César Montes* / ALAI
(Fotografía: Comunidad de Guayabillas, Jocotán. Tomada de: Prensa Libre, Guatemala)
(Fotografía: Comunidad de Guayabillas, Jocotán. Tomada de: Prensa Libre, Guatemala)
Los condenados de mi tierra no son independientes ni 12 años después de los Acuerdos de Paz
Hace 188 años que se declaró la Independencia de Centroamérica y Chiapas.
Los que sembraron la tierra, los que edificaron grandes templos en Tikal y Zaculeu, los que hicieron los primeros canales de riego por gravedad, que hicieron predicciones astronómicas que incluyen hasta el 2012, que hicieron conventos y templos majestuosos en la Antigua, los que fabricaron el palacio de los Capitanes Generales, que abrieron el paso en el cañón de Palín en medio de las piedras, que hicieron a pico y pala todos los caminos del país, que fueron despojados de las tierras bajas y planas, reducidos a las montañas antes de 1871, que desde ese año fueron despojados de las altas montañas para sembrar el café, los que formaron el Batallón Canales, y varios otros batallones, unas veces conservadores y otras liberales; los que fueron a los pantanos para construir el ferrocarril de las Verapaces, muriendo de malaria muchos de ellos.
Los que rompieron el túnel de Zunil para que pasara el Ferrocarril de los Altos, que levantaron las cosechas de café en veredas de cabras cargando 125 libras por lo menos en cada saco, que levantaron cosechas de algodón envenenándose con los pesticidas, que cargaron por kilómetros banano con el lodo hasta las rodillas , que sirvieron las mesas de los Time Keepers de la Frutera en Tiquisate y Fincas Nuevas, los que sembraron y cosecharon cientos de caballerías de caña, que cuidaron las casas de los terratenientes.
Los mismos que poblaron las selvas de la Zona Reina y el Ixcán, las hicieron productivas para que después llegaran a despojarlos. Los que de 1952 a 1954 recibieron tierras en Jocotán y Camotán, en parcelas gracias al Decreto 900 de la reforma agraria y luego fueron asesinados por mercenarios de la “Liberación”. Los mismos que pusieron la mayoría de los 200 mil muertos durante los 36 años de enfrentamiento armado, los acarreados para las elecciones, los siempre engañados, estafados, despojados. Los condenados de mi tierra no son independientes ni 12 años después de los Acuerdos de Paz. Ellos que hicieron la lucha armada por la tierra, que la hicieron producir alimentos para que sus hijos no padecieran desnutrición. Generaron riqueza, con el sudor de su frente trabajando en el añil, algodón, café, caña de azúcar, palma africana y otros productos generadores de divisas para el desarrollo de la patria. Recibieron sólo un jornal, una mísera parte de la riqueza que generaron con su trabajo.
La tierra sola sin el trabajo humano no genera riqueza. Ni las fábricas sin el sudor de los obreros. Obreros y campesinos generaron riqueza con su trabajo físico. Recibieron en compensación el salario mínimo para garantizar que comieran y estuvieran listos para el trabajo del día siguiente. Ellos siguen sin ser independientes. Pero aun ni las clases dominantes hasta el día de hoy son independientes. Ni los que dieron el sudor de su frente ni los que les dieron empleo en las fincas o fábricas somos independientes. Es independiente un país que no necesita de caridad internacional para alimentar a sus ciudadanos. L a desnutrición y el hambre es problema de todos. No sólo de los que la padecen.
Es vergüenza de nación que tengamos altos índices de desnutrición y peligro de hambruna. Podemos y debemos resolver ese problema todos los guatemaltecos para tener una verdadera independencia. Es responsabilidad nacional y no de la ayuda internacional. Juntos todos, podemos. Sin hacer política electorera de ese problema. Comparto con Kalschmit que con agro aldeas saldrán los campesinos e indígenas de la desnutrición crónica. Sin limosnas. Sólo con una más justa distribución de la riqueza generada por toda la nación.
Guatemala, Viernes 11 de Septiembre 2009
*César Montes es un legendario exguerrillero guatemalteco –y centroamericano- que participó en la lucha armada de su país desde principios de la década de los años sesenta, junto a Turcios Lima y Yon Sosa. Luego participó en la guerra de Nicaragua y en El Salvador. Actualmente es columnista del diario Siglo XXI de Guatemala, analista y colabora con distintas organizaciones en su país, El Salvador y Nicaragua.
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