Mientras la política estadounidense de aislamiento y hostilidad hacia el gobierno de la Habana es motivo de controversias a nivel internacional y gran atención en los medios noticiosos, el tema de Puerto Rico es un asunto ignorado por muchos y atendido por pocos. El panorama, sin embargo, parece haber comenzado a cambiar.
Mientras Nicaragua tomó la ofensiva proclamando que “falta Puerto Rico” de la cumbre hemisférica de Trinidad, Estados Unidos movió también su primera ficha y se anunció que a mediados de mayo comenzará en el Congreso el proceso para revisar la condición política boricua.
El anuncio sobre Puerto Rico, hecho en San Juan sin gran fanfarria, se parece al que se proclamó en días recientes en Washington con respecto a reducir algunas restricciones sobre Cuba –aunque el bloqueo continúa- y ambos parecen seguir el patrón de reducir tensiones previo al primer encuentro entre el presidente Barack Obama y una treintena de mandatarios del hemisferio.
Los dos anuncios se diferencian, sin embargo, en que mientras la política estadounidense de aislamiento y hostilidad hacia el gobierno de la Habana es motivo de controversias a nivel internacional y gran atención en los medios noticiosos, el tema de Puerto Rico es un asunto ignorado por muchos y atendido por pocos. El panorama, sin embargo, parece haber comenzado a cambiar.
“No es de las Américas, porque falta Cuba, falta Puerto Rico”, dijo el presidente Daniel Ortega, quien pareció hacerse eco de las palabras del general Antonio Valero de Bernabé, héroe puertorriqueño de las guerras de independencia que comandó el Libertador Simón Bolívar. Ortega hizo la declaración al llegar a Caracas para participar de la reunión extraordinaria del ALBA, al que asisten los presidentes de Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua y Venezuela, además de Ecuador y Paraguay como observadores.Su declaración coincide también con el llamado hecho por el Comité de Latinoamérica y el Caribe de la Internacional Socialista para que impulse la inclusión de Puerto Rico en el temario de la “Cumbre de las Américas” que sesiona esta semana en Trinidad.
De inmediato no hubo respuesta directa de Washington a las palabras de Ortega, pero el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi, dijo que aunque el caso de Puerto Rico no está en la agenda de la reunión hemisférica, cualquiera de los presidentes podría levantarlo y “si surge nuestro tema me voy a ocupar”. Pierluisi, quien forma parte de la delegación de congresistas que acompaña al Presidente Obama, anunció además que a mediados del próximo mes estará radicado en Washington el proyecto para convocar un proceso para dilucidar la situación política de Puerto Rico.
Las declaraciones de Pierluisi se produjeron luego de haber recibido orientación de parte de la Casa Blanca sobre lo que puede esperarse en Trinidad y cuando ni siquiera están claros los contornos del proyecto que se presentará en el Congreso para atender el caso de Puerto Rico. De hecho, se conoce que hay varias versiones del proyecto y que se intentará lograr un texto que permita un “consenso” entre EEUU y las fuerzas políticas puertorriqueñas.
Pierluisi tiene para eso la ventaja de que el Gobernador, Luis Fortuño, quien obtuvo en noviembre un triunfo electoral tan grande como no se veía en más de medio siglo, ha estado demostrando una gran habilidad para la maniobra y lograr negociaciones difíciles.
Pero lo delicado y volátil del asunto quedó demostrado con la detención por varias horas de las delegaciones puertorriqueñas que viajaron a Trinidad para participar en la IV Cumbre de los Pueblos, que sesiona a la vez que la reunión de los mandatarios. Del grupo fue deportado el conocido ambientalista Alberto de Jesús (Tito Kayak), quien a su llegada a San Juan fue detenido también durante cerca de tres horas por el Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security), según informó su abogado Salvador Tió.
Todo esto sucede en momentos en que esta nación caribeña y colonia estadounidense desde 1898 se enfrenta a una crisis económica galopante con la pérdida de 57,000 puestos de trabajo en poco más de tres meses, de acuerdo a las estadísticas oficiales. El panorama se complementa con una situación política interna cada vez más inestable en la que por un lado comienza a gestarse un choque entre sindicatos y el Gobierno mientras los dos partidos mayoritarios, el anexionista y gubernamental Partido Nuevo Progresista y el opositor autonomista Partido Popular Democrático, ensayan esta misma semana una convergencia para pedir mejor trato en los fondos y subsidios que envía Washington.
Como si eso no fuera suficiente, el pequeño aunque influyente Partido Independentista Puertorriqueño ya logró recoger sobre 100,000 endosos, con lo cual volvió a emerger como la tercera fuerza política y tendrá plena representación en la Comisión Estatal de Elecciones en cualquier proceso de votación que se convoque. De igual forma, las manifestaciones obreras han dado el espacio para que adquieran más fuerza formaciones de izquierda como el Frente Socialista, el Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Movimiento al Socialismo y el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.
Asimismo, los sindicatos de las centrales estadounidenses AFL-CIO y Change to Win terminaron esta semana marchando junto a los de confederaciones boricuas como PROSOL ante la amenaza común de que entren en vigor medidas de austeridad que se anticipa podrían dejar en la calle a 30,000 o 40,000 empleados del Estado. Hasta el presidente del PPD, Héctor Ferrer, estuvo presente en la manifestación junto con varios legisladores de su partido.
En un cuadro tal en estos días en San Juan, no está claro quiénes son aliados o adversarios, ni por cuánto tiempo.
El Departamento de la Defensa tampoco evita las controversias y esta semana se conoció que el Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva (ROTC) intentará –por segunda vez en menos de un mes- reanudar sus actividades en pleno Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, lo que anticipa tensión estudiantil. De hecho, aviones militares de gran tamaño han estado estos días en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín y se programó una exhibición de aviones de combate en lo que antes fue la Estación Naval de Roosevelt Roads.
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