O hay un error en los cálculos, o evidentemente la apreciación de los estrategas estadounidenses se equivoca, puesto que ven una mayor amenaza a la seguridad de la especie humana en el siempre confuso e impreciso "terrorismo" que en la pandemia de SIDA que mata a diario infinitamente más gente.
Marcelo Colussi / Especial para Con Nuestra América
mmcolussi@gmail.com
Desde Ciudad de Guatemala

SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirido): síndrome –conjunto de síntomas y manifestaciones varios donde pueden aparecer diferentes enfermedades e infecciones oportunistas– que afecta el sistema inmunológico tornándolo deficiente, adquirido a partir del contagio por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
La definición es clara; no admite mayores dudas ni cuestionamientos. De acuerdo a nuestros actuales parámetros epistemológicos, podemos decir sin temor a equivocarnos que conlleva todas las características de una práctica científica si no neutra (nada es neutro), al menos rigurosa: es válida universalmente y no se presta a manipulaciones.
Esta enfermedad ha producido 65 millones de infectados en los últimos 20 años, cobrando 28 millones de vidas. Diariamente alrededor de 3.000 personas en el mundo contraen el virus de inmunodeficiencia humana. En términos sanitarios estamos ante una gravísima pandemia cuya tendencia es, de momento, seguir ampliándose. Con las perspectivas actuales, la pandemia está matando 3 millones de personas anualmente.