Irónicamente, Micheletti se convierte en una especie de prócer de la derecha, porque demuestra que se puede volver al pasado, que se puede reprimir indiscriminadamente y no pagar por ello. Los empresarios ven en el modelo Goriletti el ideal del personaje corrupto que pueden sobornar para obtener sus ventajas financieras. El dictadorcito hondureño, increíblemente, es lo mas emblemático de la derecha continental.
Ricardo Arturo Salgado / ALAINo pude evitar ver las “noticias” sobre las marchas anti chavistas de ayer 4 de septiembre. Los reportes que mas me llamaron la atención: a) la marcha mas numerosa, fuera de Colombia, se produjo en Honduras, donde una proclama en particular decía “...en este pequeño país si pudimos detener a Chávez...”; b) La otra que llamo la atención tuvo lugar en Managua, donde destacaba una pancarta “...si a la democracia, viva Micheletti”.
Esta claro que la incidencia o éxito de estas marchas es cuestionable. Aquí en Honduras disfrazaron militares de manifestantes, también obligaron a empleados de la Alcaldía de Tegucigalpa (por cierto despidieron a muchos empleados que se negaron a marchar); el mismo caso se dio con empleados de empresas privadas. Aun así no pudieron incorporar una masa importante. Por eso los disfrazan de blanco, para hacer las imágenes mas fáciles de editar.
Sin embargo, resulta evidente que la derecha esta sedienta de algún éxito en el continente. Un éxito mediático que le permita poner de ejemplo a sus cuadros alicaídos en toda la América Latina. Es obvio que no basta con las diatribas de Montaner o los Vargas Llosa; el triunfo electoral en Panamá tampoco llena ese vacio.
Irónicamente, Micheletti se convierte en una especie de prócer de la derecha, porque demuestra que se puede volver al pasado, que se puede reprimir indiscriminadamente y no pagar por ello. Los empresarios ven en el modelo Goriletti el ideal del personaje corrupto que pueden sobornar para obtener sus ventajas financieras. El dictadorcito hondureño, increíblemente, es lo mas emblemático de la derecha continental.
Ni siquiera la figura de Uribe ha podido llenar las expectativas de la derecha. ¿porqué? Pues porque Uribe tiene un defecto todavía, mal o bien, es producto del incondicional apoyo del imperio, y los procesos electorales que lleva adelante; (Ojo no confundir con la enorme peligrosidad que Uribe realmente representa para la paz de nuestra patria grande).
Este paroxismo que vive la ultraderecha continental, con la oscura presencia de este raro espécimen en Honduras, demuestra la naturaleza anti democrática de las derechas; así como sus objetivos ulteriores que siempre tienen que buscar formas para sacrificar los pueblos y sus recursos en nombre de la justicia, la paz y la democracia.
Ahora es importante notar que en Honduras el experimento de la derecha latinoamericana, con el apoyo incondicional de su par gringa, en complicidad con otros países que hacen el juego a una salida “favorable”, no es poca cosa. La capacidad de generar fondos para este régimen de toda esta secta cavernaria latinoamericana es el soporte más importante con la que el mismo cuenta. Los mismos Díaz Balart, la Ross-Lethinen y otros especímenes de Miami llevan adelante el lobby visible a favor del golpe.
Ahora bien la respuesta popular es increíblemente solida y firme en contra de esta estrategia. Las masas organizadas en los países del Alba rechazan claramente el mensaje y los actos de los golpistas hondureños y la “mitología” que se quiere formar alrededor de sus fechorías. Igual respuesta se encuentra en los pueblos suramericanos.
Al interior, la resistencia no solo crece, también se organiza en departamentos (provincias), municipios, aldeas, villas, barrios, en todas partes. En un proceso vertiginoso, el pueblo hondureño ha identificado sus enemigos internos con mucha facilidad. Mucha gente hoy entiende y defiende el liderazgo de dirigentes como Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa y Evo Morales
Así la iconografía de la derecha es enterrada de manera creciente en los campos de cultivo, en las fábricas, en los centros de estudio, en todas partes. Claro está que siempre quedan gentes que, por condición de clase o por enajenación, siguen teniendo posiciones al mas puro estilo macartiano (de McCarthy).
La derecha se equivoca en una sola cosa en referencia a esta caricatura de dictadura, mientras mas dure, mas altos los niveles de organización popular en Honduras, y mas intenso el rechazo de los pueblos latinoamericanos contra lo que este grupo representa. Cada día que pasa, las posibilidades de que el experimento Honduras se convierta en una “bola de nieve” entre sus vecinos y mas allá, se reducen por múltiples factores.
Parece que el esquema, para poder triunfar tenia un tiempo especifico. Ese tiempo se lo ha estado brindando generosamente el imperio a la dictadura para consolidarse, pero esta simplemente no ha podido. Ahora, hasta la misma prensa reaccionaria yanqui dice que al avanzar el tiempo se fortalece el movimiento popular y pierde la derecha (ver http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/09/04/AR2009090403633.html).
No parece que el gobierno de facto entienda las señales que le llegan de sus “fans” en el norte. No hay opción de quedarse, peor aun sin se quedan el movimiento popular crecerá inexorablemente, y la careta democracita de la derecha continental se cae. El balance parece ir en contra del plan original. Por eso es urgente hacer que el presidente Zelaya y los golpistas firmen la capitulación de San José
Ahora bien, el fracaso del ensayo hondureño, nos sirve como indicador de que la derecha se prepara para escalar la agresión contra los pueblos de América latina y está dispuesta a ir mas allá del campo mediático, considerando la vía violenta para “recuperar” los espacios que han perdido.
Por esta razón, la determinación de los miembros de UNASUR de convertir nuestro continente en una zona de paz debe ir mas allá del papel o la retórica. Debemos prepararnos para defender en la práctica las conquistas de todos nuestros pueblos. Las iniciativas de defensa común, y la vigilancia permanente sobre los ejércitos es una obligación que no podemos darnos el lujo de ignorar.
Lo importante no es cuan complejo es el escenario, lo importante es poseer un esquema claro de respuesta.
Hasta la victoria siempre
- Ricardo Arturo Salgado es investigador social hondureño
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