viernes, 10 de enero de 2025

Un hombre solar: Antonio José de Sucre

 El general Sucre, conocido desde entonces como el gran mariscal de Ayacucho, nacido en Cumaná en 1795 y muerto en 1830 por una traición, fue el estratega héroe de aquella victoria.

Pedro Pablo Rodríguez / Para Con Nuestra América
Desde La Habana, Cuba

El 19 de diciembre se cumplieron doscientos años de la batalla de Ayacucho en territorio del virreinato de Perú, en la que las tropas libertadoras, al mando del venezolano Antonio José de Sucre, en cumplimiento de la misión ordenada por Simón Bolívar, derrotaron a una poderosa concentración de tropas de España, y ese día de1824 aseguraron así el fin de tres siglos del dominio hispano sobre la América del Sur.
   
José Martí comentó elogiosamente en varias ocasiones tal trascendental suceso. En 1893, en su discurso en honor de Bolívar en la Sociedad Literaria Hispanoamericana de Nueva York, expresó el alcance magno de tal triunfo de los patriotas: “cuando Bolívar detuvo la
carrera, porque la revolución argentina oponía su trama colectiva y democrática al ímpetu bolivariano, catorce generales españoles, acurrucados en el cerro de Ayacucho, se desceñían la espada de España.” 
 
Tres días después el Maestro publicaba en el periódico Patria un artículo titulado “Los moros en España” donde afirmó que “el carácter dominante y aventurero” de España se mantenía agrio aún de la derrota de Flandes y de Ayacucho.”
   
El general Sucre, conocido desde entonces como el gran mariscal de Ayacucho, nacido en Cumaná en 1795 y muerto en 1830 por una traición, fue el estratega héroe de aquella victoria. Martí reconoció su significación en el escrito titulado “La velada de Sucre”, publicado en Patria el 26 de enero de 1895. Allí lo describió así: “fue hombre solar, y no se piensa en él sin vida y resplandor. Sus victorias eran puras; su amistad, viril; su corazón, de alas; su muerte, súbita y sombría, como la puesta de la luz. Por él parecen reales, aún a quien lleva los ojos sin vendas, la pelea de los dioses, aquellos escudos de oro que bajaban del cielo a defender a los héroes. Amó la América y la gloria, pero no más que la libertad. La prosa que lo cuenta ha de ser apretada y movible, como sus batallones cuando daban en ellos el sol: y su oda, como el eco, que va de monte en monte, por las crestas blancas de los Andes.”
   
Curiosas palabras esas de Martí que valoran a Sucre y que también entregan su criterio acerca del modo en que debiera escribirse acerca de él.
   
En unas notas sobre libros que posiblemente pensó escribir señala el titulado “Poema americano” y sitúa nombres de luchadores por la libertad de América: (Tecun Unam, Sucre, Tupac Amaru, Juárez). No olvida el Maestro el vínculo de Sucre con la independencia de Cuba, tarea que Bolívar pensó asignarle: en el texto “La fiesta de Bolívar en la Sociedad Literaria Hispanoamericana” señala que al Libertador lo “veremos siempre arreglando con Sucre la expedición que no llegó jamás para liberar a Cuba.” De ese modo, pues, establecía el vínculo del héroe con la independencia de mi patria.

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