Más precisamente, a 723 días de asumir el gobierno libertario, la gran mayoría de los 47 millones de argentinos, padece la mayor miseria y destrucción del empleo público y privado en las más de cuatro décadas de democracia, como la desarticulación de su economía, ahora totalmente dependiente del imperio norteamericano.
Roberto Utrero Guerra / Especial para Con Nuestra América
Desde Mendoza, Argentina
Los pronósticos para Navidad y Fin de año, como para 2026, son aciagos y oscuros, al punto que las mesas navideñas mostrarán la cruda realidad de un gobierno impiadoso al extremo. Los tórridos meses de verano serán una continuidad en la baja del turismo nacional, playas vacías en la costa bonaerense, como en las sierras cordobesas, lugares siempre visitados por la población nacional.
Pero además, como es un año sin elecciones, el gobierno como ya lo ha anunciado varias veces, va a ser de un ajuste mucho mayor, El presidente a través del periodismo adicto ya anunció los miles de decretos que pondrá en vigencia, acelerando la destrucción del aparato estatal del que tanto disfruta.
El mileísmo maniobra como si tuviera un aval gigantesco para continuar moldeando al país de acuerdo a las preferencias del capital, confundiendo el desconcierto social con asentimiento, y a dirigencias vendidas o vencidas con el silencio de los supuestos representados.
Sabemos que subió por el voto popular en 2023, pero reconocemos también su odio y rechazo por la democracia y sus instituciones, puesto de manifiesto al asumir de espaldas al Congreso - hecho simbólico poco aludido y menos estudiado -, y en la cantidad de Decretos de Necesidad y Urgencia DNU puestos al servicio de su voluntad destructiva de todo lo que signifique un beneficio para la mayoría de la población y que sólo sean privilegiados los grandes empresarios, sus verdaderos héroes, como disfruta elogiar el presidente. Todo coronado con el apotegma del déficit cero o la sentencia cuasi bíblica de realizar el mayor ajuste de la historia de la humanidad. Hecho tan macabro como los genocidios masivos, sobre todo, porque los mayores perjudicados han sido y son los discapacitados, los jubilados, la gente en situación de calle, los más débiles y menos favorecidos de la comunidad. Algo cruel, perverso e inhumano.
Como señalamos semana a semana, se supera y renueva en crueldad él y sus partidarios, poniendo de manifiesto su desprecio por la ciencia y el minimo sentido común, como lo ha hecho esta semana la diputada del PRO Marilú Quiroz, quien organizó una jornada de seis horas contra “la obligatoriedad y compulsividad” de las vacunas, abarcando relacionarlas con el autismo. Para ello, mostró a una persona que, a torso descubierto, se mostró imantado por efecto de la inoculación de la vacuna del Covid 19. En 2014 ya habían montado el mismo circo, en una actuación televisiva y con otro protagonista, y adjudicándoselo a otros factores.
Los objetos metálicos “se le pegan al cuerpo”, ratificaron esta vez tras varios intentos fallidos. Hecho desmentido por científicos, quienes mencionaron que secando la humedad de la piel corporal y colocando talco se eliminaba el “fenómeno”. Se superan día a día.
Diciembre, para no ser menos, comenzó con aumentos de servicios, transportes y combustibles, mientras los ingresos siguen congelados y continúan los despidos de trabajadores. Una situación que se generaliza en todo el país y genera una presión social, cuyas consecuencias pueden ser inevitables. Pareciera, como lo advertimos reiteradamente, el gobierno provoca a la sociedad para que estalle y entonces reprimirla furiosamente con los decretos elaborados por Patricia Bullrich.
Para no desentonar y sumiso ante el imperio de Trump, el gobierno de Javier Milei exigió ante la Corte Penal Internacional de La Haya que se emita de manera inmediata, una orden de captura contra Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del gobierno bolivariano. Un gesto colonial deplorable de un presidente que jamás se planteó la soberanía nacional y ahora sale como cómplice o un aliado minoritario y vergonzante de la acción norteamericana que solo busca apropiarse del petróleo venezolano.
Resulta por lo menos curioso, o tal vez risible, que el “régimen” mileísta que en estos dos años ha destruido las instituciones de la democracia, arrasando la división de poderes, atropellando al Congreso Nacional cuyas leyes no sólo son vetadas sino simplemente desobedecidas, y que mantiene bajo su control a una absurda Corte Suprema de tres miembros que observa con escandalosa indiferencia la destrucción de la república se arrogue ahora el derecho a exigir la captura del presidente venezolano.
El historiador italiano Loris Zanatta, autor de la reciente biografía del Papa Jorge Bergoglio, consultado por el periodista Jorge Fontevecchia, opinaba estos días sobre el caso del liderazgo mesiánico del presidente Milei: un relato escatológico, centrado en una edad de oro del país liberal de comienzos del siglo XX, que se rompe con el populismo de Yrigoyen. Él (Milei) quiere volver a ese pasado mítico de la mano de la gente de bien que lo sustenta, agrega el historiador itálico. Busca siempre un enemigo en quien sustentarse, en su caso, el kirchnerismo. En definitiva, Todos los relatos mesiánicos son reaccionarios, concluye Zanatta, aludiendo al pensamiento mágico que lo sustenta.
