Nuestro rumbo estratégico, el que debe trazar toda la nación puertorriqueña, aquí, allá o en la Luna, es rescatar para la nación puertorriqueña, de la que formamos parte, la plenitud de la libertad y el mayor grado de justicia social posible, para lo cual será necesario lograr la independencia de la patria y poder integrar a Puerto Rico al contorno del que forma parte, que es la gran confederación caribeña y latinoamericana.
Juan Mari Brás / CLARIDAD (Puerto Rico)
(Ilustración: "El grito de Lares", de Augusto Marín).
Germán Delgado Pasapera, el ilustre historiador añasqueño, patriota y revolucionario en su perspectiva de la historia, dejó, días antes de su temprana muerte, un libro seminal titulado Puerto Rico: sus luchas emancipadoras. El volumen contiene varios capítulos sobre El Grito de Lares y sus antecedentes y consecuencias en nuestro desarrollo histórico. En una ponencia suya en ocasión del 116 aniversario del acontecimiento, en 1984, y reproducido en CLARIDAD diez años después, en septiembre de 1994, Delgado Pasapera afirma lo siguiente:
“Queda claro que la gesta de Lares, que coloca a Puerto Rico en la categoría de una nación definida, no fue el resultado de una improvisación ni una simple explosión local de descontento, motivada exclusivamente por las dificultades que confrontaban en sus intereses económicos los productores de café.”
Tanto en la ponencia como en el libro citados, el autor hace una relación, con amplia documentación, de los hechos diversos desde principios del Siglo XIX que se sucedieron a favor de la plena libertad de nuestra patria, para arribar a la siguiente conclusión:“Decretado en 1867 el destierro del liderato de avanzada del país por el gobernador Marchesi, encabezaron la lista Betances y Ruiz Belvis. Para Betances ese fue su tercer y último exilio. Ya no vería más esta tierra por la que tanto luchó.”
“Comenzó entonces para los patriotas un duro peregrinaje. Antes que someterse a las condiciones del destierro impuestas por el gobierno prefirieron escapar del País rumbo a Santo Domingo. Pasaron luego a Saint Thomas y de allá a Nueva York, donde establecieron contacto con la Junta Revolucionaria de Cuba y Puerto Rico, organización revolucionaria independentista de la que era vice-presidente el doctor José Francisco Basora, su amigo y compañero desde sus días en Mayagüez.”
“Allí, en Nueva York, acordaron un plan de acción. Basora permanecería en Nueva York colaborando con la Junta; Ruiz Belvis embarcaría hacia Chile, donde esperaba encontrar ayuda —Chile había ayudado a la Junta— y Betances regresaría a Las Antillas para organizar la Revolución. De vuelta a Saint Thomas, donde fueron intensamente vigilados por la Policía a instancias del Gobernador de Puerto Rico, Betances volvía a Santo Domingo y Ruiz Belvis se dirigía a Chile, a donde llega muy enfermo y moría poco después de iniciar sus gestiones…”.
Sacudido por el golpe y por el vacío que dejaba la muerte de Ruiz Belvis, Betances lanza una proclama que es una afirmación de principios y un llamado a la lucha. Después de rendir un emocionado tributo al patriota ido, reafirmaba su fe de combatiente. ‘Los hombres pasan pero los principios quedan y triunfan’, escribía. Y el 6 de enero de 1868 funda en Santo Domingo el Comité Revolucionario de Puerto Rico, con Basora, el Padre Meriño, Mella, Carlos Lacroix y Mariano Ruiz Quiñones, hermano menor de Ruiz Belvis.” Leer más...
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