viernes, 10 de enero de 2025

Dos caras de la muerte en la política global

 Si bien el destino de todos y todas es llegar a morir, la manera en la que seremos recordados será legado de nuestra vida.

Marcelo Valverde Morales / Para Con Nuestra América

José "Pepe" Mujica
Los Caminos de la Vida”, una canción del compositor colombiano Omar Geles, da cuenta del drama latinoamericano en el tránsito del vivir en Nuestra América. El tema consiste en una sincera confesión sobre el proceso de sobrevivir plenamente ante la dificultad de un contexto de vulnerabilidad y la aceptación de la muerte que se asoma. Un fragmento menciona lo siguiente:
 
…Uno sabe que la vida
de repente ha de acabarse
y uno espera que sea tarde
que llegue la despedida…
 
Precisamente el año anterior (2024) Omar Geles falleció de un infarto fulminante, esa muerte que toca la puerta repentinamente. No obstante, nadie podría negar que un infarto, a pesar de arrebatar súbitamente, no deja de estar revestido de un tono de dignidad al morir. (El legado de Geles será su obra artística para todo un continente).
 
Hay otras muertes también súbitas, por ejemplo, recibir un misil arrojado por un genocida a un pueblo hacinado y en la absoluta indefensión. En este caso la dignidad de morir contrasta con la bajeza de quien asesina, peor aún cuando se trata de un contexto de genocidio (el legado del genocida será su repudio en la historia de la humanidad).
 
Esta semana recibimos la noticia de otra muerte, esta muerte no es súbita sino más bien progresiva y desgastante. Se trata de la declaración del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica de que ha perdido su lucha contra el cáncer, preparándose de esta manera para trascender. En su despedida nos deja dos mensajes que evidencian la sabiduría que en vida maduró:
 
Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto
 
La vida es una hermosa aventura y un milagro. Estamos demasiado concentrados en la riqueza y no en la felicidad. Estamos concentrados sólo en hacer cosas y, cuando querés acordar, se te pasó la vida
 
Pepe nos da un ejemplo a los que quedaremos aquí (de momento) vivos. La dignidad de la muerte debe forjarse desde la dignidad de una vida que procure la sabiduría y la solidaridad. De esta manera será en el recuerdo de nosotros (de momento) los vivos, donde habitará en cariño su legado.
 
Mientras tanto en otra parte del globo, un genocida se ha librado de esta muerte progresiva y desgastante, al haber sido dado de alta de una exitosa cirugía de próstata. Esto le permitirá continuar, impune, perseguido por una orden de captura de la Corte Penal Internacional, seguir consolidando el extermino del pueblo palestino. Sobre su visión de la vida podemos tomar como referencia lo que mencionaba CNN (un medio de su alta estima) al respecto: “Netanyahu, que ha tenido una serie de problemas de salud en los últimos años, hizo grandes esfuerzos para reforzar su imagen pública de líder saludable y enérgico. Durante su juicio este mes, se jactó de trabajar 18 horas al día, acompañado de un cigarro”.
 
Dos caras de la muerte, y dos caras de la dignidad de los seres humanos… Si bien el destino de todos y todas es llegar a morir, la manera en la que seremos recordados será legado de nuestra vida.
 
…A veces lloro al sentirme impotente
son tantas cosas que te quiero dar
y voy a luchar incansablemente
porque tú no mereces sufrir más…
 
¡Gracias Pepe!
 
¡Ni perdón ni olvido para el genocida!
 
Referencias:
 
 

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