Alejado de la teoría y las ciencias sociales, el empresario Paolo Roca, dueño de Techint, también critica la falta de una política industrial en este momento tan competitivo de la industria mundial con China a la cabeza, seguida por el proteccionismo de Trump y la Comunidad Europea o los grandes países de Latinoamérica, como Brasil y México que defienden sus industrias locales, en tanto Milei, no hace nada, lo que es también una forma de política industrial abstencionista o inerme, frente al ingreso indiscriminado de manufacturas baratas chinas. En todo esto, el presidente libertario se desentiende y en lo que pone mayor énfasis, es en el acuerdo comercial entre los Estados Unidos y la Argentina, donde Milei pone todo y Trump recibe los beneficios, y no se termina de concretar. Ahora trascendió que el secretario del Tesoro, Scott Bessent suspendió su visita a la Argentina. Todo indica que es porque el presidente Milei finalmente no viaja al sorteo del Mundial 2026 para no cruzarse con el titular de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Otro foco distractor ante una sociedad dispuesta a salir a la calle en cualquier momento.
El encuentro entre Trump y Milei estaba confirmado. Se iban a encontrar en el Kennedy Center, Washington, en uno de los palcos VIP para presenciar el sorteo del mundial de fútbol del próximo año. Estaba todo listo para recibirlo el viernes 5 de diciembre y agasajarlo junto a su hermana Karina, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo y, por supuesto, el embajador argentino en ese país, Alec Oxenford. Estaba previsto que participara el titular del Kennedy Center, Richard Grenell, pero sobre todo el secretario de Estado, Marco Rubio. La decisión de no viajar generó en la Casa Blanca decepción y luego malestar, porque se habían acomodado agendas, como la de Rubio, para estar con Milei, el presidente que representa mejor que nadie los intereses norteamericanos en los países del Cono Sur.
Con los aires cambiantes como el humor variable del emperador del norte, cada semana que pasa le juega un nuevo desafío al ministro de Economía Luis Caputo, dado que el dolar días tras días parece pender de un hilo su valor. Algo conocido pero no reconocido en una economía en recesión y picada acelerada.
A pesar del entusiasmo del triunfo electoral y del juramento de los nuevos diputados, el partido del gobierno comenzó a trenzar acuerdos a los efectos de consolidar su minoría, a sabiendas de los legisladores del PRO que se pasaron a sus filas y las discusiones y divisiones internas por las que atraviesa el partido del ex presidente Macri. De modo que las sesiones extraordinarias previstas para continuar con el tratamiento de los temas pendientes, no auguran sesiones cortas ni tranquilas, sino todo lo contrario. Más teniendo en cuenta el estado de ánimo de la población que, a medida que se acercan las fiestas de fin de año, aumenta su rabia y desesperación. Algo similar a lo sucedido en las provincias aliadas, como Mendoza, donde el gobernador Cornejo creía tener todas las de ganar en la Legislatura con la promoción de la minería y el pueblo en conjunto a salido a manifestarse en las calles, sobre todo la juventud, al grito de ¡Con el agua no se juega! Ya están previstas largas caminatas desde los departamentos del Valle de Uco, del Este y, sobre todo desde Uspallata, donde se localiza el proyecto San Jorge, desde donde se espera una caminata por el sinuoso camino montañés, con miles de pobladores que ven el peligro de perder un recurso tan valioso como es el agua.
Cada día transitado por este gobierno perverso se convirtió en un calvario para la población menos favorecida, sobretodo discapacitados y ancianos, aquellos a los que el progreso del Estado de Bienestar del siglo pasado parecía haberse extendido favorablemente y arropado bajo su protección.
Este nuevo milenio, salpicado con ideas extremas y las redes digitales esclavizantes, impuso un neoliberalismo más cruel y acelerado dejando a los progresistas impávidos y paralizados, mientras la destrucción de las instituciones democráticas se desmoronaban ante los nuevos dictadores imperiales. La fragmentación y el individualismo narcisista, han hecho lo propio.
Sin embargo, como manifestamos reiteradamente, Argentina es un país forjado al calor de las luchas sociales, al punto que solo una dictadura feroz, como ocurrió en el resto de la región, truncó a las juventudes reaccionarias en la década de los setentas del siglo pasado. Una destrucción tan grande que ni la democracia recuperada pudo atenuar ni mucho menos revivir su entusiasmo, algo... que en todas las marchas frente al Congreso y con toda la represión de las fuerzas de seguridad, se ha ido recuperando a pesar del dolor. Una reacción que aunque quiera negarlo el presidente y sus secuaces, en el fondo... le teme.

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