sábado, 25 de enero de 2025

Argentina: La prepotencia al poder

 Luego de besar los pies del amo en el país del norte, el cuzquito faldero viajó a Davos dispuesto a repetir su exitosa conocida cantinela y volver a enorgullecerse de hacer el mayor ajuste de la historia de la humanidad.

Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina

En las antípodas de los gloriosos y esperanzadores años sesenta del siglo pasado, no soñamos con llevar la imaginación al poder. Ilusos o inocentes entonces, ignorábamos que los huevos de la serpiente se estaban incubando para lo que vendría en el nuevo siglo, en los albores del tercer milenio, una vuelta a la caverna, no a la aleccionadora platónica, sino la otra, la real en la que andábamos a garrotazo limpio. La ley del más fuerte, simple y llana, donde el homínido viejo y mayor da manotazos a mansalva y su mascota austral da saltitos sobre sus hombros mendigando migajas. Imagen digna de estar en los muros de Altamira. Será cuestión de esperar otros miles de años para volver a empezar dada la involución a la que hemos sido arrastrados...
 
Hartos de la cruel y áspera realidad que nos toca vivir, elegimos la poesía soñadora de mejores momentos de nuestros años jóvenes, donde las nuevas generaciones se rebelaban por hacer el amor y no la guerra, donde en cada reunión no faltaban flores, guitarras celebrando la alegría de compartir el pan y la amistad, lejos de todo individualismo cerrado y enfermo al que nos someterían las nuevas tecnologías de la comunicación.
 
He elegido al inmenso poeta de mi tierra, Mendoza, Armando Tejada Gómez (1929-1992), un miembro de la denominada “generación del ‘50”, cuyo promedio de edad rondaba los veintitrés años. Esta generación fue testigo de un momento histórico de post guerra y se lanzó a explotar un nuevo protagonismo humano, cuya consecuencia fue un lenguaje más llano, con mayor interés por lo nacional, la asunción de posturas sociopolíticas, con un compromiso por el mundo circundante que les tocaba vivir[1].
 
Un día bien, otro mal, 
No hay mal que por bien no venga. 
El que quiere andar ya sabe 
Que llevar la sombra cuesta. 
Me demoro, pero llego. 
Voy hacia toda la tierra [...]
Ya que hay que vivir, vivamos.
No hay que por mal no venga.”
 
No es necesario mencionar el título y sentido de la presente columna, dado que todos los que vamos a padecer sus decisiones, lamentamos la segunda asunción del nuevo emperador, mucho más enceguecido por los años y dispuesto a dejar marcadas sus huellas por el mundo o lo que queda o quedará después de su mandato. Su insistencia en extraer petróleo a cualquier costa, desconocer los acuerdos climáticos firmados previamente, indultar a quienes participaron en el asalto al Capitolio, erosiona a la democracia y sus instituciones. Al igual que su desprecio por el resto del mundo, sus bravuconadas contra los mexicanos, la penalización a millones de inmigrantes, su decisión de ocupar el Canal de Panamá, anexar a Canadá, entre tantas barbaridades que expuso al asumir. Negado al arte, sordo a expresiones del espíritu humano, nos quedamos con la exhortación del poeta:
 
“Importan dos maneras de concebir el mundo.
Una, salvarse solo,
Arrojar ciegamente los demás de la balsa.
Y la otra,
Un destino de salvarse con todos,
Comprometer la vida hasta el último naufragio,
No dormir esta noche si hay un niño en la calle.”
 
La insensatez, la perversidad disfrazada de ideología liberal con un barniz pseudo económico académico que no es más que el añejo ejercicio practicado por la vieja plutocracia que ha permeado todas las épocas, pero que ahora se presenta como el libre ejercicio de la libertad, entramado de palabras que encierra la más oscura y siniestra esclavitud, atada a las pantallas de los celulares que destilan una realidad dentro del cerebro colonizado. Lo ultramoderno más antiguo que la tierra. Me apego nuevamente a lo que expresaba Armando:
 
“Yo te he visto, muchacha plural, en las ciudades,
Gastándote la magia con la prisa del alba.
Las oficinas públicas, públicamente áridas,
La tienda estrepitosa, la planilla a mansalva,
Esas fábricas rojas de devorar el sueldo,
Lamentables rutinas de alquilarte hasta el sábado 
Y el moscardón horario zumbándote el absurdo
Para matarte adentro la condición de pájaro”
 
Luego de besar los pies del amo en el país del norte, el cuzquito faldero viajó a Davos dispuesto a repetir su exitosa conocida cantinela y volver a enorgullecerse de hacer el mayor ajuste de la historia de la humanidad, logro que según su particular visión, admira el mundo entero y no miente el anarco libertario local; hace ocho años era un desconocido comediante que impactaba por las barbaridades que arrojaba a mansalva a la platea, hoy a trece meses de su asunción como presidente, decenas de dirigentes hacen cola para sumarse al exitoso tren libertario, al extremo que el ex presidente, Mauricio Macri, intenta infructuosamente de no quedar a la cola en este año electoral. Razón de más para que en su nuevo paso por Davos, se jacte de haber ganado buenos amigos entre los que se encuentran: Elon Musk, Donald Trump, la primera ministra Giorgia Meloni, Viktor Orban y el salvadoreño, Nayib Bukele. A pesar de su reclamo, “nuestra batalla no está ganada, que si bien la esperanza ha renacido, nuestro deber moral y nuestra responsabilidad histórica es desmantelar el edificio ideológico del wokismo enfermizo”, un régimen de pensamiento único, donde según sus palabras, “feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles”[2].
 
