Macri en noviembre de 2015 a las 18, 00 horas, cuando recién cerraban las escuelas, Su grito ¡Ganó Macri! aun me rompe los tímpanos, como a millones de argentinos memoriosos. Cómo no iba a gritar el triunfo de su amigo, según confiesa en su biografía.
De modo que, luego de ver los destrozos del ingeniero predador, el peor presidente de la historia argentina, peor que De de la Rúa[1], comenzó a sentir vergüenza de su conducta y volvió a la Radio 10 en 2021, con el programa Argenzuela, elaborando un editorial con el interrogante: ¿no entiendo por qué tenemos que buscar en otra tierra para tapar nuestra patria? Frente, claro, a la prédica hegemónica que difundía esa utopía Argenzuela, mezcla absurda de Argentina y la Venezuela de Nicolás Maduro. Luego pasó en julio de este año a C5N. Desde donde hizo la denuncia.
Jorge Rial, nació el 16 de octubre de 1961 en Belgrano, su infancia y adolescencia, “la viví, la disfruté y también la padecí en Munro. Mi patria. Hijo de clase media baja. Donde se tomaba gaseosa los fines de semana y las películas de estreno me las contaban los amigos que podían entrar al cine. Eso sí, nunca faltó una porción bien aceitosa de pizza de la Astral.”[2]
Lista de beneficiados, en primer lugar, aparece el ex futbolista Carlos Tévez, el Apache, actual entrenador de Rosario Central, quien recibió subsidios por un total de casi 3 millones de pesos; Carlitos – en el extremo del Diego – se negó al impuesto extraordinario a la riqueza. Sigue la familia Blaquier, $1.600.000, dueña de la empresa Ledesma, ingenios azucareros; Ernestina Herrera de Noble (fallecida), fundadora del Grupo Clarín, 1.385.000; la dama de los almuerzos, Mirtha Legrand y su hija Marcela Tinayre, $ 89.608 y $ 187.313 respectivamente; Julio Comparada (ex presidente del Club Independiente), $ 233.747; la actriz Araceli González, $ 335.124; Hilda Chiche González de Duhalde, el ex presidente, $ 474.008; el ex tenista, David Nalbandian, $ 74.369; el juez de la Suprema Corte, nombrado por DNU de Macri, Carlos Fernando Rosenkrantz, $ 48.256; el periodista y dirigente de Boca Juniors, Mario Pergolini, $ 188.448; el mega empresario, creador de Nordelta, Eduardo Constantini, $ 289.743; el ex futbolista, Fabián Cubero, $ 25.467; Franco Macri, hijo de Mauricio Macri, $ 60.830; el empresario, presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, $ 257.000; Cristian Lobo Ledesma, ex jugador, $ 216.918; el empresario del transporte, fundador de OCASA, Amadeo Francisco Juncadella, $ 756.068; Jorge Luis Magnasco, $ 123.425; Juan Carlos y Sebastián Bagó, dueños de Laboratorios Bagó, $ 1.000.000; Alberto Roemmers, fallecido, dueño de Laboratorios Roemmers, $ 203.026; Marcelo Rubén Figueiras, de Laboratorios Richmond, $ 203.842. Políticos y empresarios poderosos e impunes, capaces de pulverizar al soplón televisivo.
Sus fortunas como la mayoría de las grandes fortunas de todos los tiempos son producto de la explotación de multitudes esclavizadas, son chupasangre, gusanos devoradores. Gusanos que se ocuparon de armar y fomentar ese ingenioso y perverso concepto rioplatense denominado “grieta”, que difundieron por su usina mediática todos estos años. En esto nos asiste el psicólogo, especialista en el discurso político, Sebastián Plut: el problema llamado grieta consiste en saber cómo se lo produce, se lo piensa y se lo procesa, siguiendo en un artículo que analiza los trasfondos del neoliberalismo.
“Mauricio Macri asumió en 2015 haciendo gala de tres grandes objetivos: pobreza cero, combatir el narcotráfico y unir a los argentinos. Si bien nunca se ocupó de aclarar cómo pensaba hacer realidad esas intenciones, los resultados desmienten su arenga fundante: lejos de disminuirla, la pobreza aumentó; el combate contra el narcotráfico no parece haber ido mucho más allá de publicitar alguna detención en el terreno del menudeo. En cuanto a unir a los argentinos, es posible que la historia describa estos cuatro años como uno de los períodos en que mayor prevalencia tuvo el discurso del odio y la estigmatización.”[3]
Reactualizó el paradigma civilización y barbarie, como también, la revolución productiva y el salariazo que Menem tampoco cumplió.
Enemigos de la democracia y cualquier sistema de organización política o social en defensa de los intereses colectivos y populares, simulan, tuercen, engañan, se disfrazan como los virus actuales, para continuar devorando la plusvalía, con la que lograron su poder y fortuna.
El ex presidente de nada se hizo ni hace cargo, como tampoco el resto de sus socios del PRO en campaña, a los que el embajador de EEUU en Argentina, Marc Stanley desde el podio del Council de las Américas, que se realiza en el Hotel Alvear de Buenos Aires, entre empresarios del imperio y locales, exhortó a lo que deberían hacer hoy. “He oído a Horacio (Rodríguez Larreta) de que quería ser parte de una coalición en el próximo gobierno que salvara al país; yo les digo que el momento es hoy, que no esperen a las elecciones de 2023, sin importar la ideología o posición partidaria, una sus fuerzas ahora mismo, este es el momento”. Insistiendo varias veces: …”Me encantaría ver, que en el próximo encuentro con autoridades europeas, el gobierno de Estados Unidos pudiera decir, que junto a Argentina, estamos listos para venderles al mundo los alimentos que están demandando”. …”¿Tienen Vaca Muerta, tienen alimentos, tienen litio?, acá está el socio que necesitan para salir a ofrecerlo”.[4] Como viejo virrey ordenando a sus lacayos locales, no vaya a ser que se les dé por querer usarlos en su beneficio, como lo hizo Evo Morales con los recursos bolivianos. Stanley, al mejor estilo de Spruille Braden al apoyar abiertamente a la Unión Democrática contra la candidatura de Juan Domingo Perón en 1946.
Grietas hubo siempre en América Latina, en general, y en Argentina, en particular. Surgieron con los primeros gobiernos patrios: de un lado los patriotas, del otro los beneficiarios del añejo imperio español que no querían perder privilegios e hicieron lo posible para poner obstáculos a la declaración de la Independencia. Continuó con los dirigentes nacionalistas y los vendidos al imperialismo inglés, reemplazado a mediados del siglo pasado por los EEUU.
Los gusanos son los mismos, gordos, rechonchos, mutando, modernizando sus estrategias de engaño y sumisión, llamadas grieta, fake news, posverdad, etc.etc.etc.
[1] Encuesta de octubre de 2019, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica CELAG, Dirigido por el Dr. Alfredo Serrano Mancilla, cuyo Consejo Ejecutivo Argentina, incluye al Dr. Guillermo Oglietti.
[2] Jorge Rial, Yo, el peor de todos. Mi autobiografía, Ed. La Cornisa Producciones S.A., Bs. Aires, 2014. P. 33.
[3] Sebastián Plut, El fin de la grieta, cómo y por qué se originó el concepto, de qué manera superarlo. Página 12, 3 de octubre de 2019.
[4] Página 12, 19 de agosto de 2022.
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