Como en el film de Stanley Kramer de 1963, “El mundo está loco, loco, loco”, paren el mundo que queremos bajar, busquemos refugio en la poesía:
 
Ronda para Teresa
Teresa pone la mesa/ que en las ventanas el día empieza,/
Teresa pone la mesala mermelada, la leche fresca, las rebanadas de pan crocante 
el café humeante y la manteca.Que el día es joven como un relincho aturde el aire 
llama a la puerta esta semanahe de hallar trabajo, secate el llanto/ pone la mesa. 
Teresa pone la mesaque el mediodía subió a la higuera 
Teresa pone la mesael vino en jarra las milanesas las ensaladas y el pan del día 
la alcuza llena sal y pimienta.
La vida tañe en los comedores/ es mediodía pone la mesa. 
Teresa pone la mesa/ que en las ventanas la noche llega, llevo semanas desocupado/
pero a la noche la gente cena 
Teresa pone la mesa/ si no tenés pan pone tu cabeza/
la noche a vuelto/no hallé trabajo/ la luna ha muerto en la panera.
Teresa pone la mesa/ hoy cenaremos solo tristeza.
 
La prepotencia en el poder impone palabras, genera realidades, recrea un futuro paradisíaco, haciendo un uso discrecional de las redes, manipulando a millones de seguidores, tanto el emperador como su esbirro sureño; de allí las loas al magnate multi multi mil millonario sudafricano y su acalorada defensa a su saludo nazi. Un mundo exclusivo para el 1% de la población, que si se agota, se podrá trasladar a Marte. Total... todo depende o pende de ¿ellos?

El 11 de febrero de 1963, en el Círculo de Periodistas de Mendoza se presentó el “Manifiesto Nuevo Cancionero” del que participaron, Juan Carlos Sedero, hermano de mi amigo Samuel; Pedro Horacio Tusoli; el guitarrista Tito Francia; el periodista, locutor, político y poeta, Armando Tejada Gómez; Víctor Nieto; la cantora, Mercedes “la Negra” Sosa, la que sería luego la voz de América y su marido, el guitarrista, Oscar Matus. El Manifiesto en su primer párrafo expresaba: “La búsqueda de una música nacional de contenido popular, ha sido y es uno de los más caros objetivos del pueblo Argentino”, objetivo ampliamente cumplido por aquel celebrado grupo. 

En 1974, Armando escribió un cancionero folclórico titulado, Canto popular de las comidas, donde reflexionaba sobre la íntima relación que existe entre las comidas y la vida del hombre y de los pueblos, De la olla popular a la cultura del ají. Allí estaban: la celebrada Zamba del laurel, Pedro Islero, Geografía del vino, El hombre del ají, Chaya de la Albahaca, Zamba de los cultivos, Kaluyo del mar, Milonga de los asadores, entre otras. El autor de Canción con todos, expresaba: 

“Mi sueño es que algún día, andando por esos caminos, otro hombre pase con una canción mía en la voz o en los labios. Entonces sentiré que he cumplido cabalmente con un servicio de ternura y amor por la gente. Ese hombre no irá solo. Acaso yo sí, pero él no, porque irá cantando... Y eso... es la gloria.”

La prepotencia al poder, poder prepotente ejercido por la última dictadura militar y sus actuales mentores, no pudieron impedir que “la verdad siempre salga a la luz” como dijo Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo, este martes 21 de enero en la ex ESMA, tras el anuncio de la aparición de la nieta 139, hija de Noemí Beatriz Macedo y Daniel Alfredo Inama, secuestrados en 1977. Se calcula que debió haber nacido en enero o febrero de 1978. Al respecto, la poeta mendocina, Nora Brucoleri expresó: 

“Nietos y Nietas Aparecidas: 
Cada Nieto Nieta que aparece/ nos descubre un horizonte sin vendas,/ en los ojos de la Memoria,/ esa imprescindible/ porfiada que sabe/ ser mayúscula/ y encumbrar/ la fortaleza/ en el nombre/ de Las Abuelas/ de la Plaza/ para regresar/badajo tras badajo/a hacer sonar/ la campana/ de la Justicia,/ que se debe/ escuchar y honrar./ Por eso repicamos/ hasta dejar libre/ a la Verdad/ página a página/ que nos historia/ todas las identidades/ que urge encontrar.”

La prepotencia al poder o el poder de los prepotentes, ciego, sordo y mudo al mundo que intentan aplastar, ignoran o quieren ignorar que el agua, gota a gota, horada la roca más dura. Del mismo modo como las palabras, al recuperar su sentido sagrado y creador, al hilvanarse en poesía horadan las cadenas que intentan mantenernos prisioneros, porque sólo la verdad, nos hará libres.
 


[1] Castellino, Marta Elena, Armando Tejada Gómez: sentido americanista y social de la poesía, Universidad Nacional de Cuyo, Celim, Mendoza, 2002.

[2] Milei Javier, Discurso en Davos.

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